Cuentos de Eduardo Mallea

Esto sí que no podía esperarse

Eduardo Mallea

Por una coincidencia, o por un azar, Apestain se halló en posesión del dato. El dato decía poca cosa. Apenas cuatro líneas, escritas con letra grande. Su importancia resaltaba de que era fidedigno: “La mujer de Escamídez se acuesta todas las tardes con Aláez en el departamento de Aláez”. Luego un domicilio y una cruz...
Conversación

Conversación

Eduardo Mallea

Él no contestó, entraron en el bar. Él pidió un whisky con agua; ella pidió un whisky con agua. Él la miró; ella tenía un gorro de terciopelo negro apretándole la pequeña cabeza; sus ojos se abrían, oscuros, en una zona azul...
Flor. Foto por Mat Reding en Unsplash

Momentum vitae

Eduardo Mallea

"El último día de noviembre, mientras caminaba por la calle en medio de una incesante multitud, me encontré de pronto solo. Las terrazas de los cafés estaban colmadas en el atardecer. Con un sacudimiento galvánico se sucedían las letras iluminadas del noticiario giratorio, en el primer piso de uno de los edificios situados en el extremo del bulevar..."