La Venus de las pieles
Leopold von Sacher-Masoch
En La Venus de las pieles el lector descubrirá en Severino al sujeto que busca una dominadora a la cual esclavizarse, acudiendo inclusive a obligarse formalmente mediante un contrato que consagrará con detalle su deber, voluntariamente consentido, de someterse a las más diversas situaciones humillantes y a las sofisticadas torturas que ofrece la imaginación depravada de los dos firmantes, con el fin de provocarse la ansiada excitación sexual, al tiempo que el sujeto pasivo que recibe el beneficio del sufrimiento es puesto en el centro de un ritual de dolor, humillación y sumisión, de desdeñosa frialdad y de castigos físicos y morales, que entre más insufribles le resulten, le propiciarán el éxtasis buscado. No olvidemos que es Severin quien fuerza a Wanda, contra la voluntad de ella, a adoptar el papel de ama y a aceptarlo a él como esclavo, para lo cual la obliga incluso a firmar un contrato, una de cuyas cláusulas estipula que deberá ir envuelta en pieles tan a menudo como pueda y, en particular, cuando…