Piel rota
David Martínez Balsa
Si fuese solo la libertad lo que me arrebataron, tal vez esto habría sido más fácil desde el principio. La libertad puede recuperarse. Lo que ellos me quitaron no tiene devolución…
El mar de los caníbales
Fernando Velázquez Medina
El cielo de la noche estaba lleno de estrellas como un extraordinario manto de mago, azul oscuro casi negro. La mar estaba en calma y el viento soplaba desde el norte llenando nuestras velas, aunque estas eran pocas ya que el capitán había mandado arriar una parte para recortar la velocidad y así tener tiempo de tomar decisiones en caso de una emergencia.
La Solución Zombi
Carlos Duarte
—¡Pero qué coño está tratando de decirme, Mateo! El puño del director descendió sobre la gran mesa de ditoplástico disfrazado de caoba.
Bitácora del sujeto ausente
Roxana Martínez Bermejo
Nace la noche / y el pájaro / no hace más que decirme: / Ha llegado la aurora. / Mañana moriré. / Pero, no obstante / quiero acostarme y soñar que estoy muriendo. / Así la Muerte no será literal.
El Escribano
Heriberto Machado Galiana
Al teniente Soto le decían Savimbi por ser más prieto que una noche bien oscura. Negrísimo, bajito, y se podría decir que delgado, aunque de músculos compactos y definidos.
Summertime
Ariel Fonseca Rivero
El empapelado simula el verano: montículos de arena iluminados por el sol, los castillitos, los niños en bañador correteando por la orilla. Una casa en la costa; el mar a lo lejos amenaza con acercar las olas.
Nitocris
Alejo Carpentier
El sol comenzaba a mostrar sus rayos dorados sobre el horizonte de las planicies lejanas, sumiendo a Menfis en una suave luz violácea, y transformando su aglomeración de terrazas y paredes en un amontonamiento indefinido, de donde emergían por su altura, el templo de Phatá, y los terrados de los Graneros reales...
Profecía
Yoe Suárez
''Muchos anticipaban su venida'', / dice una vieja canción / en la pared de la iglesia. Jesús fue a Jerusalén / rociado por el himno del gentío. / Esta semana Jesús va a entregarse por nosotros.
Apostillas sobre las putas
Milho Montenegro
Las putas son de todos/ y de nadie. / Esta realidad va a depender,/ irremediablemente,/ de la miseria o la fortuna/ de cada postor.
A sangre fría
Lorenzo Lunar Cardedo
El de la chaqueta beige preparó una carretilla con un tanque plástico. Cargaba el agua de un pozo cercano y la repartía por las casas. A diez pesos el viaje.
De la continuidad de algunos sueños
Carlos Ávila Villamar
Solamente la veo de noche, ni siquiera todas las noches, la veo cuando puedo o mejor dicho cuando da la casualidad...
Fragmento de la novela fantástica publicada por Editorial Gente Nueva
Cerrar los puños
Yonnier Torres
Intento armar una versión de contingencias para la segunda cuadra: Si Claudia decide comer mandarinas, si los pregoneros hacen bien su trabajo, podríamos sentarnos en el contén y le hablaré del mago, le diré que a simple vista parece un bandido, un cuatrero, un delincuente, un tipo muy raro, pero en cuanto hablas un rato con él, se vuelve todo lo contrario.
Legado
Ailyn García González
Le contaron todo sobre la madre. Trajeron sus discursos, publicados en una edición de lujo. Le mostraron la foto, aquella en la que estrechaba las manos de un hombre memorable. Aseguraron que la decisión había sido heroica, impostergable.
La diáspora (2984)
Orlando Andrade
Es 2984. La sociedad se ha quebrado por completo bajo un poder faraónico. La población penal supera a la civil y la doble moral es la moral común. La gente usa nombres de guerra para evitar sus verdaderas personalidades.
Helada
Adriana Rodríguez Vives
Nubes de porcelana dibujadas en el agua / rayos de sol que ciegan la mirada, / reflejos, deformación de una realidad diferente / inflexión
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Yoss
La fiesta estaba convocada para media tarde; una hora completamente absurda para mí, para no decir insultante. Así que, por supuesto, no me aparecí hasta bien caída la noche; mi excusa para la tardanza, si alguna hubiera hecho falta, habría sido que ya he aprendido que los cubanos, con respecto a la puntualidad, son muy religiosos. O sea, que llegan cuando Dios quiere.
El antojo de Amador Almeida
Leopoldo Luis
Es mentira que el dinero cambia a la gente: Amador Almeida era ya un imbécil antes de convertirse en maceta. En todo caso aumentaría su idiotez en la misma proporción que su fortuna.
El Escudo de Valnúss
Antonio López Sánchez
Aquella mañana, nada hacía presagiar los terribles acontecimientos que se avecinaban. Si bien, por un lado, la muerte de Reit Neprac provocó sinceras muestras de dolor en Zoria, en especial porque sabía cuánto estimaba su padre al que fuera su mentor, a la vez tenía grandes motivos para regocijarse.
Cajas para el tiempo
Yoe Suárez
Yo detesto los horarios/ —esas prisiones del tiempo—/ Odio,/ Por tanto y sin fin,/ La víspera de año nuevo,/ La muerte de los patriotas,/ Los catorce de febrero
Un brindis por Buesa (comentarios motivados por un libro aún no leído)
Frank Campos
Confieso de inicio que Buesa no está entre mis poetas cubanos favoritos, pero me agrada —los que me desagradan son los falsos poetas—