Los salvajes
Johan Moya Ramis
El día no había comenzado bien, pero trató de no darle importancia. Se consideraba afortunado de no ser supersticioso. Un supersticioso no habría salido a la calle al ver lo que él vio cuando abrió la ventana de su apartamento: policías amontonados en pequeños grupos de tres a seis, repartidos por varios puntos de la avenida, sobre todo en las esquinas.
Sitiados
Olga Montes Barrios
Papá nos hacía afilar los machetes e inventaba planes de trabajo. Planes de desmontes y de siembras. Pero entonces mirábamos el cielo, las nubes claras y distantes…
Legado
Ailyn García González
Le contaron todo sobre la madre. Trajeron sus discursos, publicados en una edición de lujo. Le mostraron la foto, aquella en la que estrechaba las manos de un hombre memorable. Aseguraron que la decisión había sido heroica, impostergable.
Dios en el parqueo
Daneris Fernández Fonseca
Jesús Loves You. Leí en un pequeño letrero pintado sobre la madera de la pared. Había estacionado mi camión, en aquel antiguo Days Inn, un montón de veces durante el trayecto Orlando-Austin; me senté otro recojonal en la misma mesa del Burger King y jamás vi la capilla, o la iglesia o lo que fuera aquella especie de conteiner con cruz encima.
La encerrona
Raydel Francisco Pérez
«Agustín Puente es maricón.» La nota no daba más explicaciones. Solo eso. Y como todo buen anónimo venía escrito en letra de molde, con caligrafía deliberadamente irregular, alternando letras grandes con chicas.
Esclavos no solo de Dios
Lis Monsibáez
A Juan el Bautista lo decapitaron. Dice la Biblia que en una fiesta de cumpleaños del rey Herodes, la hija de la esposa bailó para él. Todos en la fiesta quedaron maravillados, por lo que Herodes le dice que pida lo que quiera…
Vedi Napoli
Manuel Quintero Pérez
El guía se acercó, lo tomó por el codo y le habló al oído con su ofensivo aliento nicotínico. «Señor, ponga su mano en mi hombro para que no tropiece». Álvaro hizo como le pidió y avanzaron unos pasos hacia el interior de la capilla San Severo…
La Colección G (de Gilberto) y la nueva narrativa cubana
Rafael Grillo
“¿Colección G por Gilberto?”, le preguntan. “¿Y por qué no?”, responde con una sonrisa taimada, y argumenta que “en Cuba hay muchas editoriales, pero no hay editores”. Él tiene para todo una respuesta Punzante. “El ambiente editorial cubano es demasiado ecuménico, igualitarista, no permite distinguir las diferencias”.
Ailín García y la mentira (veraz) de los boleros
Rafael de Águila
Ejercer el oficio de augur resulta en extremo veleidoso. Todavía más si el augur se atreve a ello desconociendo los riesgos de semejante ritual en el (inefable y ciertamente veleidoso) reino de la Literatura.
Lost in Translation
Jorge Enrique Lage
He sido cordialmente invitado a investigar la muerte de Linus García. Por supuesto, he aceptado. Los yakuzas no quieren admitir que fue un suicidio. Mejor así.