Escritoras Inglesas

El cuarteto de cuerdas

Virginia Woolf

Si la mente está siendo atravesada por semejantes dardos, y debido a que la sociedad humana así lo impone, tan pronto uno de ellos ha sido lanzado, ya hay otro en camino; si esto engendra calor, y además han encendido la luz eléctrica; si decir una cosa deja detrás, en tantos casos, la necesidad de mejorar y revisar, provocando además arrepentimientos, placeres, vanidades y deseos...

Tres ratones ciegos

Agatha Christie

En el tejido literario de Agatha Christie, encontramos la joya titulada "Tres ratones ciegos", un thriller clásico que se erige como un referente en el género desde su publicación en 1952. Este inquietante relato, que más tarde conquistaría los escenarios teatrales, nos sumerge en una trama de misterio y crimen que se desenvuelve en los sombríos pasillos de una mansión victoriana convertida en un crisol de secretos y oscuros designios. La historia se despliega en una gélida noche invernal, cuando los protagonistas, una ecléctica selección de inquilinos, arriban a la lúgubre casa de huéspedes. La autora teje la trama con un dominio magistral, presentando a cada personaje como un eslabón en una cadena de eventos que culminan en un asesinato inesperado. La prosa de Christie evoca los contrastes entre la atmósfera opulenta de la mansión y la inminente amenaza que se cierne sobre sus habitantes. La narrativa adquiere un giro audaz con la intervención de la policía después del fatídico crimen. El interrogatorio meticuloso y penetrante por parte de las…

La casa encantada

Virginia Woolf

Pero lo habían encontrado en la sala de estar. Aun cuando no se les podía ver. Los vidrios de la ventana reflejaban manzanas, reflejaban rosas; todas las hojas eran verdes en el vidrio. Si ellos se movían en la sala de estar, las manzanas se limitaban a mostrar su cara amarilla...
Libro Cumbres borrascosas de Emily Brontë

Cumbres borrascosas

Emily Brontë

Situada en los sombríos páramos de Yorkshire, esta novela constituye una visión metafísica del destino, la obsesión, la pasión y la venganza. Emily Brontë, que se vio obligada a publicar sus obras bajo seudónimo, rompió por completo con los cánones de la literatura victoriana. La singularidad de su estructura narrativa y la fuerza de su lenguaje la convirtieron de inmediato en una de las obras más perdurables e influyentes. «Pero mi amor por Heathcliff es como las rocas eternas que hay debajo, un manantial de escaso deleite para la vista, pero necesario.» Virginia Woolf dijo... «Con un par de pinceladas Emily Brontë podía conseguir retratar el espíritu de una cara de modo que no precisara cuerpo; al hablar del páramo conseguía hacer que el viento soplara y el trueno rugiera.»

Frankenstein

Mary W. Shelley

La noche del 16 de junio de 1816, después de que Lord Byron y Percy B. Shelley discutieran largamente sobre la posibilidad de descubrir el principio vital de la naturaleza y transferirlo a un cuerpo inerte, Mary W. Shelley tuvo una memorable pesadilla sobre la visión de un monstruo creado por la ciencia humana. Éste sería el punto de partida de una de las obras más proféticas de la historia de la literatura: Frankenstein o el moderno Prometeo. Un drama romántico sobre la voluntad prometeica del ser humano, decidida a emular y planteando nuevos problemas morales de consecuencias desconocidas. Los recientes avances de la ciencias biológicas, en esta época de clones y transgénicos, nos invitan a recorrer, convirtiendo su obra en un clásico tan vivo y actual como hace casi 200 años.

Orlando

Virginia Woolf

Novela difícilmente clasificable en la que —como escribió en su día Jorge Luis Borges, traductor de la obra— «colaboran la magia, la amargura y la felicidad», ORLANDO (1928) narra los avatares a lo largo de cerca de trescientos años del que empieza siendo un caballero de la corte isabelina inglesa. Producto en parte de la ambigua pasión de Virginia Woolf (1882-1941) por Vita Sackville-West y antecedente singular del realismo fantástico, la historia de su protagonista, ambientada siempre en sugerentes escenarios e impregnada por la particular obsesión de su autora por el transcurso del tiempo, se desliza como un deslumbrante cuento de hadas ante los fascinados ojos del lector.