Cuentos uruguayos

La tortuga gigante

Horacio Quiroga

Había una vez un hombre que vivía en Buenos Aires, y estaba muy contento porque era un hombre sano y trabajador. Pero un día se enfermó, y los médicos le dijeron que solamente yéndose al campo podría curarse. Él no quería ir, porque tenía hermanos chicos a quienes daba de comer; y se enfermaba cada día más. Hasta que un amigo suyo, que era director del Zoológico, le dijo un día...

Cuentos de la selva para los niños

Horacio Quiroga

Horacio Quiroga, uno de los grandes cuentistas latinoamericanos, nació en Uruguay en 1878, pero es en la selva misionera de Argentina donde encontró la inspiración para muchas de sus obras más emblemáticas. Su vida estuvo marcada por la tragedia personal, la cual influyó profundamente en su narrativa, caracterizada por un estilo que combina realismo con elementos fantásticos y un tono a menudo sombrío. Sin embargo, en "Cuentos de la selva para los niños", Quiroga nos ofrece un conjunto de relatos donde el humor, la ternura y la fantasía se entrelazan, mostrando una faceta más luminosa de su obra. En "Cuentos de la selva para los niños", Quiroga nos lleva a un universo mágico donde los animales son los protagonistas indiscutibles. La selva, con su exuberancia y misterio, no solo es el escenario de estas historias, sino un personaje en sí mismo, que influye y moldea las vidas de sus habitantes. Los relatos, dirigidos originalmente a sus propios hijos, reflejan un profundo amor y respeto por la naturaleza, y una aguda…

En gira con Yamandú Rodríguez

Felisberto Hernández

En el año 32 Yamandú Rodríguez y yo hicimos una gira. Él recitaba poesía y yo tocaba el piano. Llegamos a una ciudad chica, donde Yamandú tenía muchos amigos y en seguida fuimos a ver al dueño del teatro; era un muchacho más bien bajo...

Elsa

Felisberto Hernández

"Yo no quiero decir cómo es ella. Si digo que es rubia se imaginarán una mujer rubia, pero no será ella. Ocurrirá como con el nombre: si digo que se llama Elsa se imaginarán cómo es el nombre Elsa; pero el nombre Elsa de ella es otro nombre Elsa..."

Asistencia a la asociación para delinquir

Carlos María Gutiérrez

"¿Cuándo vas a darte cuenta de que no tenemos nada que ver con esos disparates de cambiar lo que ya está bien, no digo que sea perfecto, pero ese no es el modo? ¿No has visto cómo los matan todos los días?..."

Cartas a los muertos

Felisberto Hernández

"Y ahora lo ataco de frente. De esa vanidad tiene Ud. que cuidarse. En caso contrario, andará Ud. como un viejo que pretende tener una aventura. Si sigue Ud. con la pretensión de querer hacer nuevos poemas será el peor plagiario de sí mismo, arrojará una luz falsa sobre su poesía anterior y la desprestigiará..."

El desierto

Horacio Quiroga

"Hasta lo alto de la barranca, que los tres viajeros treparon bajo la lluvia, por fin uniforme y maciza, la arcilla empapada fosforesció. Pero luego las tinieblas los aislaron de nuevo; y entre ellas, la búsqueda del sulky que habían dejado caído sobre las varas."

La valija del Conde Urbino

Hugo Burel

El exitoso autor uruguayo de las novelas Montevideo Noir y El caso Bonapelch también cultiva la narrativa breve y aquí le ofrecemos una muestra…
Vestido blanco

El vestido blanco

Felisberto Hernández

Yo estaba del lado de afuera del balcón. Del lado de adentro, estaban abiertas las dos hojas de la ventana y coincidían muy enfrente una de otra. Marisa estaba parada con la espalda casi tocando una de las hojas. Pero quedó poco en esta posición porque la llamaron de adentro...
Verde

El corazón verde

Felisberto Hernández

Hoy he pasado, en esta pieza, horas felices. No importa que haya dejado la mesa llena de pinchazos. Lo único que siento es tener que cambiar el diario que la cubre; hace tiempo que está puesto y le he tomado simpatía...
Balcón

El balcón

Felisberto Hernández

Había una ciudad que a mí me gustaba visitar en verano. En esa época casi todo un barrio se iba a un balneario cercano. Una de las casas abandonadas era muy antigua; en ella habían instalado un hotel y apenas empezaba el verano la casa se ponía triste, iba perdiendo sus mejores familias y quedaba habitada nada más que por los sirvientes...
Balde. Foto por Samur Isma en Unsplash

El balde

Horacio Quiroga

-¡Señora! -gritó la sirvienta sofocada aún por la rápida ascensión-: son del depósito de abajo. Están enojadísimos con los niños… han querido quemar todo...
Alambre de púa. Foto por Spring Fed Images en Unsplash

El alambre de púa

Horacio Quiroga

Durante quince días el alazán había buscado en vano la senda por donde su compañero se escapaba del potrero. El formidable cerco, de capuera -desmonte que ha rebrotado inextricable- no permitía paso ni aún a la cabeza del caballo. Evidentemente, no era por allí por donde el malacara pasaba...
Very old cinema with cinema clerk. Foto por Joël de Vriend en Unsplash

El acomodador

Felisberto Hernández

"Apenas había dejado la adolescencia me fui a vivir a una ciudad grande. Su centro -donde todo el mundo se movía apurado entre casas muy altas- quedaba cerca de un río..."
Tristán e Isolda (La muerte). por Rogelio de Egusquiza

La muerte de Isolda

Horacio Quiroga

"Concluía el primer acto de Tristán e Isolda. Cansado de la agitación de ese día, me quedé en mi butaca, muy contento de mi soledad. Volví la cabeza a la sala, y detuve en seguida los ojos en un palco bajo..."
Avenida 5 de Mayo

Avenida de Mayo-Diagonal-Avenida de Mayo

Juan Carlos Onetti

Cruzó la avenida, en la pausa del tráfico, y echó a andar por Florida. Le sacudió los hombros un estremecimiento de frío, y de inmediato la resolución de ser más fuerte que el aire viajero quitó las manos del refugio de los bolsillos, aumentó la curva del pecho y elevó la cabeza, en una búsqueda divina en el cielo monótono...
Obispo Altobello Averoldo, por Francesco Raibolini

El viejo señor obispo

Augusto Roa Bastos

"El viento de ese frío anochecer de julio ululaba en el agujero del techo de la sala donde faltaban varias tejas. La señorita Teresa no pudo percibir otro sonido. Pensó que su hermano dormía profundamente. Pero el otro pensamiento que sentía en el corazón como una puntada volvió a hacerle bajar los párpados. «Somos un grano de polvo en el dorso de tu mano, Dios mío…»"
Rainy Umbrellas. Photo by Craig Whitehead on Unsplash

Como un ladrón

Mario Benedetti

"Gracias a la muerte se liquidaba la aventura y era preciso renunciar definitivamente a los espejos, a los amaneceres, a la sed; retroceder hasta caer de espaldas, con todo el peso de la vida en las sienes, sin cuerpo, sin tacto, sin luz. Naturalmente, desaparecer así me llenaba de asco. Pero era un asco mórbido, que al fin de cuentas resultaba una invención, una especie de tanteo, casi una profecía particular..."

Esta mañana

Mario Benedetti

"Quién sabe hasta dónde puede, podría obstinarse el pudor. Subsiste, pese al retroceso de los pensamientos, pese al estancamiento o la deformación de la vergüenza. El pudor tira hacia sí, porque es una especie de raíz de la raíz. Acaso, finalmente, el único camino hacia el altruismo."

El obstáculo

Juan Carlos Onetti

¡Qué hijo de perra!, murmuró sin saber por quién, mientras se levantaba apretándose los riñones doloridos. Los otros iban más adelante mezclándose por momentos con la noche que caía rápida. Sobre el cielo ennegrecido, los cuerpos, prolongados en las herramientas de trabajo, hacían extraños dibujos retintos. El guardián vigilaba la fila en regreso, recorriéndola a caballo, alzando el grueso rebenque que colgaba de la muñeca...