Cosas de mujeres
Reynaldo Cañizares
Quien haya vivido en la ciudad de Santa Clara tiene que haber oído al menos mentar al Fide Stevenson, el que ahora es despachador de guaguas de la terminal de ómnibus intermunicipal…
Hasta 296
Daniel Burguet
Con este relato, el autor se dio a conocer como representante de la más nueva generación de narradores cubanos, reunida en el grupo literario Ariete…
Lengua
Manuel Navea
Estaba hastiado, el teniente. Y ahora esto. Indira lo miraba como compadeciéndose. Eso lo molestaba. Aún a su edad no soportaba que fueran condescendientes con él…
En la zona diabólica
Pedro Juan Gutiérrez
La narrativa de este autor “es tan mortífera como un balazo en la sien”. Sirva para demostrarlo uno de sus relatos incluidos en el volumen El insaciable hombre araña, publicado por Ediciones Unión en 2014…
¿Cómo matar al dinosaurio?
Yasel Toledo Garnache
Cada mañana el dinosaurio sigue ahí. Despierto con la esperanza de que todo sea un sueño, pero la realidad me golpea como una pedrada en la cabeza. Miro el revólver y lo tomo en mis manos…
Los pokemones del estío (una fantasía ensayística)
Alberto Garrandés
Relato perteneciente al volumen Antes de amancebarme con la enana zíngara contorsionista, publicado por Ediciones Primigenios…
Y vos por qué lloras
Frank David Frías
A Yadia Mesas le habían dado una paliza y en cierto modo ella sabía que el final de la pelea sería como las últimas veces que subió al ring…
El sigilo de las raíces. La puerta al torbellino
Emilio L. Herrera Villa
Fragmento de una novela de ficción histórica y de aventuras, donde se entrecruzan dos tiempos y lugares: La Habana de 1952 y la Alemania nazi en su hora final…
El ron de Amontillado
Mauricio Escuela
Yo soy Ambrose Bierce y aún tengo talento para escribir. Envié un cuaderno de cuentos al concurso Casa de las Américas el año pasado. Mi traspaso a través de la frontera mexicano-estadounidense…
Un suizo de Appenzell en la Habana
Manuel Quintero Pérez
Mathias Kalkofen no compró su boleto hasta no estar completamente seguro de dominar el idioma de la isla. Le habían platicado de un lugar paradisiaco donde podía tumbarse bajo los cocoteros…
Último día después de la lluvia
Johan Moya Ramis
A veces me pregunto hacia donde me habrá llevado Dios durante el sueño, que amanezco con la pinga tan dura como una estaca, tal parece que si la toco se va a partir…
La posición correcta
Manuel Quintero Pérez
Pensó en el Acto, sintió algo parecido a un fogaje calentándole el rostro y le alegró que no hubiera testigos de su turbación. Había varias posiciones, pero solo una era la correcta para el Acto, la que les redimía de no pecar…
Fragmento de la novela publicada por Editorial Ancoras en 2017…
Algo de sangre
Liany Vento García
Ayer el último cliente me preguntó si podía regalarme una rosa. «No lo creo», le dije, y vi que intentaría preguntarme por qué, así que me adelanté: «Mejor se va y no vuelve». El hombre se alarmó: «¿No te da miedo que por tratarme así pueda hacerte algo?».
La madrugada
Alexy Dumenigo Águila
A esta hora me vienen las ideas más estúpidas a la cabeza. El reloj marca las doce, pero debe faltar poco para el amanecer. Afuera se oyen los ruidos habituales. Está fallando…
El maestro
Mariam Diéguez Sánchez
La tela blanca de su camisa de algodón, más los movimientos felinos de su mano, hacían notar unos hombros poderosos. Laura, en la mesa de al lado, se mordió los labios relamiéndose en una mueca lasciva…
Los cachorros
Yonnier Torres
Pude construir una lista, armar una estrategia, algo así como un plan de escape, una puerta de salida, una ventana de emergencia; pero no lo hice. La condena hubiera pasado de culpable en culpable, repartiéndose a partes iguales y al final saldría a flote la inevitable conclusión de que todo fue producto de un complot de nefastas circunstancias.
La choza embrujada
Lázaro Alfonso Díaz Cala
Efigenio salió bien temprano aquella mañana, con sus botas de sembrar arroz llenas de fango y la camisa remendada en la espalda. Apretó bien fuerte la soga que servía de cinto, entre las dos únicas trabillas que conservaba el pantalón, se acomodó el sombrero, miró al cielo y se persignó
Pedro, regresa
Denis Álvarez Betancourt
No sabes, Pedro, cuánto lamento que te hayas ido, y lo peor, que me pusieras en la disyuntiva terrible de elegir entre Pedrito y tú. Sé que al final recapacitarás y volverás a este, nuestro hogar, donde hemos pasado tanto juntos. Él está aquí, al lado mío y muy preocupado por ti.
Escaleras al suelo
Zulema de la Rúa Fernández
No sé de dónde soy, le respondo, ni cómo he llegado aquí… Ella me sonríe y regresa al hardcore, a la apoteosis de cuerpos enloquecidos, a los cabellos en remolinos. El tiempo empuja las nubes de la ventana y las canciones de Rammstein quedan en absoluta libertad para estrujar las columnas de esta casa.
Te enseñaré a matar
Ernesto Pérez Chang
Aquí en la Isla todos recuerdan la llegada de Stevens Franz la misma noche tormentosa que la radio de tierra firme alertó a los del faro sobre una embarcación que había perdido el rumbo y quizás, de no haber sido tragada por las aguas, había encallado en los arrecifes cercanos al farallón...