Relatos ingleses

El pequeño fotógrafo

Daphne du Maurier

"Luego bajó la voz y se calló estúpidamente, pues el rostro que la miraba desde la abierta ventana era tan inesperado y tan dulce que podía haber sido el de un santo bajado de las vidrieras de una catedral. Aquel rostro aparecía enmarcado en una masa de negros y rizados cabellos. Tenía la nariz recta y fina, la boca firmemente moldeada, y los ojos, oscuros, solemnes y tiernos, eran como los de una gacela."

El napoleón de Notting Hill

G. K. Chesterton

“El Napoleón de Notting Hill” es una novela escrita por Gilbert Keith Chesterton en 1904 y ambientada en un Londres casi sin cambios en 1984. Es simultáneamente una fantasía futurista, una sátira política y un cuento profético. La historia cuenta cómo, en el año 1984, los residentes de un barrio londinense se levantan en armas y se declaran independientes de Inglaterra. Chesterton era conocido por su agudeza, sentido común y por ser un escritor prolífico que cultivó diversos géneros literarios. En “El Napoleón de Notting Hill”, Chesterton utiliza su característico humor absurdo y su habilidad para la caracterización cómica, la paradoja y las frases ingeniosas para presentar ideas provocadoras y alarmantes sobre las que merece la pena reflexionar. La novela presenta dos personajes contrapuestos y complementarios que libran, cada uno a su manera, una batalla contra la inercia de una época que ha perdido la fe en las revoluciones. A través de esta historia, Chesterton ofrece una crítica mordaz a la sociedad moderna, el gobierno y la monarquía. En resumen,…

Ante el ministerio

Doris Lessing

"El señor Mafente era un joven alto y tranquilo, también iba bien vestido, pero en él la ropa era de un estilo europeo convencional; un mero traje, una camisa de rayas, una corbata, y sus gestos no tenían nada de la seductora parodia de sí mismo del otro hombre."

El hombre que pudo ser rey

Rudyard Kipling

"Todo empezó a bordo de un tren que partió de Ajmir camino de Mhow. Se había producido un déficit presupuestario que me exigía viajar, no ya en segunda clase, que es la mitad de buena que la primera, sino en clase intermedia, que es en verdad pésima"

A prueba

SAKI

"Bueno, pues había un barco que iba de Stolpmünde a Londres dos veces al mes, y aunque llevaba pocos pasajeros el precio era barato; no eran baratos, en cambio, los billetes de ferrocarril a Munich o a París. Por eso eligió Londres como escenario de su gran aventura."

El anciano

Daphne du Maurier

"Era un gran tipo, ancho y fuerte. Ha envejecido después, naturalmente —estoy hablando de hace varios años—, pero incluso ahora se le nota lo que debe de haber sido. Da sensación de fuerza, de energía, y lleva siempre erguida la cabeza, como un rey. Y esto es algo más que una simple frase."

El Wendigo: Y otros relatos extraños y macabros

Algernon Blackwood

Algernon Blackwood (1869-1951), «cuya voluminosa obra se encuentra entre las más bellas de la literatura espectral de todos los tiempos», según Lovecraft, «es el maestro absoluto e indiscutible de la atmósfera fantástica». Autor de obras fundamentales del género como “El Wendigo” o “Antiguas brujerías”, Blackwood tenía una profunda fe en el más allá y en la reencarnación, lo que le llevó a interesarse por el budismo, el hinduismo y la teosofía. Viajó por todo el mundo y se afilió a la Orden Hermética de la Golden Dawn. En 1906 apareció su primer libro, «The Empty House and Other Ghost Stories», al que siguió dos años después una colección de relatos del popular investigador de lo oculto John Silence (Gótica 46).El presente volumen reúne una selección de los mejores relatos de Blackwood, veintitrés historias extraídas de nueve diferentes colecciones publicadas entre 1906 y 1921. Aparte del mencionado “El Wendigo” (1910), en el que Blackwood nos hace experimentar como nadie el horror pánico que posee a un grupo de cazadores en plena…

El barco que se encontró a sí mismo

Rudyard Kipling

"Era su primer viaje, y aunque solo se trataba de un vapor de carga de mil doscientas toneladas, era el mejor de los de su tipo, el resultado de cuarenta años de experimentos y mejoras en estructura y maquinaria"

Bésame otra vez, desconocido

Daphne du Maurier

"Entonces me miró. Volvió en dirección a mí sus ojos azules, en los que persistía aquella misma expresión hosca y carente de interés por nada. Pero esta vez había en ellos algo que yo no había visto antes y que nunca desde entonces he vuelto a ver: una especie de languidez, semejante a la de quien al despertar de un largo sueño, se alegra de encontrarle a uno a su lado."

A través del túnel

Doris Lessing

"Corrió en línea recta hacia el agua y empezó a nadar. Era un buen nadador. Pasó rápido por encima de la arena reluciente, por encima de una zona donde las rocas yacían bajo la superficie como monstruos desvaídos y entonces se encontró en el verdadero mar, un mar cálido donde las frías corrientes irregulares sacudían sus piernas desde las profundidades."

Condenado a muerte

W. Somerset Maugham

"La caza a bala no le gustaba; durante sus primeros años en Malasia había matado grandes piezas, pero ya no sentía ningún placer por ello. ¿Para qué destruir a los animales de la jungla? Pero le gustaba el ojeo."

El duelo del doctor Hirsch

G. K. Chesterton

"Un alarido pareció hacer temblar la fachada de la mansión vecina; dos piedras salieron volando y una rompió un ventanal a la altura de la galería. El indignado coronel se lanzó una vez más bajo la arcada y se le oyó gritar y tronar en el interior. A cada momento el mar humano se hacía mayor y se estrellaba contra la verja y los escalones de la casa del traidor"

Los tres jinetes del Apocalipsis

G. K. Chesterton

La singular y a veces inquietante impresión que Mr. Pond me causaba, a pesar de su cortesía trivial y de su corrección, se vinculaba tal vez a alguno de mis primeros recuerdos y a la vaga sugestión verbal de su nombre. Era un viejo amigo de mi padre, un funcionario; y sospecho que mi imaginación infantil había mezclado de algún modo el nombre de Mr. Pond con el estanque del jardín...

Al final del callejón

Rudyard Kipling

Cuatro hombres, cada uno con derecho “a la vida, a la libertad y a la conquista del bienestar”, jugaban al whist sentados a una mesa. El termómetro señalaba —para ellos— ciento un grados de temperatura. La habitación estaba tan oscurecida que apenas era posible distinguir los puntos de las cartas y las pálidas caras de los jugadores...

El relato del niño

Charles Dickens

Una vez, hace ya muchos años, hubo un caminante que partió para un prolongado viaje. Era un viaje mágico, que parecía muy largo al comienzo y muy corto cuando llegó a la mitad de la ruta...

Antes de la fiesta

W. Somerset Maugham

A Mrs. Skinner le gustaba llegar a tiempo a todas partes. Vestía un traje de seda negro en consonancia con su edad y con el luto que llevaba por su yerno. Se ajustó la toca de su sombrero. Dudó antes de hacerlo, porque las plumas de águila marina que lo adornaban podían suscitar acerbos comentarios entre algunos amigos que seguramente encontraría en la fiesta...

Luces antiguas

Algernon Blackwood

Desde Southwater, donde se apeó del tren, el camino iba derecho hacia poniente. Eso lo sabía; por lo demás, confiaba en la suerte, ya que era uno de esos andariegos impenitentes a los que no les gusta preguntar. Tenía ese instinto, y generalmente le funcionaba bastante bien...

La historia de los duendes que secuestraron a un enterrador

Charles Dickens

En una antigua ciudad abacial, en el sur de esta parte del país, hace mucho, pero que muchísimo tiempo -tanto que la historia debe ser cierta porque nuestros tatarabuelos creían realmente en ella-, trabajaba como enterrador y sepulturero del campo santo un tal Gabriel Grub...

Un resumen

Virginia Woolf

Como sea que dentro de la casa hacía calor y las estancias estaban atestadas, como sea que en una noche como aquélla no había riesgo de humedad, como sea que los farolillos chinos parecían pender como frutos rojos y verdes, en el fondo de un bosque encantado, el señor Bertram Pritchard llevó a la señora Latham al jardín...
Mangosta

Rikki tikki tavi

Rudyard Kipling

Esta es la historia de la gran batalla que sostuvo Rikki-tikki-tavi, sin ayuda de nadie, en los cuartos de baño del gran bungalow que había en el acuartelamiento de Segowlee. Darzee, el pájaro tejedor, la ayudó, y Chuchundra, el ratón almizclero, que nunca anda por el centro del suelo, sino junto a las paredes, silenciosamente, fue quien la aconsejó...