¿Quién mató a Leopoldo Ayala?
Rafael Grillo
"El Teniente no replica, transcurren varios minutos sin que los dos hombres intercambien palabras, resuena altísima la voz de los cantantes, “le gusta el mambo a la mujer del pelotero, le gusta el mambo a la mujer del carnicero”, que proviene de una planta superior del edificio. Al fin, aparece una figura que surca la entrada y se planta entre los visitantes."
El Novato
Carlos Alberto García Pentón
"Lo mío es tirar cojón palante y vender hasta la línea del Ecuador si es posible para buscar los cuatro pesos. Esa es la cuestión y el motivo de mi ajuntadera y la desgracia de ahora estar mareándolo con estas cosas. Pero le advierto, y se lo juro por esa pura sin cruzar los dedos, lo mío era la venta de ropita para buscar el diario, nada más. Eso del arma blanca ni por mi mente pasó, son cosas de gente que vuela alto, qué volar alto es cosa de profesionales y yo soy un novato, un menorcito."
Los chantajistas no matan
Raymond Chandler
"Rhonda Farr era muy guapa. Para esta ocasión vestía toda de negro, excepto el cuello de piel blanca, ligero como la pelusa de cardo, de su abrigo de noche. Y exceptuando también una peluca blanca que pretendía servir de disfraz y le daba un aspecto de muchachita. Tenía los ojos azules como el aciano, y la clase de piel con la que sueñan los viejos libertinos."
Te deseo
Denis Álvarez Betancourt
Era un hombre de unos treinta años, de tamaño mediano y un poco robusto, sin llegar a ser obeso. Casado y con una familia preciosa de dos niños. Aparentemente normal, como son todos los asesinos en serie antes de ser descubiertos.
Historia sin ventanas
Yonnier Torres
"Empujé la puerta del baño. Puse las manos sobre la pared. Me miré al espejo. Quise descifrar la expresión de mi rostro. Siempre he sido malo para establecer definiciones: Si me circunscribiera a los ojos podría haberme decidido por la tristeza."
Un caso de Rodríguez
Eduardo del Llano
Vinieron a buscarlo al tercer día. Una señora del CDR lo había visto entrar y avisó a las autoridades. No lo denunció antes porque primero tenía que resolver unos trámites en la Embajada de España.
Juana la Loca
Reynaldo Cañizares
"Quiroga, como todos, me dice Hemingway porque escribo en su bar y porque no diferencia entre poetas y narradores; pero ni él mismo sabe que lo que hace a este lugar tan especial es que junto a las mesas se mueven solo para mí las hembras más hembras de la historia."
Es muy fácil
Lorenzo Lunar Cardedo
"Es muy fácil; uno en cada orilla del camino real. Escondidos detrás de un par de matas frondosas aguantando, cada uno, una punta de la soga. La soga disimulada por el polvo y la oscuridad. Luego basta un tirón cuando viene el ciclista. Él mismo se enreda y cae al piso."
Cambio de temperatura
Yonnier Torres
"La puta perdió el entusiasmo, se acodó en la barra y le dijo al barman que estaba a punto de irse. —¿Por qué no vas a la plaza? —preguntó el barman. —Siempre me descubren. Me echan. La plaza es un sitio serio, para personas de clase, personas que nacen con letras doradas. Esto no se puede ocultar —y mostró el código de barras en el antebrazo y la palabra PUTA en letras rojas."
Mientras recuerdo al secretario del Partido
María Matienzo Puerto
"El ostracismo nos ha llevado a la nada. A la Estación no llegan muchos casos. Alguna riña tumultuaria durante las fiestas que nos permite el gobierno, un marido celoso que da caza a un amante, una mujer suicida que huye de la familia, un niño extraviado por descuido. A eso nos acostumbramos. Por eso la cara de horror del oficial de guardia. Podría tener mi colección de rostros horrorizados."
Diario de un asesino en el Jurásico
Jorge Enrique Lage
"Muy desnuda y muy pálida, una muñeca gótica estilo Amy Lee. Nada te costaba imaginarla con un martillo neumático en las manos, destrozando el suelo bajo tus pies sin alterarse el maquillaje."
Padre
Isbel González González
"La desnudez de los dioses, vírgenes y ángeles siempre me ha intrigado. No es que dude de su inocencia, solo que nunca he confiado en la moral de los hombres. Acaso no es apetecible una virgen desnuda —con el perdón de Dios—, acaso no es una tentación al celibato."
Río de agua mansa
Ángel Santiesteban Prats
"Unirse al grupo de los ninjas, como los apodaba la Policía, le había costado varios meses de profundos razonamientos, despojarse de una formación diferente, conceptos y ambiciones adquiridos durante toda su existencia."
Notas al margen de un relato policial en verso
Jorge Fornet
No me cabe la menor duda de que uno de los mejores relatos policiales de Luis Rogelio Nogueras es un poema de apenas veintitrés versos. Género extraño en el que incursionó más de una vez, el poema policial encuentra en Nogueras un autor de excepción.
Atrapados
Carlos Santos Montero
"El calor me llevó al agua y braceé un rato antes de regresar a la orilla. Ninguno de los bañistas, agrupados como cucarachas a la sombra de las uvas caletas, me prestó atención y me tendí en la arena, hasta sentir una extraña sombra, como si me cubrieran del sol. Me incorporé, preocupado, para quedar frente a un cuerpo más hermoso que la sonrisa de su rostro."
El anfitrión
Ernesto Peña González
"“Mire qué apretadas carnes, don Diego. Todavía están calientes”. Se trataba de los cadáveres de una pelirroja y una negra bellísimas. El vendedor, sin dejar de sonreír, oprimía con sus manazas los muslos de las mercancías yacentes sobre el mostrador del tenducho."
Los cuatro sospechosos
Agatha Christie
"Ninguno de ellos tiene una coartada ni es capaz de atestiguar la declaración de los demás. Pero una cosa es cierta: nadie del exterior pudo hacerlo ya que la presencia de un extraño hubiera sido advertida con seguridad en el pueblecito de King’s Gnaton."
La décima pista
Dashiell Hammett
"Muy lentamente se volvió hacia mí con el auricular aún en la mano. Tenía el rostro grisáceo y contraído en un gesto de angustia, los ojos abiertos de par en par por la sorpresa y la boca entreabierta."
La casa de la calle Turk
Dashiell Hammett
"No me levanté; no pude. Me había quedado paralizado. Permanecí sentado y dirigí la mirada a los Quarre. Al verlos me dije que era imposible que algo frío me tocara la nuca, que era imposible que una voz áspera me ordenara que me levantara. No podía ser..."
Nido de avispas
Agatha Christie
John Harrison salió de la casa y se quedó un momento en la terraza de cara al jardín. Era un hombre alto de rostro delgado y cadavérico. No obstante, su aspecto lúgubre se suavizaba al sonreír, mostrando entonces algo muy atractivo...