Cuento de carnaval
Rómulo Gallegos
La algarada de las primeras comparsas empezaba a turbar la nocturna quietud de la parroquia, ya se oía el tintineo de los cascabeles en los arneses de los coches, y los chicos del vecindario ululaban sin cesar a los primeros diablos...
Cuento blanco
Manuel Díaz Rodríguez
La abuela estaba muy pálida y triste. Una fiebre sorda minaba su vida y hacía brillar extrañamente sus ojos bajo los cabellos albos. Reclinada en el cómodo sillón de respaldo muelle, veía hacia el patio lleno de luz, por donde se desparramaba en risas, charlas y juegos locos la fresca alegría de los nietos. Algunos […]
Alma aborigen
Rómulo Gallegos
"Los ojos negros rasgados, ardientes; la boca carnosa, de labios sensuales, rojos como la pulpa de las cundeamores; el espíritu jacarandoso y apasionado. América Peña era el bocado más apetitoso de Pueblo Abajo..."
Cuento azul
Manuel Díaz Rodríguez
"Lo que sus ojos acababan de ver, jamás lo hubiera concebido su mente de ángel. Dos de aquellos hilos provenientes de la tierra, y de los más hermosos, en vez de correr la misma suerte que los demás, yendo a perderse en el regazo del Padre..."
El alma
Julio Garmendia
¿Qué viene a buscar el Diablo en mi aposento? ¿Y por qué se toma la molestia de tentarme? Me permito creer que es cuando menos una redundancia y una inconcebible falta de economía en la distribución de tentaciones entre los hombres, el hecho de que se me acerque Satán con el objetivo de rendirme a su poder...
El cuarto de enfrente
Rómulo Gallegos
La noticia voló de boca en boca: hacía varios días que venía apareciendo en Caracas un tipo raro. Una tarde lo vieron en El Paraíso cruzar veloz el paseo, jineteando a la europea y con un traje exótico, un caballo enjaezada de la manera más pintoresca; otra tarde recorría las calles de la urbe en una victoria de lujo, en compañía de un hermoso galgo blanco...
Cuento áureo
Manuel Díaz Rodríguez
Psiquis, mujer al cabo, era imprudente y curiosa. Mil desventuras le costó su primera curiosidad, cuando quiso ver el rostro del amante dormido y una gota de aceite escapada de la funesta lámpara ahuyentó al hijo de Venus. Desde entonces, y por mucho tiempo, la vida fue para Psiquis una serie de malandanzas...
Barrabás
Arturo Uslar Pietri
"Su linaje venía de Bethábara, en el país de los Gadarenos. Tenía las barbas negras y pobladas como una lluvia, bajo unos ojos ingenuos de animal, y entre los nombres innumerables el suyo era Barrabás. Conocía los libros sagrados, era caritativo y respetuoso, guardaba el sábado y sabía que Jehová era terrible y poseía una muchedumbre de manos y en la punta de cada dedo un castigo..."
El piano viejo
Rómulo Gallegos
"Menuda, feúcha, insignificante, era una de esas personas de quienes nadie se explica por qué ni para qué viven. Ella misma estaba acostumbrada a juzgarse como usurpadora de la vida, parecía hacer todo lo posible para pasar inadvertida: huía de la luz, refugiándose en la penumbra de su alcoba, austera como una celda; hablaba muy poco, como si temiera fatigar el aire con la carga de su voz desapacible, y respiraba furtivamente el poquito de aliento que cabía en su pecho hundido, seco y duro como un yermo..."
El paréntesis
Rómulo Gallegos
"Cuando Carmen Rosa se halló otra vez sola, se sorprendió de lo que había hecho. Sin duda aquel estallido de cólera se venía preparando en su ánimo desde mucho tiempo. Era la reacción inopinada y violenta de una voluntad apática que había sufrido varias presiones, sin protestar, pero cargándose de rebeldía para dejarla escapar de un golpe..."
El crepúsculo del diablo
Rómulo Gallegos
Con ambas manos apoyadas en el araguaney primorosamente escabullado, el sombrero sobre la nuca y el tabaco en la boca, el Diablo oye aquella música que despierta en las profundidades de su ánimo, no sabe que vagas nostalgias. A ratos melancólica, desgarradora, como un grito perdido en la soledad de las llanuras; a ratos erótica, excitante, aquella música era el canto de la raza oscura, llena de tristeza y de lascivia, cuya alegría es algo inquietante que tiene mucho de trágico...