La sirena
Ray Bradbury
Era una noche helada, como ya dije. El frío entraba en el faro, la luz iba y venía, y la sirena llamaba y llamaba entre los hilos de la niebla. Uno no podía ver muy lejos, ni muy claro, pero allí estaba el mar profundo moviéndose alrededor de la tierra nocturna, aplastado y mudo, gris como barro, y aquí estábamos nosotros dos, solos en la torre...
Sombra en la noche
Dashiell Hammett
"Un sedán con los faros apagados estaba parado en el arcén, más arriba del puente de Piney Falls. Cuando lo adelanté, una chica asomó la cabeza por la ventanilla y dijo:.."
Los hijos de la noche
Robert E. Howard
"Recuerdo que éramos seis los que estábamos en el extravagantemente decorado estudio de Conrad, con sus raras reliquias de todo el mundo y sus largas hileras de libros que abarcaban desde la edición de Mandrake Press de Boccaccio hasta un Missale Romanum, encuadernado con broches de madera de roble e impreso en Venecia, en 1740..."
Carcasona
William Faulkner
"Estaba tendido bajo una tira sin desenrollar de papel encerado, del que se emplea para reforzar los techos. Estaba tendido todo él, claro está, salvo esa parte que no padecía las injurias de los insectos ni de la temperatura, y que galopaba sin descanso a lomos del caballito sin destino, subiendo por una loma de plata apilada en los cúmulos, en la que los cascos no dejaban eco ni huella, hacia el precipicio azul que no alcanzaría nunca..."
Lilas
Kate Chopin
"Unas cabezas de cofias blancas aparecieron de repente en las ventanas; ella les hizo un saludo con el quitasol y el ramo de lilas. Sor Marceline y Sor Marie Anne aparecieron, revueltas y expectantes en la entrada..."
La sombra de Marko
Marguerite Yourcenar
"—Este país me excita, dijo el ingeniero. El muelle de Kotor y el de Ragusa son indudablemente las únicas desembocaduras mediterráneas de ese gran país eslavo que se extiende desde los Balcanes hasta los Urales..."
La sabana
Ray Bradbury
"Atravesaron el vestíbulo de su lujosa casa insonorizada cuya instalación les había costado treinta mil dólares, una casa que los vestía y los alimentaba y los mecía para que se durmieran, y tocaba música y cantaba y era buena con ellos..."
Aventura
Sherwood Anderson
"En Winesburg la joven antes amada se convirtió en mujer. Cuando cumplió veintidós años su padre, propietario de una tienda de reparación de guarniciones, murió repentinamente. El guarnicionero era un viejo soldado y, a los pocos meses, su mujer obtuvo su pensión de viudez..."
El hombre petrificado
Eudora Welty
"Estaba muy ridículo con ellos, claro, pero él se los ponía, se ponía los sombreros, así que le dijeron a la señora Pike que preferían que el niño no anduviera por allí molestando. En fin, aquí no podía molestar a nadie..."
Cortejo de invierno
Sarah Orne Jewett
"Protegida por este hombre y esta pistola, una gris mañana de viernes, a las puertas del invierno, la señora Fanny Tobin viajaba de Sanscrit Pond a North Kilby. Era una mujer mayor y de apariencia débil, pero con un brillo de inteligencia en los ojos, y estaba preocupada por su abundante equipaje y su propia seguridad..."
El mejor hombre
Edith Wharton
"—Oh, tu éxito… ¡Nadie lo celebra más que yo! —suspiró la señora Nimick, que siempre se sentía a sus anchas en clave emocional—. Yo me mantengo al margen. No hago ruido, no pido nada, pero ¡nadie impedirá jamás que me alegre de los triunfos de mi hermano…! Pase lo que pase..."
Absolución
F. S. Fitzgerald
"Rudolph Miller se arrodilló en el reclinatorio, junto al confesionario, y esperó, nervioso, esforzándose en escuchar, y también en no escuchar, lo que se decía en el confesionario. El hecho de que la voz del sacerdote fuera audible lo alarmó..."
El tren de las cinco cuarenta y ocho
John Cheever
"No era una mujer inteligente; no sería difícil engañarla. Blake podía entrar en un taxi por una portezuela y, acto seguido, apearse por la otra. Podía pararse a hablar con un policía, o echar a correr, aunque tenía miedo de que echar a correr pudiera desencadenar la violencia que sin duda entraba en los planes de la mujer..."
La niña
Donald Barthelme
"He de reconocer que llegó a ser muy hábil. Si te acercabas a ella, adonde estaba jugando en el suelo, en las raras ocasiones en las que salía de su habitación, y tenía un libro abierto a su lado y te ponías a observarlo, parecía que estaba perfecto, pero, si lo mirabas con más detenimiento, te dabas cuenta de que a alguna hoja le habían arrancado una esquinita..."
¿De dónde viene la voz?
Eudora Welty
"Nunca lo había visto antes, nunca lo vi después, nunca vi su cara negra salvo en retratos, nunca vi su cara con vida, jamás en ningún lugar, ni quería, ni tenía que, ni nunca esperaba ver esa cara ni nunca lo haré. Mientras no empezara yo a dudar..."
La aventura del albañil
Washington Irving
"Al oír estas palabras se le erizó el cabello al pobre albañil; siguió al cura con paso vacilante hasta una apartada habitación de la casa, esperando ver algún horroroso espectáculo de muerte; pero cobró alientos al ver tres o cuatro orzas grandes arrimadas a un rincón. Estaban llenas -al parecer- de dinero, y con gran trabajo consiguieron entre él y el clérigo sacarlas y ponerlas en su tumba..."
La mañana verde
Ray Bradbury
"Se llamaba Benjamín Driscoll, tenía treinta y un años, y quería que Marte creciera verde y alto con árboles y follajes, produciendo aire, mucho aire, aire que aumentaría en cada temporada. Los árboles refrescarían las ciudades abrasadas por el verano, los árboles pararían los vientos del invierno..."
Dos soldados
William Faulkner
"Frío no hacía, pero la noche estaba más negra que nunca, y aquella carretera se extendía delante de mí como si al no usarla nadie se fuese a estirar hasta ser el doble de larga, como se estira uno al tumbarse, así que durante un buen rato pareció que cuando saliera el sol a mi espalda me iba a pillar mucho antes de haber recorrido las veintidós millas que me quedaban hasta Jefferson..."
Solo se ahorca una vez
Dashiell Hammett
"Era una mujer morena, alta, de ojos azules, de veinticuatro o veinticinco años, con buenos hombros y un cuerpo fuerte y esbelto. La calidez de sus facciones compensaba su falta de armonía. Vestía un pijama de raso azul de perneras anchas."
Ahí está ella, bañándose
Sherwood Anderson
"Ella está en casa bañándose y yo me he pasado todo el día sentado en mi despacho pensando en todo eso. Bajo tales circunstancias yo nunca tendría el valor de ir y bañarme tranquilamente. Admiro a mi esposa. Ja, ja..."