Novelas de aventuras

Los pilotos de altura

Pío Baroja

Los pilotos de altura narra las aventuras de un marino sin escrúpulos, dedicado al tráfico de esclavos, al que suceden en sus viajes como negrero toda suerte de peripecias: tempestades, naufragios, persecuciones, rebeliones, ataques piratas... Rara vez aparecen en la literatura española novelas cuya trama principal sean las aventuras y más si estas suceden en el mar. Pío Baroja nos ofrece aquí una excepcional novela al estilo de la más pura tradición narrativa inglesa.

Rookwood. La gran cabalgada de Dick Turpin

Harrison Ainsworth

William Harrison Ainsworth (1805-1882) nació en Manchester, y desde muy joven se introdujo en los círculos literarios londinenses de la mano del editor John Ebers, con cuya hija se casó. En 1834 publicó una novela, Rookwood, que le reportó un enorme éxito y dio origen a la leyenda popular del salteador justiciero Dick Turpin. Ya dedicado de lleno a la literatura, Ainsworth escribió en los siguientes cuarenta años cerca de cuarenta novelas, entre las que destacan Jack Sheppard (1839), The Tower of London (1840), Windsor Castle (1843), The Lancashire Witches (1849) y Auriol (1850). Rookwood, la gran cabalgada de Dick Turpin, es una novela histórico-gótica, ambientada en el Yorkshire de 1734, que cuenta la historia de una ancestral mansión que arrastra una maldición terrible. Criptas, matrimonios secretos, conjuras, venganzas, aparecidos y amores desaforados riegan la narración como en toda novela gótica que se precie. El toque histórico lo aporta uno de sus personajes principales, Dick Turpin (con su tricornio, casaca roja, caballo negro, pistolón, antifaz y botas altas y negras),…

Kim

Rudyard Kipling

Hacia 1885, Kim vagabundea por los aledaños del Museo de Lahore. Parece uno más entre las bandadas de niños indios que pelean por encaramarse al viejo cañón Zam-Zammah, pero Kimball O’Hara es en realidad un niño inglés al que el destino depara una aventura de amistad, lealtad, honor y heroísmo. «...a mi modo de ver, que “Kim” sea una novela de espionaje es un asunto lateral del mismo modo que lo es que se trate de una novela picaresca, una obra costumbrista, una novela de viajes, una novela de arquetipos o una novela iniciática, ya que como toda gran obra de arte permite numerosas lecturas e interpretaciones diversas. Lo que la acredita para mí como tal obra de arte no es sólo la belleza de su historia, sino su brillantísima escritura, aguda, llena de hallazgos, de frases perfectas, certeras, jugosas, fuertes, plenas de color y de vigor, capaces de dotar de una vida incuestionable no sólo a los maravillosos personajes sino los lugares y el paisaje de la India». Del…

El Capitán Blood

Rafael Sabatini

El gran clásico de las novelas de aventuras náuticas. La vida del capitán Blood, inspirada directamente en la biografía de Henry Morgan, es un continuo proceso de búsqueda de la libertad, manteniéndose fiel a unos principios de igualdad, en una época en la que la piratería estaba legitimada y era tolerada por los gobiernos europeos. Elegido almirante por los bucaneros, Blood emprende una expedición contra Puerto Príncipe y Porto Bello, pero la más espectacular es su entrada en Panamá, la llamada Taza de Oro, de la que se retira con un cuantioso botín. Nombrado gobernador de Jamaica, no tarda en ser desposeído de su cargo, pues la firmeza de sus principios y su fuerte carácter casan mal con la diplomacia necesaria para representar al gobierno británico en las Antillas.

La guerra del fuego

J.H. Rosny

Hace más de cien mil años, la tribu de los Oulhamr huye, vencida, detrás de su jefe. Han perdido el fuego, están a merced del frio y de la noche. Dos guerreros intentan reanimar ese fuego perdido: Naoh, hijo de Leopardo, el más grande y más ágil y Aghoo, hijo de Uro, el bruto más velludo de los Oulhamr. Para reconquistar el fuego los guerreros tendrán que vérselas con el oso gris, el león gigante, la tigresa, los devoradores de hombres, los mamuts, los enanos rojos, los hombres sin hombros, los hombres de pelo azul y el oso de las cavernas. Es Naoh secundado por sus fieles compañeros, Gaw y Nam quien lo consigue después de numerosas aventuras. Naoh es retratado como el primer espíritu prehistórico en barruntar que la bondad puede ser más favorable que la crueldad, en él se resumen años y años de prehistoria; él es la muestra de la evolución de la humanidad, lenta, oscura, incomprensiblemente, pero con seguridad, con aplomo, por esta fuerza imperecedera que…

El lobo de mar

Jack London

El lobo de mar, un clásico de la literatura norteamericana y una de las mejores novelas de aventuras de todos los tiempos, dramatiza el fortuito encuentro entre dos personajes que representan visiones opuestas de la condición humana. Humphrey van Weyden es un joven intelectual, refinado e idealista que, tras naufragar a bordo de un ferry en aguas del Pacífico, es rescatado por un barco dedicado a la caza de focas y capitaneado por Lobo Larsen, el prototipo de «lobo de mar» cruel, despiadado y sin escrúpulos. Sometido a su tiránica autoridad, el joven descubrirá la dureza e impiedad de un mundo primitivo que sin embargo le ayudará a consumar su aprendizaje moral. El dibujante Ignasi Font contribuye a esta edición con unas ilustraciones que poseen toda la fuerza de este gran clásico.

La esfinge de los hielos

Julio Verne

Esta obra surgió de la fascinación que sobre Verne ejerció siempre La narración de Arthur Gordon Pym, de Edgar Allan Poe, y su misterioso final inacabado. Veinte años antes había escrito: «¿Quién la continuará algún día? Alguien más audaz que yo y más resuelto a avanzar en el dominio de las cosas imposibles». Al fin se decidió él mismo. Para ello ideó al capitán Len Guy, hermano del capitán Guy del relato de Poe, que emprende un viaje al polo tras las huellas de la desaparecida goleta de su hermano. Y, en una sucesión de aventuras por un fantástico mar antártico, llegan a una tierra desconocida, donde descubren el helado secreto de la esfinge.

Narración de Arthur Gordon Pym

Edgar Allan Poe

Probablemente, Narración de Arthur Gordon Pym es la obra de Edgar Allan Poe (1809-1849) que ha suscitado valoraciones más dispares. Los surrealistas han hablado con gran estima de la eficacia evocativa de sus elementos inconscientes (por los que se ha interesado también el psicoanálisis) y los aficionados al realismo mágico elogian tanto el encadenamiento de aventuras que aparecen en la superficie como la corriente subterránea, alegórica y extraña, que las transporta. En cuanto a la abrupta conclusión de la historia, lo más probable es que sea una exigencia de la propia trama; a las puertas del gran misterio, el narrador se ve obligado a callar. «Y este silencio —concluye Julio Cortázar, traductor y prologuista de esta edición— tiñe todo el libro con un horror sagrado, insinúa un sentido ambiguo en cada escena anterior, enriquece misteriosamente el relato y a la vez lo desnuda de su fácil truculencia para dejar entrever detrás de esas matanzas, ese canibalismo, esa exhibición de cadáveres descompuestos, un signo profundo de hombre en lucha consigo mismo…
Libro La isla del tesoro, de Robert Louis Stevenson

La isla del tesoro

Robert Louis Stevenson

Las peripecias de Jim Hawkins, del capitán Smollett, de Long John Silver y el resto de los tripulantes de la Hispaniola han significado para varias generaciones no sólo la cristalización de los sueños juveniles de aventuras, sino también la realización literaria del ansia de escapismo que anida en todo ser humano. Si bien la complejidad psicológica de algunos personajes, especialmente John Silver, muestra la característica preocupación de Robert Louis Stevenson por la ambigüedad moral del ser humano, La isla del tesoro representa en estado puro la novela de aventuras en la cual la busca mítica de un objeto preciado actúa como móvil para la huida hacia escenarios exóticos donde la libertad es posible.

El conde de Montecristo

Alejandro Dumas

Novela de aventuras por excelencia, El conde de Montecristo narra la peripecia del joven Edmond Dantès, cuyo prometedor destino se trunca al verse acusado inesperadamente de agente bonapartista y ser encerrado en el adusto castillo de If. Allí, una extraordinaria serie de acontecimientos lo conduce a poder llevar a cabo una fuga insólita y desesperada en posesión del secreto de un fabuloso tesoro. Años después, de regreso en Marsella, viene a conocer que su arbitrario encierro fue debido a una conspiración. Será entonces cuando, con ayuda de sus inmensos recursos y de su ingenio, Dantès, adoptando la personalidad de conde de Montecristo, pondrá en marcha una implacable venganza para acabar con aquellos que propiciaron su ruina.

Veinte mil leguas de viaje submarino

Julio Verne

Cuando Verne ideó la construcción del Nautilus, escribió a Hetzel, su editor y amigo: «Le aseguro que su arca estará mejor equipada que la de Noé». Verne, que había visitado ya los centros de la Tierra y del aire, quiso bajar a los abismos del mar. Imaginó un personaje épico, el atormentado capitán Nemo, un sabio desengañado de la raza humana, que se mueve por una de esas obsesivas reivindicaciones tan típicas de la novela de aventuras: la justicia implacable, no exenta de venganza, y la humillación del adversario.

Robinson Crusoe

Daniel Defoe

La vida y extrañas y sorprendentes aventuras de Robinson Crusoe, publicada en 1719, no es solo uno de los clásicos más leídos de todos los tiempos, sino que, en rigor, se trata de la primera de las grandes novelas inglesas, un texto fundacional. La historia es de todos conocida: Robinson Crusoe naufraga y acaba, solo, en una isla desierta. Poco a poco descubrirá que no está tan solo en la isla, habitada también por los caníbales. Con los restos de su barco, construirá una cabaña y una balsa. Salvará de los caníbales a un nativo, Viernes, que se convertirá en su fiel escudero. Además de una novela de aventuras, llena de inolvidables personajes, Robinson Crusoe es una de las primeras reflexiones narrativas sobre la soledad, la sociedad y las relaciones humanas. Daniel Defoe escribió, también en 1719, una continuación menos conocida, Nuevas aventuras de Robinson Crusoe, que se incluye en el presente libro como Volumen II.