El antojo de Amador Almeida
Leopoldo Luis
Es mentira que el dinero cambia a la gente: Amador Almeida era ya un imbécil antes de convertirse en maceta. En todo caso aumentaría su idiotez en la misma proporción que su fortuna.
Madre bañando a su hijo
Rolando Revagliatti
El desnudo hijo dentro de la imperial bañadera de hierro llena de agua. Un despintado banquito de tres patas, al lado. Y una canasta con jabón de tocador de coco, esponja, sales de baño importadas, una caja grande de fósforos de madera y barcos de papel...