Un error de Alfonso Reyes
Lino Novás Calvo
Los “altafrentes” están inclinando la mirada. Como tenía que suceder, los últimos en hacerlo han sido los latinos, generalmente más secos, rígidos y quebradizos. Pero todo llega. Primero fue Gide. Ahora es Alfonso Reyes. El género bastardo está siendo reconocido por ellos. Este género es el detectivesco.
El sueño eterno
Raymond Chandler
El sueño norteamericano de legalidad se derrumba con la solidez de un boxeador peso pesado, y un detective está allí para atestiguarlo a cambio de veinticinco dólares diarios. En medio de un sórdido laberinto de mentiras, desapariciones y asesinatos, nuestro héroe, acosado por pistoleros, estafadores y millonarias ninfómanas, sólo encontrará respiro en la compañía tenue de "Peluca de Plata", que "era más bien alta, pero tampoco un poste de telégrafo". Publicada mientras los Estados Unidos preparaban su ingreso en la Segunda Guerra Mundial, El Sueño Eterno marcó el asombroso debut literario de Raymond Chandler y también un hito en la novela policial negra: la primera aparición en sociedad del irrepetible Philip Marlowe.