La casa del viento
Alejandro Dumas (hijo)
Sobre la costa que se extiende entre Dieppe y el cabo de Ailli, encuéntrase una aldea encantadora que ninguno de mis lectores conoce, probablemente. Se llama Varengeville y es allí donde los arqueólogos enamorados de la arquitectura del siglo XVI van a visitar las ruinas del castillo de Angó...
La muñeca sangrienta
Gastón Leroux
Bénédicte Masson es feo. Su profunda admiración por las mujeres no consigue consumarse en la historia de amor que sueña en sus Memorias. Consciente de su fealdad, Bénédicte se limita a espiar a su amor platónico, su vecinita Christine. Una noche descubre que ésta oculta en su hogar a un joven con el que mantiene una historia de amor.
Agencia Thompson y Cía
Julio Verne
Thompson es un empresario que inicia una agencia de viajes turísticos en las costas ibéricas. Sufre una lucha de precios con la compañía rival; sin embargo, logra embarcar a un grupo de curiosas personas en su viaje turístico. Entre ellas, destacan la linda estadounidense Alice Lindsay, que viaja junto a su hermana Dolly, Jack, hermano del exesposo de Alice, y el misterioso Saunders. Durante el viaje, Jack trata de conquistar a su cuñada, ya que desea el dinero que le dejó en herencia su hermano. Sin embargo, las peripecias del viaje hacen que Roberto, el traductor y cicerón del viaje, se enamore de ella y se cree una fuerte rivalidad entre Jack y él, hasta al punto de que Jack desee la muerte de uno y de la otra. La nave alquilada por el avaro Thompson, el Seamew, resulta ser un viejo cascarón que no logra soportar todo el camino, lo que lo lleva a encallar en las costas africanas, y eso obliga a los turistas a vérselas con caníbales…
Del matrimonio
Émile Zola
Para Émile Zola (París, 1840-1902), el amor en el siglo XVII es «un gran señor empenachado […] que entra en los salones precedido por una música solemne»; en el XVIII, «un granuja desaliñado […] que desayuna con una rubia, cena con una morena y trata a las mujeres como diosas generosas»; y en el XIX, «un joven formal, correcto como notario, que tiene rentas del Estado…». Así pues, el amor heroico del XVII o el amor sensual del XVIII se han convertido en el amor pragmático que se concluye a toda prisa como un negocio en Bolsa. «El hombre actual no tiene tiempo para amar, y se casa con la mujer sin conocerla… y sin que ella lo conozca a él».
El país de las pieles
Julio Verne
El teniente Jasper Hobson y otros miembros de la Compañía Comercial de la Bahía de Hudson, acompañados junto con otros viajeros e invitados, viajan a través de los territorios al noroeste de Canadá con destino al Cabo Bathurst en el océano Ártico. El objetivo de esta expedición es crear una oficina comercial, consistente en la caza de animales de pieles preciosas. A último minuto se une a la expedición el astrónomo Thomas Black quien asegura que habrá un eclipse solar durante el verano del año siguiente. Al llegar la primavera, después de un largo recorrido, la creciente actividad volcánica cerca del lugar provoca un terremoto y la situación cambia totalmente.
La playa
Alain Robbe-Grillet
Tres niños caminan a lo largo de una playa. Avanzan, uno al lado del otro, llevándose de la mano. Tienen sensiblemente la misma estatura, y sin duda también la misma edad: una docena de años. El del medio, sin embargo, es un poco más pequeño que los otros dos...
Aventura en el Transasiático: Claudio Bombarnac
Julio Verne
El reportero Claudio Bombarnac es asignado por el rotativo «Twentieth Century» para cubrir el viaje del gran tren transasiático que viaja desde Uzun Ada en Turkestán hacia Pekín en China. Lo acompañan en esta travesía un interesante grupo de personajes. Claudio espera que uno de ellos sea el héroe de su historia. Se le añade más acción al viaje cuando un auto especial, custodiado por varios soldados y del cual se dice que trae los restos de un gran mandarín, comienza a formar parte de la carga del tren. El gran mandarín resulta ser una gran consignación que retorna a China proveniente de Persia. Finalmente antes de que el viaje termine, Claudio encuentra al héroe de su historia.
Un drama en México
Julio Verne
El 18 de octubre de 1824, el Asia, bajel español de alto bordo, y la Constancia, brick de ocho cañones, partían de Guaján, una de las islas Marianas. Durante los seis meses transcurridos desde su salida de España, sus tripulaciones, mal alimentadas, mal pagadas, agotadas de fatiga, agitaban sordamente propósitos de rebelión...
Micromegas
Voltaire
En uno de los planetas que giran alrededor de la estrella llamada Sirio, había un joven de mucho talento al que tuve el honor de conocer durante el último viaje que hizo a nuestro pequeño hormiguero...
El cura de Tours
Honoré de Balzac
En los comienzos del otoño del año 1826, el abate Birotteau, personaje principal de esta historia, fue sorprendido por un chaparrón al volver de la casa donde había pasado la velada. Atravesaba, pues, tan rápidamente como sus carnes podían permitírselo la plazuela desierta llamada del Claustro, que se halla a espaldas del ábside de Saint-Gatien, en Tours...
Pierre y Jean
Guy de Maupassant
Una herencia inesperada cae en el tranquilo y retirado hogar de la familia Roland en Le Havre: un antiguo amigo de París, donde el señor Roland era joyero, deja toda su fortuna al menor de sus dos hijos, Jean, de veinticinco años, recién licenciado en Derecho. El mayor, Pierre, médico que aspira a instalarse y tratar a una clientela distinguida, recibe la noticia con cierto estupor, pero también con resignación. Sale a pasear y, al ver la luna salir por detrás de la ciudad, murmura: «Ahí queda eso. Y nosotros preocupándonos por cuatro cuartos». Pero esos «cuatro cuartos» que ha recibido su hermano y no él no tardarán en alterarle los nervios, en golpear su «sensibilidad», en despertar el rencor, la envidia, el odio y la vergüenza, y en empujarle a actos violentos y desesperados.
El perfume de la dama de negro
Gastón Leroux
Tras el éxito obtenido con El Misterio del Cuarto Amarillo, Gastón Leroux quiso dar cima a la aventura y al destino de sus personajes con un más difícil todavía. Rouletabille vio lo insólito del problema en sus términos exactos: Si en El Misterio... era inconcebible cómo el asesino había podido salir de un cuarto cerrado, en El perfume... era más inconcebible aún cómo había podido entrar el hombre que salió cadáver. Es decir: si en aquélla faltaba el asesino, en ésta sobraba el asesinado. Una vez más la implacable lógica de Rouletabille cerró el círculo y, ante los asombrados ojos de los asistentes, descubrió la identidad del asesino.
El ser y la nada
Jean-Paul Sartre
El ser y la nada es la obra donde Jean-Paul Sartre expone técnica y acabadamente su existencialismo y aquella que facilita la plena comprensión de su obra literaria. La primera edición francesa fue publicada en 1943, es decir, en el seno de una Europa arrasada por la guerra. Sartre tenía entonces 38 años y ya había escrito tres obras de carácter filosófico en las cuales explicaba el método de Husserl con vistas a la constitución de una psicología fenomenológica. Había publicado también su primera novela, La náusea, y una serie de cuentos, El muro. A partir de ese momento la producción de Sartre se sucederá sin pausa, abarcando todas las modalidades del pensamiento y de la literatura, pero las tesis centrales de este ensayo de antología fenomenológica seguirán nutriendo y otorgando significado a tan diversificada producción.
La vuelta al mundo en 80 días
Julio Verne
¿Dar la vuelta al mundo en 80 días? ¡Imposible! Solo Phileas Fogg, un excéntrico caballero inglés, se atrevería a intentarlo. La aventura le deparará algunos contratiempos, pero Phileas lo tiene todo controlado. O eso cree él... Los clásicos de Julio Verne en una cuidada edición actualizada, ilustrada y adaptada.
Cuento para la noche de Reyes
Jean Lorrain
Cuando la reina Imogine supo que la princesa Neigefleur no estaba muerta, que el lazo de seda que ella misma le había anudado alrededor del cuello no la había estrangulado sino a medias y que los gnomos del bosque habían recogido aquel dulce cuerpo letárgico en un ataúd de cristal y, lo que es peor...
Bonaparte en San Miniato
Anatole France
Tras haber ocupado Livorno y haber cerrado su puerto a los navíos ingleses, el general Bonaparte se dirigió a Florencia para visitar a Fernando III, gran duque de Toscana que, entre todos los príncipes de Europa era el único que había mantenido de buena fe sus compromisos para con la República...
Los mil y un fantasmas
Alejandro Dumas
Los mil y un fantasmas recuerda por su título, intencionadamente, a Las mil y una noches: la estructura de la narración es la misma. Incluye los relatos: UN DÍA EN FONTENAY-AUX-ROSES (1849) Una partida de caza que lleva al protagonista (no podía ser otro que el propio Dumas) a presenciar y firmar el atestado de un crimen.Cuando varios vecinos sentados a la mesa vuelvan a recordar los motivos aducidos por el criminal, cada comensal relatará un hecho sobrecogedor, protagonizado por él mismo o vivido muy de cerca: historias de espanto con un denominador común, la aparición y los efectos que causan los seres una vez desaparecidos. Muertos que se vengan pasados, incluso, cientos de años, muertos que mantienen una última conversación con su enamorada, muertos que se vengan o ayudan, pero que siempre hacen correr el sudor más frio por las frentes de las personas visitadas. Historias de vampirismo, historias que alcanzan casi la tensión de la necrofilia, historias, en definitiva, capaces de hacer sobresaltarse al lector más sereno...
Thaïs, la cortesana de Alejandría
Anatole France
En estas páginas, asistimos a la obsesión de Pafnucio, un eremita de los de cilicio y cogulla, que ha llegado a la cima del éxtasis haciendo que su alma viaje por los círculos del desierto. En Alejandría, el asceta descubre un objetivo supremo: la salvación de Thaïs, una bella libertina a quien conoció hace largo tiempo. La paradójica conversión de ambos personajes va componiendo el meollo de este libro en el que sensualidad y misticismo se atraviesan felizmente.
El tren a Burdeos
Marguerite Duras
Una vez tuve dieciséis años. A esa edad todavía tenía aspecto de niña. Era al volver de Saigón, después del amante chino, en un tren nocturno, el tren de Burdeos, hacia 1930. Yo estaba allí con mi familia, mis dos hermanos y mi madre...
Un expreso del futuro
Julio Verne
-Ande con cuidado -gritó mi guía-. ¡Hay un escalón! Descendiendo con seguridad por el escalón de cuya existencia así me informó, entré en una amplia habitación, iluminada por enceguecedores reflectores eléctricos, mientras el sonido de nuestros pasos era lo único que quebraba la soledad y el silencio del lugar...