Relatos ingleses

El club de los incomprendidos - G. K. Chesterton

El club de los incomprendidos

G. K. Chesterton

El Club de los Incomprendidos o «cuatro granujas sin tacha», narra las diferentes historias de cuatro hombres que han formado un extraño Club, unidos por el vínculo común de sus maltrechas reputaciones. Así, los cuatro miembros fundadores del Club de los Incomprendidos (el ladrón, el charlatán, el asesino y el traidor) han sido difamados con negros y repugnantes crímenes, pero no se han visto perseguidos por sus fechorías, sino por sus ocultas virtudes.
El barón de Grogzwig - Charles Dickens

El barón de Grogzwig

Charles Dickens

El barón Von Koëldwethout, de Grogzwig, Alemania, era probablemente un joven barón como cualquiera le gustaría ver uno. No es necesario que diga que vivía en un castillo, porque es evidente; tampoco es necesario que diga que vivía en un castillo antiguo, pues ¿qué barón alemán viviría en uno nuevo?...
Casa antigua. Foto por Dan Meyers en Unsplash

La casa del pasado

Algernon Blackwood

Una noche una Visión vino a mí, trayendo con ella una antigua y herrumbrosa llave. Me llevó a través de campos y senderos de dulce aroma, donde los setos ya susurraban en la oscuridad primaveral, hasta que llegamos a una inmensa y sombría casa, de ventanas conspicuas y tejado elevado, medio escondido en las sombras de la madrugada...
Castillo. Foto por Tony Findeisen en Unsplash

Confesión encontrada en una prisión de la época de Carlos II

Charles Dickens

Tenía el grado de teniente en el ejército de Su Majestad y serví en el extranjero en las campañas de 1677 y 1678. Concluido el tratado de Nimega, regresé a casa y, abandonando el servicio militar, me retiré a una pequeña propiedad situada a escasos kilómetros al este de Londres, que había adquirido recientemente por derechos de mi esposa...
HMS Captain

El rojo

W. Somerset Maugham

El patrón metió la mano en uno de los bolsillos de sus pantalones y con dificultad, porque no estaban a los lados sino delante y era un hombre corpulento, sacó un gran reloj de plata. Lo miró y después volvió la vista hacia el sol poniente. El kanaka que estaba en el timón le echó una mirada, pero no despegó los labios...
El judío errante, por Gustave Doré

El judío errante

Rudyard Kipling

-Si das una vuelta al mundo en dirección al Oriente, ganas un día -le dijeron los hombres de ciencia a John Hay. Y durante años, John Hay viajó al Este, al Oeste, al Norte y al Sur, hizo negocios, hizo el amor y procreó una familia como han hecho muchos hombres, y la información científica consignada arriba permaneció olvidada en el fondo de su mente, junto con otros mil asuntos de igual importancia...
Hiena. Foto por Clovis WOOD en Unsplash

La debutante

Leonora Carrington

En la época en que fui debutante, solía ir a menudo al parque zoológico. Iba tan a menudo que conocía más a los animales que a las chicas de mi edad. Era porque quería huir del mundo, por lo que me hallaba a diario en el zoológico. El animal que mejor llegué a conocer fue una hiena joven...
Jardín. Foto por Florian GIORGIO en Unsplash

El jardinero

Rudyard Kipling

En el pueblo todos sabían que Helen Turrell cumplía sus obligaciones con todo el mundo, y con nadie de forma más perfecta que con el pobre hijo de su único hermano...

El poeta

W. Somerset Maugham

No siento gran interés por la gente célebre, y no puedo soportar a esas personas que tienen la pasión de codearse con las grandes figuras...
Gato. Foto por Harry Cunningham en Unsplash

El gato que caminaba solo

Rudyard Kipling

Sucedieron estos hechos que voy a contarte, oh, querido mío, cuando los animales domésticos eran salvajes. El Perro era salvaje, como lo eran también el Caballo, la Vaca, la Oveja y el Cerdo, tan salvajes como pueda imaginarse, y vagaban por la húmeda y salvaje espesura en compañía de sus salvajes parientes; pero el más salvaje de todos los animales salvajes era el Gato. El Gato caminaba solo y no le importaba estar aquí o allá...
Joyas. Fotos por Brooke Cagle en Unsplash

La duquesa y el joyero

Virginia Woolf

Oliver Bacon vivía en lo alto de una casa junto a Green Park. Tenía un departamento; las sillas estaban colocadas de manera que el asiento quedaba perfectamente orientado, sillas forradas en piel. Los sofás llenaban los miradores de las ventanas, sofás forrados con tapicería...
Ejecución de María Antonieta

Un miembro del Comité del Terror

Thomas Hardy

"El caballero extranjero iba tan preocupado que apenas había reparado en ella, pero aquel extraño desvanecimiento atrajo inmediatamente su atención. Cruzó rápidamente la calzada, la levantó y la llevó a la tienda más próxima al puente, explicando que era una dama que se había puesto enferma en la calle..."
El aristócrata solterón - Arthur Conan Doyle

El aristócrata solterón

Arthur Conan Doyle

Hace ya mucho tiempo que el matrimonio de lord St. Simon y la curiosa manera en que terminó dejaron de ser temas de interés en los selectos círculos en los que se mueve el infortunado novio...
La Puerta de los Cien Pesares

La Puerta de los Cien Pesares

Rudyard Kipling

"Esto no es obra mía. El Mulato Gabral Misquita me lo contó, entre la puesta de la luna y el alba, seis semanas antes de morir, y yo anotaba sus respuestas a mis preguntas. Como sigue..."
El fantasma de Clitemnestra que despierta las furias, por John Downman

El fantasma provechoso

Daniel Defoe

"Inmediatamente se empezó a decir que en la casa había dinero escondido, y el caballero esparció la noticia de que él comenzaría a excavar, seguro de que la gente se pondría muy ansiosa de que así se hiciera. En cambio, no hacía nada al respecto..."
Picturesque America - East Hampton, L.I. - view from the church belfry

El auxiliar de la parroquia

Charles Dickens

"Había una vez, en una diminuta ciudad de provincias bastante alejada de Londres, un hombrecito llamado Nathaniel Pipkin, que trabajaba en la parroquia de la pequeña población y vivía en una pequeña casa de la Calle High, a escasos diez minutos a pie de la pequeña iglesia; y a quien se podía encontrar todos los días, de nueve a cuatro, impartiendo algunas enseñanzas a los niños del lugar..."
Cuentos de Canterbury, por Geoffrey Chaucer

Cuentos de Canterbury

Geoffrey Chaucer

La peregrinación al santuario de Canterbury para visitar la tumba de Santo Tomás Beckett es el marco en el que se desarrolla esta colección de cuentos. Sus personajes son peregrinos que representan a las distintas categorías sociales. Junto a una sutil ironía, mezcla de sátira y humor, aparecen interesantes aseveraciones astronómicas, médicas y de alquimia que han sido estudiadas seriamente por especialistas en estas materias.
El candor del Padre Brown, una novela de G. K. Chesterton

El candor del Padre Brown

G. K. Chesterton

Doce relatos componen este volumen con el que el divertido y paradójico Gilbert Keith Chesterton dio a conocer al Padre Brown. Este cura católico, de aspecto insignificante y candoroso, tiene un cerebro privilegiado y una intuición singular para leer en los recovecos del corazón humano. Pero su bondad natural le impide juzgar y condenar: descubre el delito, pero intenta «salvar» al delincuente. Un libro rebosante de ingenio, de un autor cuya influencia ha llegado hasta Borges.
Escándalo en Bohemia, por Sidney Paget

Escándalo en Bohemia

Arthur Conan Doyle

Para Sherlock Holmes ella es siempre «la mujer». Rara vez le he oído mencionarla con otro nombre. A sus ojos eclipsa a la totalidad de su sexo y la supera. Y no es que sintiera hacia Irene Adler un sentimiento semejante al amor...
El grillo del hogar, relatos de Charles Dickens

El grillo del hogar

Charles Dickens

La historia se desarrolla en tres días y está dividida en tres cantos. El grillo, símbolo de la paz en los hogares humildes, es el eje del relato: en el primer canto, el grillo está feliz; en el segundo, guarda silencio; en el tercero, vuelve a cantar de nuevo. Dickens ha escrito un poema en prosa sobre la vida del hogar y el cariño conyugal, un esbozo de la vida de las personas sencillas. Conjuga las principales habilidades de Dickens. Por un lado, el humor con el que presenta a sus personajes (la sordera del misterioso viejo, el descuidado bebé cuya cabeza golpea con las paredes) o dialoga burlonamente con el lector; por el otro, la utilización de los recursos básicos de la trama, desde la insólita casualidad hasta el reconocimiento de los personajes (lo que los griegos llamaban anagnórisis).