Femeninas y Epitalamio
Ramón del Valle-Inclán
"Femeninas" y "Epitalamio", dos de las primeras obras de Ramón del Valle-Inclán, nos transportan a un mundo de estética modernista en el que el amor y el erotismo se entrelazan con un profundo lirismo. Publicadas en 1895 y 1897 respectivamente, estas narraciones muestran al autor en sus primeros pasos literarios, cuando su estilo aún no había alcanzado la madurez de sus trabajos más conocidos, pero ya dejaba entrever las claves de su genio. A través de seis historias en "Femeninas" y una en "Epitalamio", Valle-Inclán celebra lo "femenino" en toda su complejidad, desde el ideal romántico hasta el erotismo más sensual, retratando episodios amorosos llenos de simbolismo y emociones intensas. Ambas obras son claras muestras del modernismo, movimiento literario que buscaba la belleza formal y la expresión de sentimientos profundos, a menudo envueltos en una atmósfera cargada de misterio y exotismo. Las historias de Valle-Inclán exploran el poder de la feminidad desde múltiples ángulos, otorgando a las protagonistas una presencia arrolladora que desafía la pasividad de los roles tradicionales. En…
Sonata de primavera
Ramón del Valle-Inclán
La Sonata de primavera tiene lugar en Italia. El marqués es una persona orgullosa y se nos cuenta un intento de seducción que no logra. Es un ambiente lujoso de un palacio. Tiene que hacer llegar un mensaje del Papa, pero la persona a la que lo tiene que entregar, monseñor Gaetani, se está muriendo. En el palacio se encuentra también la princesa Gaetani, que tiene cinco hijas; la primera, Maria Rosario va a entrar en un convento, y el Marqués que se siente atraído por ella, intenta conquistarla. Ella lo toma por el diablo y huye de él. Además de lo divino y lo satánico, también aparecen Eros y Tánatos, la muerte y el amor. No sólo la muerte de monseñor Gaetani, sino también la muerte en brazos de Maria Rosario de su hermana pequeña Maria Nieves.
Jardín novelesco
Ramón del Valle-Inclán
Tenía mi abuela una doncella muy vieja que se llamaba Micaela la Galana: Murió siendo yo todavía niño: Recuerdo que pasaba las horas hilando en el hueco de una ventana, y que sabía muchas historias de santos, de almas en pena, de duendes y de ladrones. Ahora yo cuento las que ella me contaba mientras sus dedos arrugados daban vueltas al huso. Aquellas historias de un misterio candoroso y trágico, me asustaron de noche durante los años de mi infancia y por eso no las he olvidado. De tiempo en tiempo todavía se levantan en mi memoria, y como si un viento silencioso y frío pasase sobre ellas, tienen el largo murmullo de las hojas secas. ¡El murmullo de un viejo jardín abandonado y novelesco!…
Tirano Banderas
Ramón del Valle-Inclán
Novela excepcional y única en el paisaje literario de su tiempo, es considerada con frecuencia como la obra maestra de Valle-Inclán. Sobre el trasfondo de las dictaduras presidencialistas hispanoamericanas y las grandes revoluciones del siglo XIX, teje don Ramón una narración en la que el auténtico protagonista es el pueblo, y el tema central la degradación del hombre por el hombre. Un imaginario país, Santa Fe de Tierra Firme, vive sometido a la dictadura del general Santos Banderas, hombre «cruel y vesánico» al que se enfrenta una oposición empujada por alucinados románticos visionarios con aires de redentores místicos. A través del proceso esperpentizador, pone Valle el dedo acusador allí donde duele, denunciando y fustigando cualquier sistema político que rebaje la condición humana a las fronteras de la animalidad. Pero el auténtico prodigio de «Tirano Banderas» está en la lengua utilizada: fascinadora y desazonante. Valle-Inclán ofrece aquí un documento excepcional en el que quedan unidas para siempre las dos orillas de nuestra lengua, su infinita variedad concreta.