Literatura Dominicana

Catatónico

Virgilio Díaz Grullón

Encogió los hombros y las piernas apretando los codos contra los costados y cerró los puños adoptando la postura que aprendiera cuando niño de Paulino Uzcudún sintiéndose ahora invulnerable a cualquier ataque viniera de donde viniera ya de un puño disparado ya de una bota agresiva...
Amistad

Caín

Virgilio Díaz Grullón

El mensajero de la oficina colocó la tarjeta sobre el escritorio, Vicente la miró distraídamente y la rodó hacia un lado con el dorso de la mano, concentrándose de nuevo en la lectura del documento que tenía enfrente...

Capitán

Juan Bosch

A las siete de la tarde, el viernes día 3, Capitán despertó con el espinazo helado. Inmediatamente supo que se trataba de Ella y empezó a ladrar furiosamente. Se sentía lleno de ira, frenético, igual que cuando se enfrentaba a un perro enemigo...

A través del muro

Virgilio Díaz Grullón

"La sensación de la realidad circundante le sacude bruscamente, como un escalofrío: Ahora no estoy en el agua sino en la tierra. Mi tierra. La que he venido a liberar… «Tenemos que limpiar nuestra tierra», había dicho el instructor en el lejano campo de adiestramiento, siguiendo su costumbre de mezclar frases altisonantes con la instrucción militar. «Hay que ir allá y limpiarle la cara sucia»…"

Camino real

Juan Bosch

"En estas acogedoras tierras, nuestros dos hombres hacen amistad muy pronto, porque nadie desconfía de los demás. Una persona puede ser mala en el Este y buena en el Sur; puede haber muerto otra en la Frontera y salvar una vida en el Cibao..."
Amistad

Bumbo

Juan Bosch

"Bumbo estaba triste, muy triste. No teníamos luz en la habitación, pero se le notaba la tristeza: se hacían cada vez más largos los espacios entre una y otra chupada. La candela del túbano nos iluminaba intermitentemente, con resplandores rojizos."

El cuchillo

Juan Bosch

Afuera se come la luz el paisaje; aquí dentro está el hombre y la soledad le come el pecho. Por las lomas va subiendo el hacha y clarea el monte; se empinan, todavía, algunos troncos sobre el agua; pero el hacha sobra en la tierra llana y sobra también el sol...

La muchacha de la Guaira

Juan Bosch

El primer oficial tuvo razón al pensar que un asunto de tal naturaleza debía ser comunicado al capitán, pero el capitán no la tuvo cuando dijo las estúpidas palabras con que más o menos dejó cerrado el episodio...
Samana. Foto por Robin Canfield en Unsplash

La mancha indeleble

Juan Bosch

Todos los que habían cruzado la puerta antes que yo habían entregado sus cabezas, y yo las veía colocadas en una larga hilera de vitrinas que estaban adosadas a la pared de enfrente...
Tránsito glorioso del gran Patriarca San Francisco de Asís

La bella alma de don Damián

Juan Bosch

Don Damián entró en la inconsciencia rápidamente, a compás con la fiebre que iba subiendo por encima de treinta y nueve grados. Su alma se sentía muy incómoda, casi a punto de calcinarse, razón por la cual comenzó a irse recogiendo en el corazón...
Bosque de palmeras. Foto por Hans Eiskonen en Unsplash

Dos pesos de agua

Juan Bosch

La vieja Remigia sujeta el aparejo, alza la pequeña cara y dice: -Dele ese rial fuerte a las ánimas pa que llueva, Felipa. Felipa fuma y calla. Al cabo de tanto oír lamentar la sequía levanta los ojos y recorre el cielo con ellos. Claro, amplio y alto, el cielo se muestra sin una mancha. Es de una limpieza desesperante...
Two directions sign. Foto por Pablo García Saldaña en Unsplash

La decisión

José Alcántara Almánzar

"Todavía sigues haciéndote la pregunta sin poder ofrecerte una respuesta concreta. Ya es tarde para arrepentirte. De todos modos sería peor no hacerlo o tener que quedarte en una ciudad a tu juicio insoportable, adonde sólo llegan las manchas de la sangre, de la sangre de siempre, de la sangre de los heridos, una sangre que no se borra, en una ciudad llena de ecos de disparos, de presagios de la definitiva instalación de la muerte..."
Dreams. Foto por Alex Knight en Unsplash

El sonámbulo

Bonaparte Gautreaux Piñeyro

Rodríguez descubrió su vocación el día en que lo trasladaron para el Servicio Secreto. Había trabajado en distintos departamentos y todos estuvieron satisfechos con su labor. No había quejas. Siempre cumplía las ór­denes tal como se las daban. Y por eso ascendió hasta segundo teniente...
Ratón. Foto por freestocks.org en Unsplash

Matar un ratón

Virgilio Díaz Grullón

El niño recogió una pesada piedra de las que abundaban en el pequeño patio trasero de la casa, calculó cuidadosamente la puntería y la arrojó con fuerza contra el ratón que parecía observarlo atentamente a pocos pasos de distancia...
Paddle Wheeler en Cuba

En un bohío

Juan Bosch

"La mujer no podía seguir oyendo. Iba a derrumbarse, como los troncos viejos que se pudren por dentro y caen un día, de golpe. Era el delirio de la fiebre lo que hacía hablar así a su hijo, y ella no tenía con qué comprarle una medicina..."