Grutesco
Yordan Rey
Rebusco en los cajones unos guantes de cabritilla para arrancarme el alfiler de la lengua. ¡Adel! ¡Deja la pajarería y sé un hombre coño! ¡No seas pendejo!, dice Adel padre. ¡No le grites más, por favor! ¿Qué van a decir los vecinos? dice Cuba.