Los espacios pueden ser palabras
Félix José Rosales Antúnez
Cuando el canto embiste al mar/ el viento amplifica la pedrada/ se nos rompe la vidriera cursi/ como algo real se pierde un rostro/ y la mano vuelve a las arenas/ a descifrar el grano…
Balada de plomo y yerro
Guillermo Cabrera Infante
"El Buick, negro, acortó la marcha y rodó una o dos cuadras más, hasta parquear sin ruido bajo un laurel que ocultaba el farol de la esquina y su luz..."
Mapa dibujado por un espía
Guillermo Cabrera Infante
Guillermo Cabrera Infante, uno de los escritores cubanos más influyentes del siglo XX, es conocido por su estilo irónico, su manejo ingenioso del lenguaje y su habilidad para crear mundos literarios ricos en referencias culturales. Su obra suele explorar temas de identidad, exilio y política a través de un lente agudo y crítico. Cabrera Infante vivió en carne propia el desencanto con la Revolución Cubana, y en "Mapa dibujado por un espía", uno de sus textos póstumos, encontramos su mirada más íntima y desoladora sobre el destino de la isla y su gente. "Mapa dibujado por un espía" es una especie de autobiografía novelada en la que Cabrera Infante narra su regreso a Cuba tras el triunfo revolucionario, un viaje marcado por la pérdida personal, el entierro de su madre, y el redescubrimiento de un país que había cambiado profundamente. Con un tono entre nostálgico y crítico, el autor describe una Cuba desgarrada y empobrecida, donde el sueño revolucionario se ha convertido en un régimen opresivo. Cabrera Infante observa cómo…
Tobías
Félix Pita Rodríguez
Fue en la cochina cárcel de San Pedro Sula y allá por el año veintiséis, un año feo para mis huesos. De tumbo en tumbo, y como con los ojos cerrados, yo había ido dando traspiés y recibiendo patadas en el trasero. Ustedes no pueden saber. Una patada en el trasero siempre lo pone a un mal por dentro y con ganas de hacer daño. Pero el escozor pasa y se puede cargar a la cuenta de las injusticias de la vida...
La prueba de Su existencia
Manuel Quintero Pérez
La primera señal de que algo no estaba bien fue aquel empate a tres goles del Real Madrid frente al desahuciado Málaga, en el Santiago Bernabéu, la fría y húmeda noche del quince de marzo…
Cuando amaneces
Ivelisse Teresa Machín Torres
quiero que amanezcas a mi lado / concretamente no que te vires de espalda y bosteces / no que tu cuerpo se sumerja en la cama / y se agolpe en las mantas
Los caídos: relatar el fracaso
Jorge Luis Rodríguez Reyes
Uno de los grandes dilemas de la literatura cubana ha sido siempre desde dónde narrar, desde qué resquicio ubicar las voces narrativas, desde qué lugar plantar cara al relato…
Bella y definitiva
Luis García de la Torre
El siguiente texto pertenece al poemario en preparación Ferocidad: los años sucios (Cuba 1991-2001)…
Mis noches con Cristiano Ronaldo
Zulema de la Rúa Fernández
Lo conocí en Madrid, durante el Festival de Novela Romántica. Yo había escrito un cuento sobre cómo me había besuqueado con un negrón de seis pies en un cuartucho de Centro Habana, y cómo, gracias a sus veinticinco centímetros, había terminado más oscura que él, en realidad morada, con la presión alta, taquicardia, ojos bizcos, y cómo resucité en un hospital a los pocos días, convertida en zombie, con la lengua a un costado y pidiendo más
Historias del Cerro abrasado: Poemas de fuego y ceniza
Bill Cordovés
Ensimismada la cabeza del buey, retornó por los lares del Tíbet1 hasta las esqueletadas rosas del Mar Rojo, como a quien asiste en la plaza-lluvia rencontrándose con las franjas azulinas, que edifican el paso del Coloso por nuestras entrañas tan polvorientas de ácimos negros, entorpeciendo el hálito contra el friso empotrado en la Iglesia.
Grutesco
Yordan Rey
Rebusco en los cajones unos guantes de cabritilla para arrancarme el alfiler de la lengua. ¡Adel! ¡Deja la pajarería y sé un hombre coño! ¡No seas pendejo!, dice Adel padre. ¡No le grites más, por favor! ¿Qué van a decir los vecinos? dice Cuba.
Comiendo poesía casera
Maikol Cáceres Espinosa
Me falta sol, amor, dinero, intentos/ Bebiendo flemático los turbios inventos,/ Salvando las penas,/ Mis reatos negros, a mi espacio común, de mortal,/ De pobre, de muerto…
Y después de todo, la cruz
Janelle Pumariega Santana
Crucificada como siempre lo había estado, desde el inicio de sus días. Los cabellos le ondeaban sueltos, castaños, hacia atrás; los cabellos, cuya libertad era la antítesis del resto del cuerpo. El resto del cuerpo, preso, en aquella escultura de madera de cuatro brazos…
Bomba sexual
Zulema de la Rúa Fernández
No es fácil ser una bomba sexual. Menos aún si vives en La Habana y caminas lentamente por cualquier acera. No es fácil tener un súper culo bamboleante. Los hombres se te acercan. Abusadorcita. Locota. A ti lo que hay que llenarte toda de leche.
Un dolmen, un desierto
Javier L. Mora
Leo estos Óbitos (de Pedro Márquez de Armas) en un suburbio profundo de Santiago, enterrado como otro cualquiera y cuyo nombre, por suerte, no interesa. Un libro que (además) habla de un lugar llamado Cuba, y de un lugar llamado exilio y de la condición de paria de la escritura de su autor…
Yo soy la piedra
Claudette Betancourt Cruz
Arrastro esta piedra,/ no por una montaña,/ no hacia la cima de una montaña,/ no la arrastro y vuelve a caer/ sino que va dentro de mí…
¡Arriba Industriales!
Yamilet García Zamora
Son las diez de la noche. Mi padre se ha cansado de vociferarle al televisor: "Comemierda, esa jugada es de corrido y bateo". "Me cago en la Virgen —pobre Virgen, siempre en los sacrílegos labios de mi padre—, qué coño hace este dirigiendo el equipo, tiene que mandar a robar la segunda"…
Historia de la muerte de prisa
Mauricio Escuela
Es una historia donde la muerte lenta se vuelve de prisa, se vuelve en primera instancia hacia ella y contra ella; porque la muerte lleva muerte a todo y a todos…
La red en la cueva de la araña
Clara Lecuona Varela
Recuerdo el día que la conocí. Salí a buscar un fotógrafo, pero antes me detuve a tomar un café en la galería. Fue ella la que se sentó al lado mío…
Hípica y caza
Yuniel Reyes Mesa
Me monté. Finalmente me había montado. Estando dentro del almendrón supuse que lo había hecho, que al fin, después de varios años, me acoplaba…