Apocalipsis (The Stand)
Stephen King
Esta narración cuenta cómo un virus gripal, creado artificialmente como posible arma bacteriológica, se extiende por Estados Unidos y provoca la muerte de millones de personas. Los supervivientes tienen sueños comunes, en los que aparece una anciana y un hombre joven. La mujer anciana los incita a viajar a Nebraska para combatir a Randall Flagg, un abominable personaje que encarna las fuerzas del mal y posee un arsenal nuclear.
El sol desnudo
Isaac Asimov
Mientras la sociedad terrestre rechaza a los robots humanoides, los Mundos Exteriores, antiguas colonias de la Tierra, han basado su economía en el trabajo de los robots, desarrollando así una sociedad altamente tecnológica, mucho más que la terrestre, en la que los individuos no soportan la presencia de sus congéneres: todos los contactos sociales se producen por medio de proyecciones holográficas.
La larga marcha
Stephen King
Una inquietante novela futurista donde la realidad supera a la fantasía más terrorífica. El escenario: una sociedad ultraconservadora que ha llevado al paroxismo sus rasgos más perversos, dominada por un estado policial. El acontecimiento: la más extraordinaria competición deportiva, una agotadora marcha a pie donde un resbalón puede ser el último. Los competidores: cien adolescentes elegidos por sorteo y decididos a pasar sobre los cadáveres de sus compañeros para llegar a la meta. El premio: fama y fortuna para el ganador, es decir, para el único superviviente…
El padecimiento continuo
Charles Bukowski
El padecimiento continuo es una recopilación de poemas inéditos de Charles Bukowski (1920-1994), uno de los más célebres, imitados, convulsivos y compulsivos poetas del siglo XX. Nacido en Alemania, es sin embargo uno de los autores más emblemáticos de la literatura norteamericana, hasta el extremo de que Joyce Carol Oates ha dicho de él que es el Walt Whitman de Los Ángeles, ciudad en la que residió durante 50 años. A otros ángeles se refiere Leonard Cohen cuando afirma que Bukowwski puso a todo el mundo a ras de tierra, incluso a los ángeles.
El emisario
Ray Bradbury
Supo que había llegado de nuevo el otoño, porque Torry entró retozando en la casa, trayendo con él un refrescante olor a otoño. En cada uno de sus perrunos rizos negros llevaba una muestra del otoño: tierra húmeda, con la humedad peculiar de aquella estación, y hojas secas, color de oro pajizo. El perro olía exactamente igual que el otoño...
El arrecife
Edith Wharton
El diplomático norteamericano George Darrow se dispone a reencontrarse con Anna Leath, la mujer que, catorce años antes, le abandonó para casarse con otro. Anna es ahora una rica viuda que vive en un idílico «cháteau» francés con su hija de nueve años y su joven hijastro, y Darrow espera ansioso recuperar la oportunidad perdida; pero en el último momento ella aplaza la cita. Desengañado, el diplomático tiene una breve aventura en París con una muchacha ilusionada y pobre que se enamora apasionadamente de él. Unos meses después, es invitado al «château» de la viuda, que, después de todo, le ama y desea casarse con él; pero allí Darrow se encuentra con que la nueva niñera que tiene a toda la familia encandilada es precisamente la joven de su «affaire» en París...
La capital del mundo
Ernest Hemingway
Hay en Madrid infinidad de muchachos llamados Paco, diminutivo de Francisco. A propósito, un chiste de sabor madrileño dice que cierto padre fue a la capital y publicó el siguiente anuncio en las columnas personales de El Liberal:..
Demasiados han vivido
Dashiell Hammett
La corbata del hombre eran tan naranja como una puesta de sol. Se trataba de un individuo robusto, alto y puro músculo. El pelo oscuro con raya al medio y pegado al cuero cabelludo, las mejillas firmes y carnosas, la ropa que ceñía su cuerpo con evidente comodidad, e incluso las orejas, pequeñas y rosadas, adheridas a los lados de la cabeza...
La quinta estación
N. K. Jemisin
Así es como se acaba el mundo… por última vez. Ha dado comienzo una estación de desenlaces. Empieza con una gran grieta roja que recorre las entrañas del único continente del planeta, una grieta que escupe una ceniza que oculta la luz del sol. Empieza con la muerte, con un hijo asesinado y una hija perdida. Empieza con una traición, con heridas latentes que comienzan a supurar. El lugar es la Quietud, un continente acostumbrado a la catástrofe en el que la energía de la tierra se utiliza como arma. Y en el que no hay lugar para la misericordia.
Clase
Charles Bukowski
No estoy muy seguro del lugar. Algún sitio al Noroeste de California. Hemingway acababa de terminar una novela, había llegado de Europa o de no sé dónde, y ahora estaba en el ring pegándose con un tipo...
Las tierras baldías
Stephen King
Roland ya no está solo en su búsqueda de la Torre Oscura. Le acompañan Eddie y Susannah, quienes llegaron desde diferentes momentos de Nueva York en La llegada de los tres. Ya les ha entrenado en las artes antiguas de los pistoleros. Sin embargo, el ka-tet aún no está completo. Roland ha de traer a una persona más desde Nueva York a Mundo Medio, una persona que ya ha estado allí y ha muerto no una vez, sino dos, y que sigue viva. El ka-tet, los cuatro unidos por su destino, tendrá que viajar a través de las envenenadas tierras baldías para llegar a la temible ciudad derruida de Lud. Su única esperanza será subirse a un tren rabioso que también busca su destrucción.
Un yanqui en la corte del rey Arturo
Mark Twain
La tentación de penetrar en el pasado, ya sea a través del túnel del tiempo o mediante aeronaves de ciencia-ficción que superasen la velocidad de la luz, no es nueva. Pero Twain no quiso hacer alardes científicos (para él la transmigración es un pretexto), sino un relato humorístico, empapado de sátira social y política, como es habitual en él. Las instituciones monárquicas, eclesiásticas y caballerescas reciben un buen repaso, y los personajes, un tanto grotescos y caricaturizados, a la vez que nos divierten con su comicidad irresistible, nos sitúan frente a la desconfianza del autor ante ciertos valores morales tenidos por inamovibles
La carretera
Cormac McCarthy
La carretera, novela galardonada con el premio Pulitzer 2007 y best seller literario del año en Estados Unidos, transcurre en la inmensidad del territorio norteamericano, un paisaje literalmente quemado por lo que parece haber sido un reciente holocausto nuclear. Un padre trata de salvar a su hijo emprendiendo un viaje con él. Rodeados de un paisaje baldío, amenazados por bandas de caníbales, empujando un carrito de la compra donde guardan sus escasas pertenencias, recorren los lugares donde el padre pasó una infancia recordada a veces en forma de breves bocetos del paraíso perdido, y avanzan hacia el sur, hacia el mar, huyendo de un frío capaz de romper las rocas.
Primera ley
Isaac Asimov
Mike Donovan contempló su vacía jarra de cerveza, se sintió aburrido, y decidió que ya había escuchado lo suficiente. Dijo en voz alta...
El sueño eterno
Raymond Chandler
El sueño norteamericano de legalidad se derrumba con la solidez de un boxeador peso pesado, y un detective está allí para atestiguarlo a cambio de veinticinco dólares diarios. En medio de un sórdido laberinto de mentiras, desapariciones y asesinatos, nuestro héroe, acosado por pistoleros, estafadores y millonarias ninfómanas, sólo encontrará respiro en la compañía tenue de "Peluca de Plata", que "era más bien alta, pero tampoco un poste de telégrafo". Publicada mientras los Estados Unidos preparaban su ingreso en la Segunda Guerra Mundial, El Sueño Eterno marcó el asombroso debut literario de Raymond Chandler y también un hito en la novela policial negra: la primera aparición en sociedad del irrepetible Philip Marlowe.
Sonia la Roja
Robert E. Howard
Sonia de Rogatino o Sonia la Roja, la «diablesa pelirroja», «feroz como una pantera», hermana de Roxelana, la favorita del sultán Solimán el Magnífico, es una heroína de fantasía creada por Robert E. Howard, el famoso autor de Conan el Bárbaro. A escondidas, Sonia practicaba de noche el uso de la espada por su propia cuenta, algo inadecuado para una mujer, y llegó a convertirse en un aguerrido espadachín que defendió los muros de Viena del ataque de los turcos.
La tarde de un escritor
F. S. Fitzgerald
Cuando despertó se sentía mejor de lo que se había sentido en muchas semanas: simplemente no se sentía enfermo. Se apoyó un momento en el marco de la puerta que separaba su dormitorio y el baño hasta que estuvo seguro de que no se había mareado. Ni siquiera un poco, ni siquiera cuando se puso a buscar una zapatilla debajo de la cama...
Confesiones de un incrédulo y otros ensayos escogidos
H. P. Lovecraft
Se ofrece aquí una selección de artículos y ensayos de H. P. Lovecraft sobre filosofía, ciencia, política y literatura. Aparecidos en periódicos, revistas amateur y cartas, e inéditos en nuestro idioma, nos presentan una faceta totalmente desconocida —y acaso silenciada— de este influyente genio del imaginario literario del terror y la fantasía.
Levitación
Joseph Payne Brennan
"El Circo Ambulante Morgan llegó a Riverville para dar una función de noche, y plantó sus tiendas en el parque situado en uno de los extremos del pueblo. Era un cálido atardecer de primeros de octubre, y a eso de las siete una gran multitud se había congregado ante la barraca principal del Circo, dispuesta a divertirse..."
El príncipe y el mendigo
Mark Twain
Un príncipe y un mendigo, dobles idénticos, se conocen y súbitamente se ven situados cada uno en el papel del otro; a ninguno de ellos se les cree cuando tratan de enmendar la confusión; ambos son llevados por caminos inesperados hasta que cada uno aprende una valiosa lección.