ALFONSINA Y EL BAR
No es posible que te llames así
y que vengas a este sitio
Los parroquianos cantan en desorden
y tú humedeces el cristal
¿Lágrimas
o escorpiones?
Esto ya lo contaré a mi regreso
por lo pronto lo escribo
Que te llames Alfonsina
y vengas en las noches a llorar
donde los hombres vienen a reírse de la muerte
de la muerte.
NOCHE DE PERROS
Yo también tuve un perro lanudo
que volteaba la puerta al septentrión
Una vez enfermó
y me costó casi tres salarios
dos vacunas y un suero
eso fue en una farmacia llamada La complaciente
Mi perro se llamaba País
Y yo le decía País muerde a mi vecino
y lo mordía
yo le decía País siéntate
y obedecía como un perro lanudo
Mi País odiaba al ruso del cuarto piso
no lo podía ver
se ponía furioso cuando escuchaba la balalaika
Mi País amaba los negros
Pero ellos le tenían cierto temor
un temor ancestral al perro lanudo
que los mordió hace siglos
en otra aldea en otra conquista.
HOY AMANECÍ SIN ENTUSIASMO
No puedo con el hervor de la calle
ni Borges
ni Fran Chopra
ni Mao Se Tung
Dicen que es luna llena
que vendrá el equinoccio
que regresan los presidentes
Me detengo en la guía telefónica
en un manual de Hata Yoga
en los pasos peatonales
Soy un cero a la izquierda
un patriota sin aviso
una cerveza caliente
Hoy amanecí sin entusiasmo
como si tuviera gripe
o fuera un pelotero
que disfruta del hastío en terreno impropio.