El día que el cerdo se cayó al pozo
John Cheever
"El famoso cerdo había pertenecido a Randy Nudd. Lo ganó en la feria de Lanchester, y lo llevó a casa; tenía intención de hacerle una pocilga, pero Pamela Blaisdell lo telefoneó, y Randy metió al cerdo en el cobertizo de las herramientas y se fue a casa de los Blaisdell en el viejo Cadillac."
Fiesta de disfraces
Woody Allen
"Dieron las doce de la noche y empezaron a repartir los premios a los mejores disfraces. El primer premio fue para los Berkowitz, un matrimonio disfrazado de alce. El alce quedó segundo. ¡Eso le sentó fatal! El alce y los Berkowitz cruzaron sus astas en la sala de estar y quedaron todos inconscientes. Yo me dije: Ésta es la mía. Me llevé al alce, lo até sobre el parachoques y salí rápidamente hacia el bosque. Pero…"
Dragón
Ray Bradbury
"Las luces del fuego subían y bajaban por los rostros despavoridos y se volcaban en los ojos como jirones anaranjados. Cada uno de los hombres espiaba la respiración débil y fría y los parpadeos de lagarto del otro. Al fin, uno de ellos atizó el fuego con la espada."
Cuento de Navidad
Ray Bradbury
El cohete despegó y se lanzó hacia arriba al espacio oscuro. Lanzó una estela de fuego y dejó atrás la Tierra, un 24 de diciembre de 2052, para dirigirse a un lugar donde no había tiempo, donde no había meses, ni años, ni horas. Los pasajeros durmieron durante el resto del primer “día”. Cerca de medianoche, hora terráquea según sus relojes neoyorquinos, el niño despertó y dijo...
La célebre rana saltadora del condado de Calaveras
Mark Twain
Encontré a Simon Wheeler descabezando un confortable sueñecito al lado de la estufa del bar, en la desvencijada taberna del decadente campo minero de Angel, y pude apreciar que era gordo y calvo, con una expresión de agradable benevolencia y simplicidad pintada en su tranquila fisonomía. Se levantó y me dio los buenos días...
El ángel del puente
John Cheever
En la época de la que estoy hablando yo mismo me veía obligado a volar con mucha frecuencia. Tenía negocios en Roma, en Nueva York, en San Francisco y en Los Ángeles; a veces visitaba todas esas ciudades en el espacio de un mes. Me gustaba volar. Me gustaba el cielo incandescente en las alturas...
El Tío Wiggily en Connecticut
J. D. Salinger
Veinte minutos después estaban terminando su primer copetín en la sala y conversaban de esa manera peculiar, y probablemente única, de quienes han compartido alguna vez un cuarto en la universidad. El vínculo entre ellas era aún más estrecho: ninguna de las dos se había recibido...
El viejo y el mar
Ernest Hemingway
Ernest Hemingway, renombrado por su estilo minimalista y su habilidad para capturar la esencia de la experiencia humana, nos regala con "El viejo y el mar" una obra maestra de la narrativa. Publicada en 1952, esta novela se desarrolla en un pueblo costero cubano y sigue la historia de un viejo pescador que lucha contra la adversidad y la soledad en alta mar. El protagonista, un anciano experimentado y obstinado, lleva 84 días sin capturar un solo pez, lo que le ha ganado el desdén de su comunidad. Sin embargo, encuentra apoyo en un joven amigo, quien lo acompaña en su desafiante viaje mar adentro en busca de un pez espada. Esta travesía se convierte en un simbolismo de la lucha humana contra las fuerzas de la naturaleza y la perseverancia frente a la derrota. La narrativa se desenvuelve con una intensidad magistral mientras el viejo lucha contra el pez durante horas, una batalla de hombre contra bestia, donde la resistencia y la determinación se entrelazan con la fragilidad humana…
Historias dos veces contadas
Nathaniel Hawthorne
Nathaniel Hawthorne, un maestro del simbolismo y la exploración de la psicología humana, es reconocido por su habilidad para tejer historias enigmáticas que invitan a la reflexión. Comparado con figuras literarias como Melville y Kafka por su profundidad y originalidad, su obra ha perdurado a lo largo del tiempo. En "Historias dos veces contadas", Hawthorne nos sumerge en un mundo donde la soledad y el desasosiego son protagonistas, revelando una sensibilidad que sigue siendo perturbadoramente relevante hoy en día. En este libro, el lector se encuentra con una colección de relatos que marcaron el inicio de la fama de Hawthorne como escritor. A través de sus personajes y situaciones, el autor nos lleva a explorar las complejidades de la condición humana. Cada historia es una pieza magistral de narrativa que deja una impresión duradera en quien la lee. La maestría de Hawthorne radica en su capacidad para utilizar el simbolismo de manera sutil pero poderosa. Cada detalle, cada palabra elegida con precisión, contribuye a la construcción de un mundo rico…
Nadie lo sabe
Sherwood Anderson
Nadie lo sabe es uno de los cuentos que forman parte de Winesburg, Ohio, la obra maestra de Sherwood Anderson. En este cuento, George Willard recibe una nota de Louise Trunnion que le invita a una aventura nocturna...
Estaré esperando
Raymond Chandler
El hombre se adelantó con suavidad para hacer girar la perilla de la radio. Las notas de un vals tintinearon en el aire. Un vals de oropel, pero vals al fin. Subió el volumen. La música brotaba del altavoz en torbellinos de atenuada melodía. Desde que Viena dejó de existir, todos los valses resultaban sombríos...
Reunión
John Cheever
-Me pasó el brazo sobre los hombros, y yo olí a mi padre del mismo modo que mi madre huele una rosa. Era una intensa mezcla de whisky, loción de afeitar, pomada de zapatos, lanas y el olor de un varón maduro. Abrigué la esperanza de que alguien nos viera juntos. Deseé que pudiéramos fotografiarnos. Quería conservar un recuerdo de nuestra reunión...
El ángel del ático
Tennessee Williams
Era una mujer de una desconfianza paranoica y su desconfianza con respecto a mí era ilimitada. Muchas veces entraba en mi habitación con el periódico de la mañana y leía en voz alta algún artículo referido a un acto delictivo en el barrio. Después de la lectura me examinaba atentamente buscando algún cambio culpable en mi expresión, y yo casi siempre satisfacía su desconfianza con un intenso rubor y la incapacidad para devolverle la mirada...
El rapto
Dashiell Hammett
La joven tenía 19 años, pero aparentaba algunos más, era delgada y de casi uno setenta de estatura. Ojos azules, cabello castaño -espeso y largo-, pálida, nerviosa. Tomé varias fotografías de la muchacha, que mostraban unos ojos grandes, una nariz pequeña y regular, y un mentón afilado...
Calidoscopio
Ray Bradbury
El hombre estaba casi al alcance de su mano. Gritaba enloquecido. Nunca se callaría. Seguiría chillando durante un millón de kilómetros, mientras se encontrara en el campo de acción de la radio. Fastidiaría a todos los demás e impediría que hablaran entre sí...
El hipnotizador
Ambrose Bierce
"La primera noción de que yo poseía extraños poderes me vino a los catorce años, en la escuela. Habiendo olvidado una vez de llevar mi almuerzo, miraba codiciosamente el que una niñita se disponía a comer. Levantó ella los ojos, que se encontraron con los míos y pareció incapaz de separarlos de mi vista."
El día que hablamos de James Thurber
Charles Bukowski
Me vi obligado a vivir con cierto gran poeta francés que estaba por entonces en Venice, California, y el tipo era ambidextro… quiero decir que se cogía a hombres y a mujeres y lo cogían hombres y mujeres. Era agradable y hablaba con gracia y con inteligencia. Tenía además una peluca pequeña que se le escurría siempre, y andaba colocándosela continuamente mientras hablaba contigo. Hablaba siete idiomas, pero si estaba yo, tenía que hablar inglés. Y hablaba todos esos idiomas como si fuesen su lengua materna...
Un hombre con manías
Robert Bloch
Bueno, en esta Convención no había enanos… sólo bebedores de tamaño natural. Cualquier zumbido de truenos de las distantes montañas hubiera sido ahogado por los gritos y las carcajadas...
La última noche del mundo
Ray Bradbury
¿Qué harías si supieras que esta es la última noche del mundo? -¿Qué haría? ¿Lo dices en serio? -Sí, en serio. -No sé. No lo he pensado. El hombre se sirvió un poco más de café. En el fondo del vestíbulo las niñas jugaban sobre la alfombra con unos cubos de madera, bajo la luz de las lámparas verdes. En el aire de la tarde había un suave y limpio olor a café tostado...
La radio enorme
John Cheever
La música salía nítida. El sonido del nuevo aparato, pensó, era mucho más puro que el del antiguo. Decidió que lo más importante era el sonido y que podía esconder la fea caja detrás de un sofá. Pero tan pronto hubo hecho las paces con la radio empezaron las interferencias. Un crujido similar al chisporroteo de una mecha encendida acompañaba el cántico de las cuerdas...