Cuentos de Graham Greene

El bolso de viaje

Graham Greene

El hombrecito que se acercó al mostrador de información en el aeropuerto de Niza cuando llamaron a “Henry Cooper, pasajero del vuelo a Londres número 105 de BE A” parecía una sombra proyectada por el brillante resplandor del sol. Llevaba un traje gris y zapatos negros...

Dos personas delicadas

Graham Greene

Estaban sentados en silencio en un banco del Pare Monceau. Era una prometedora tarde de principios de verano. Una brisa ligera empujaba algunas nubecillas blancas en el cielo. En cualquier momento soplaría el viento y el cielo quedaría totalmente limpio y azul...

Del otro lado del puente

Graham Greene

—Dicen que tiene un millón —dijo Lucía. Él estaba sentado en la húmeda y caldeada plazuela mexicana, un perro a sus pies y un aire de enorme y desdichada paciencia. El perro llamaba la atención de inmediato; era casi casi un perdiguero inglés, solo que algo no había ido del todo bien con la cola y el pelambre...

Deberes especiales

Graham Greene

Un empresario rico tiene una esposa enferma y una amante secreta. Quiere comprarle un anillo de diamantes, pero su esposa se entera y se opone. ¿Podrá cumplir con sus deberes especiales?

Belleza

Graham Greene

La mujer llevaba la frente ceñida con una cinta anaranjada que recordaba el estilo de los años veinte. Su voz destacaba sobre la charla de sus dos compañeros, sobre el muchacho que aceleraba su motocicleta en la calle, hasta sobre el ruido de los platos en la cocina del pequeño restaurante de Antibes, casi vacío ahora que empezaba el otoño...

¡Ay del mísero Maling!

Graham Greene

¡Pobre inofensivo e ineficaz Maling! No es mi intención que se rían de Maling y de su borborigmia, como se sonreían los médicos cuando los consultaba, como deben haber sonreído incluso después del triste clímax del 3 de septiembre de 1940, cuando su borborigmia pospuso durante veinticuatro fatales horas la fusión de las compañías impresoras Simcox y Hythe Newsprint...