Literatura Mexicana

La sunamita

Inés Arredondo

Caminando por las calles solitarias con mi pequeño veliz en la mano, fui cayendo en el entresueño privado de la realidad y de tiempo que da el calor excesivo. No, no recordaba, vivía a medias, como entonces. “Mira, Licha, están floreciendo las amapas.” La voz clara, casi infantil...

Chac Mool

Carlos Fuentes

Me aventuré a leerlo, a pesar de las curvas, el hedor a vómitos y cierto sentimiento natural de respeto por la vida privada de mi difunto amigo. Recordaría -sí, empezaba con eso- nuestra cotidiana labor en la oficina; quizá sabría, al fin, por qué fue declinado, olvidando sus deberes, por qué dictaba oficios sin sentido, ni número, ni “Sufragio Efectivo No Reelección”. Por qué, en fin, fue corrido, olvidaba la pensión, sin respetar los escalafones...

La muñeca reina

Carlos Fuentes

Entonces no. Entonces soñaba con las mujeres de mis libros, con las hembras -la palabra me trastornaba- que asumían el disfraz de la Reina para comprar el collar en secreto, con las invenciones mitológicas -mitad seres reconocibles, mitad salamandras de pechos blancos y vientres húmedos- que esperaban a los monarcas en sus lechos...

No oyes ladrar a los perros

Juan Rulfo

El viejo se fue reculando hasta encontrarse con el paredón y se recargó allí, sin soltar la carga de sus hombros. Aunque se le doblaban las piernas, no quería sentarse, porque después no hubiera podido levantar el cuerpo de su hijo, al que allá atrás, horas antes, le habían ayudado a echárselo a la espalda. Y así lo había traído desde entonces...

Pedro Páramo

Juan Rulfo

"Pedro Páramo", escrito por Juan Rulfo, es una obra maestra de la literatura mexicana y una de las novelas más importantes del siglo XX. Publicada por primera vez en 1955, esta novela ha dejado una huella profunda en la literatura mundial debido a su estilo innovador y su retrato desgarrador de la vida en el México rural. La historia de "Pedro Páramo" se desarrolla en el ficticio pueblo de Comala, donde el protagonista, Juan Preciado, regresa a su lugar de origen en busca de su padre, Pedro Páramo. Sin embargo, lo que encuentra es un pueblo desolado y habitado por los espectros de los muertos. A través de una narración fragmentada y no lineal, Rulfo teje una trama en la que el pasado y el presente se entrelazan, y los vivos y los muertos se confunden. La escritura de Juan Rulfo en "Pedro Páramo" es magistral. Utiliza un lenguaje poético y evocador que captura la atmósfera opresiva del pueblo de Comala y la desesperanza que reina en sus habitantes. El…

Parábola del trueque

Juan José Arreola

Muy pronto aquellos lunares salieron a la cara de todas, como si entre las mujeres brotara una epidemia de herrumbre. Los maridos se ocultaron unos a otros las fallas de sus esposas, atormentándose en secreto con terribles sospechas acerca de su procedencia. Poco a poco salió a relucir la verdad, y cada quien supo que había recibido una mujer falsificada...

Macario (Cuento)

Juan Rulfo

Ahora estoy junto a la alcantarilla esperando a que salgan las ranas. Y no ha salido ninguna en todo este rato que llevo platicando. Si tardan más en salir, puede suceder que me duerma, y luego ya no habrá modo de matarlas, y a mi madrina no le llegará por ningún lado el sueño si las oye cantar, y se llenará de coraje...
Mind your points, por John Gilbert

El guardagujas

Juan José Arreola

El forastero llegó sin aliento a la estación desierta. Su gran valija, que nadie quiso cargar, le había fatigado en extremo. Se enjugó el rostro con un pañuelo, y con la mano en visera miró los rieles que se perdían en el horizonte. Desalentado y pensativo consultó su reloj: la hora justa en que el tren debía partir...

¡Diles que no me maten!

Juan Rulfo

-¡Diles que no me maten, Justino! Anda, vete a decirles eso. Que por caridad. Así diles. Diles que lo hagan por caridad. -No puedo. Hay allí un sargento que no quiere oír hablar nada de ti. -Haz que te oiga. Date tus mañas y dile que para sustos ya ha estado bueno. Dile que lo haga por caridad de Dios...

Amargo

Rita Bedia Lizcano

Aflijo las rocas con mi llanto,/ las rompo,/ se vuelven polvo entre mis dedos./ Las plantas se marchitan/ las aves emigran al escucharme,/ mi tristeza las enmudece…

La cena y otras historias

Alfonso Reyes

Este libro es una antología que reúne la mayor parte de la obra de ficción de Alfonso Reyes quien imaginaba hermosas e inquietantes historias —situadas en una dimensión que inventó en su juventud— y sabía contarlas de tal manera que producen en el lector un deslumbramiento como el que tan bien expresó Julio Torri: «Tu “Juan Peña” es precioso. ¡Cómo sabes sacar partido de cualquier cosa y hacerla interesante y bella! Estás maduro para las Memorias. Si te resuelves a escribirlas no seas del todo veraz; no prescindas de tu imaginación…»

Los voladores

J. Daniel Abrego

Una moneda, dos, tres o cuatro. Que más da. Ni todas las riquezas del mundo se comparan con la sensación de estar allá arriba y sentir que eres capaz de todo…

El dios de la lluvia llora sobre Méjico

László Passuth

La conquista de México constituyó sin duda una de las mayores gestas acontecidas en la historia de la España Imperial. Hernán Cortés y su ejército de quinientos soldados consiguieron para su rey y su religión el más importante de los imperios del Nuevo Mundo: el Azteca. En esta obra, convertida ya en todo un clásico dentro de la novela histórica contemporánea, Passuth combina hábilmente las crónicas contemporáneas, los datos arqueológicos y su amplio conocimiento del escenario histórico para recrear de forma magistral una de las etapas más fascinantes de la historia del Nuevo Mundo y reflexionar sobre el impacto que supuso para españoles y mexicanos el choque de dos culturas contrapuestas. «Destaca en la novela el soberbio relato que hace el autor de La Noche Triste, la retirada de Cortés y sus tropas de México, cuando sucumbió una gran parte de los españoles; perdieron la artillería, muchos caballos y casi todo el oro que habían atesorado.» Francisco Luis del Pino.

La literatura que tenemos… el periodismo que nos falta

Leopoldo Luis

Miércoles, 26 de septiembre de 2012. Tomen nota de la fecha, porque esa tarde me ocurrió algo totalmente inusual. Imaginé que una revista cubana, de cuyo nombre no quiero acordarme, me pedía un reportaje sobre la literatura mexicana contemporánea