El diablo mundo
José de Espronceda
El diablo mundo es un poema fantástico escrito por José de Espronceda e interrumpido en el séptimo canto por la muerte de su autor. Corresponde a su etapa final y es probablemente su obra más compleja y ambiciosa, en la que demuestra una visión dolorosa e irónica del mundo, dominado por el mal (Diablo Mundo). Las fuentes fundamentales, como ya señaló el importante prólogo de Antonio Ros de Olano, amigo de Espronceda, son el Fausto de Goethe y la ironía byroniana, a las que cabe añadir el Cándido de Voltaire y La vida es sueño de Calderón de la Barca.
La vida por la opinión
Francisco Ayala
Esto no son cuentos. Ocurre que, por su carácter vehemente, o quizá por falta de experiencia cívica, los españoles han propendido siempre a tomar la política demasiado a pechos. La última guerra civil los dejó deshechos, orgullosísimos, y con la incómoda sensación de haber sufrido una burla sangrienta...
Una historia de España
Arturo Pérez-Reverte
A lo largo de los 91 capítulos más el epílogo de los que consta el libro, Arturo Pérez-Reverte narra los principales acontecimientos ocurridos desde los orígenes de nuestra historia y hasta el final de la Transición con una mirada subjetiva, construida con las dosis exactas de lecturas, experiencia y sentido común. «La misma mirada con que escribo novelas y artículos -dice el autor-; no la elegí yo, sino que es resultado de todas esas cosas: la visión, ácida más a menudo que dulce, de quien, como dice un personaje de una de mis novelas, sabe que ser lúcido en España aparejó siempre mucha amargura, mucha soledad y mucha desesperanza.»
La Primera República
Benito Pérez Galdós
El gran friso narrativo de los Episodios Nacionales sirvió de vehículo a Benito Pérez Galdós (1843-1920) para recrear en él, novelescamente engarzada, la totalidad de la compleja vida de los españoles -guerras, política, vida cotidiana, reacciones populares- a lo largo del agitado siglo XIX. Proyectado bajo la chispeante mirada de Proteo –Tito– Liviano, típico ejemplar de criatura galdosiana, el presente episodio da cuenta de los primeros meses de vida de LA PRIMERA REPÚBLICA –efímera experiencia que, tras la abdicación de Amadeo I, vino a continuar una larga inestabilidad política–, marcados por los continuos cambios de gobierno, las luchas entre facciones políticas y el fenómeno del cantonalismo.
El otro hombre
Miguel Delibes
Si nevaba en la ciudad, se originaba, en cada esquina, un próximo riesgo de romperse la crisma. La nieve caída y pisoteada se endurecía con la helada nocturna y las calles se transformaban en unas pistas relucientes y vítreas, más apropiadas para patinar que para transitar por ellas. Para los chicos, el acontecimiento era tan tentador que bastaba, incluso, para justificar sus ausencias de la escuela...
Del sentimiento trágico de la vida
Miguel de Unamuno
Para numerosos especialistas, este ensayo constituye la expresión más clara y completa del pensamiento filosófico del pensador Miguel de Unamuno, una de las figuras intelectuales más relevantes de la España anterior a la Guerra Civil. Con este libro, agitado y vehemente, Miguel de Unamuno no profundiza en lo que él mismo creía, sino que coloca el foco en lo que, según él, al hombre le valdría la pena creer ante el hecho inevitable de la muerte.En efecto, este ensayo se inscribe en las preocupaciones por la problemática existencial del hombre contemporáneo, tan en boga en las corrientes filosóficas —en particular, el existencialismo— europeas de aquel entonces.Es indudable que existen ecos de pensadores como el francés Pascal y el danés Kierkegaard en la angustia existencial que transmite este ensayo, pero su sustento ideológico también tiene que ver, en no menor medida, con el profundo conocimiento que el bilbaíno poseía de la Biblia, de los místicos españoles —especialmente de santa Teresa de Jesús—, de san Ignacio de Loyola y del pensamiento y…
Línea de fuego
Arturo Pérez-Reverte
Durante la noche del 24 al 25 de julio de 1938, la XI Brigada Mixta del ejército de la República cruza el río para establecer una cabeza de puente en Castellets del Segre. En las inmediaciones del pueblo, medio batallón de infantería, un tabor marroquí y una compañía de la Legión defienden la zona. Está a punto de comenzar la batalla del Ebro, la más cruda y sangrienta que se libró nunca en suelo español. Combinando de forma magistral la ficción con datos históricos y testimonios personales, Arturo Pérez-Reverte sitúa al lector, con sobrecogedor realismo, entre quienes, voluntarios o a la fuerza, lucharon en los frentes de batalla de la Guerra Civil. Sus nombres no son los que recuerda la Historia, pero cuanto les sucedió resuena en estas páginas con el dramatismo de una memoria que nos pertenece a todos. Ésta no es una novela sobre la Guerra Civil, sino sobre los hombres y mujeres que combatieron en ella. La historia de los padres y abuelos de numerosos españoles de…
El regreso
Rafael Dieste
Sentada al amor de la lumbre, donde un pequeño fuego todavía se esfuerza en hacerle compañía, la vieja Resenda tiene fijo el pensamiento en lejanos recuerdos, y puede que en algún presagio que esa noche le espantó el sueño. A veces se mueve un poco, escucha, y en seguida retorna a su embeleso…
El fantasma de Treviño
Ignacio Aldecoa
Treviño limita: al Norte, con el asfalto, la erre y la zeta; al Sur, con el verano, los tiros sueltos de las escopetas y las canciones obscenas; al Este, con el rumor azul de las esquilas y un sol taladrado de cuervos; al Oeste, con la primera manzana amarga y el primer sapito de San Juan...
Benedictino
Leopoldo Alas (Clarín)
Don Abel tenía cincuenta años, don Joaquín otros cincuenta, pero muy otros: no se parecían a los de don Abel, y eso que eran aquellos dos buenos mozos del año sesenta, inseparables amigos desde la juventud, alegre o insípida, según se trate de don Joaquín o de don Abel...
El amor tomado del natural
Enrique Jardiel Poncela
La mesa de al lado estaba vacía. Pero estuvo vacía poco tiempo. Porque una mujer joven y elegante entró en el café, miró a su alrededor, dio unos pasos, vaciló, se detuvo, dudó y, por fin, vino a sentarse a la mesa de al lado. La dama se ceñía con un abrigo negro, y llevaba debajo del abrigo dieciocho gramos de vestido verde...
El don Juan
Benito Pérez Galdós
«Esta no se me escapa: no se me escapa, aunque se opongan a mi triunfo todas las potencias infernales», dije yo siguiéndola a algunos pasos de distancia, sin apartar de ella los ojos, sin cuidarme de su acompañante, sin pensar en los peligros que aquella aventura ofrecía...
El niño suicida
Rafael Dieste
Cuando el tabernero acabó de leer aquella noticia inquietante -un niño se había suicidado pegándose un tiro en la sien derecha- habló el vagabundo desconocido que acababa de comer muy pobremente en un rincón de la tasca marinera, y dijo:..
El amor que no podía ocultarse
Enrique Jardiel Poncela
Durante tres horas largas hice todas aquellas operaciones que denotan la impaciencia en que se sumerge un alma: consulté el reloj, le di cuerda, volví a consultarlo, le di cuerda nuevamente, y, por fin, le salté la cuerda...
Dos sabios
Leopoldo Alas (Clarín)
En el balneario de Aguachirle, situado en lo más frondoso de una región de España muy fértil y pintoresca, todos están contentos, todos se estiman, todos se entienden, menos dos ancianos venerables, que desprecian al miserable vulgo de los bañistas y mutuamente se aborrecen...
Historia de este gallo
Federico García Lorca
El año 1830 llegó a Granada, procedente de Inglaterra, donde había permanecido una larga temporada perfeccionando sus estudios, el granadino don Alhambro...
El chofer nuevo
Enrique Jardiel Poncela
Siempre que el chófer nuevo puso en movimiento el motor de mi coche ejecutó sorprendentes ejercicios llenos de riesgos y sembró el terror en todos los sitios: destrozó los vidrios de infinitos comercios, derribó postes telefónicos y luminosos, hizo cisco trescientos coches del servicio público, pulverizó los esqueletos de miles de individuos...
Acerca de la muerte de Bieito
Rafael Dieste
Fue cerca del camposanto cuando sentí removerse dentro de la caja al pobre Bieito. (De los cuatro portadores del ataúd yo era uno). ¿Lo sentí o fue aprensión mía? Entonces no podría asegurarlo. ¡Fue un rebullir tan suave!… Como la tenaz carcoma que roe, roe en la noche, roe desde entonces en mi magín enfervorizado aquel suave rebullir...
El gnomo
Gustavo Adolfo Bécquer
Las muchachas del lugar volvían de la fuente con sus cántaros en la cabeza, volvían cantando y riendo con un ruido y una algazara que sólo pudieran compararse a la alegre algarabía de una banda de golondrinas cuando revolotean espesas como el granizo alrededor de la veleta de un campanario...
¿Dónde está mi cabeza?
Benito Pérez Galdós
Antes de despertar, ofrecióse a mi espíritu el horrible caso en forma de angustiosa sospecha, como una tristeza hondísima, farsa cruel de mis endiablados nervios que suelen desmandarse con trágico humorismo...