Si me olvido de tomar
a sorbitos
la pócima de luz
que cambia
la línea de tiempo
el destino
caigo en el hábito
que hace al monje
desvitalizado
y gris
***
De ese pasado
me quedaron algunas fotos
y un ojo de buey
a través de él
miro
mar atrás
los peces de la discordia
dos navajas plateadas
que cortan sin piedad
los cardúmenes
justo en el centro
a pesar de los
virajes súbitos
quedan divididos
errantes
dispersos
ayer y hoy
mar adelante
o mar atrás
los discordantes no cortan
por amor
a la simetría
se alimentan de romper
las formas
vivas
***
Que alguien ponga almendras
en la mesa de Navidad
ya sé
es verano
las costumbres ajenas
un día se abandonan
faltan las bocas rojas
de las tías viejas
la torre de copas
la discusión
la risa
la música
del loco del pueblo
que pasa a saludar
después de las doce
demasiada falta
algunas almendras
sosiegan ausencias
***
Piedra chata y redonda
la soledad
no se arroja
deviene
piedra de río
nunca la misma
pero siempre ella
profunda
hasta en la superficie
canto dorado
bajo el sol
destello blanco
bajo la luna
constela un orden
silencioso
todo movimiento gravita
en su orbe
con arrojo
deviene
piedra preciosa
talismán de radiancia
principio
de todo encuentro
cristal
por donde se mira
***
Engarzado en un cráter
untuoso
mi corazón de alcaucil
sacude sus ahora escasos
filamentos
de amargura
abre apenas
los pétalos tiesos
el tallo tosco
sin espinas
espera el corte
cuidadoso
decidido
alguien
que sepa sostener
la promesa de agua
sanadora
entre sus manos
y su boca
***
Desde que como flores
se perfumó el silencio
me crecen pétalos entre las canas
y pistilos en las pestañas
un tallo me envuelve el talle
y cae entre mis talones
como un rabo verde
mis manos buscan el sol
si me duermo con la boca
entreabierta
las abejas preparan mi lengua
para el amor
***
Me asustan mis certezas
y las personas que no dudan
son como templos pesados
con muchas columnas
si abro el pecho y giro
con los brazos abiertos
me los rompo
hoy busco
construcciones leves
esas
que se sostienen desde arriba
***
Arriba
las ramas se trifurcan
para reunirse en un punto
de extrema apertura
lejos
es cerca
la distancia trama
el tejido unitivo
no es ceñido el encuentro
próxima y distal
la rama madre
***
El sueño de la garza
ser avestruz
tragar relojes
comerse el tiempo
el sueño del avestruz
ser colibrí
pasear los muertos
el sueño del colibrí
ser águila
llegar al sol
las aves sueñan
ave maría
ave fénix
se aventuran
las de rapiña
las de mal agüero
mil grullas agitan sus alas
y despiertan
el sueño de otros
a ver
a ver
¿quién se atreve a volar?
***
Otra vez insomnio
no voy a cambiar
la pantalla del velador
es vieja
pero es roja
un día mi cuerpo descansará
en la torre de silencio
de la religión de Zoroastro
y un pájaro soltará mi mano
en el patio de una casa de Bombay
no huyo
entro en el vacío
me deslizo
en sus arcadas cóncavas
con miedo y asombro
como cuando
abrí los ojos
por primera vez
***
Hace frío
y extraño a mis muertos
enciendo todos los fuegos
me regalo calor
que mi casa sea un vientre
de ballena
como Jonás espero
en cuarentena aprendo
a convivir con cardúmenes
que cambian súbitamente
de dirección
intento crear espacio
dar respuestas lentas
a veces frías
seré escupida en una playa
iré a Nínive
ya no me resisto a hacer
lo que vine
a ser
***
Sacro a tierra
brazos abiertos
en cruz
y fijos
talones reptantes
en ligera diagonal
la nuca a tierra
tan sacra
como el sacro
desde el ombligo
rosa de los vientos
irradia el radio
del círculo en el que reposa
la mujer de Vitruvio
mira el infinito
bordada al misterio
en punto
cruz
***
¿Qué voy a hacer
con las inhalaciones
que me quedan?
la esfinge mira lejos
sus patas de león
no se mueven
ya salí de lo conocido
lo seguro no es mi hogar
en la encrucijada
hablo con el sol
cada camino abre un campo
apoyada en mi vientre
miro lejos
mis patas de león
rascan la arena
inhalo
el enigma
del instante que nace
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