Cuentos de Dinamarca

Cena en Elsinore

Isak Dinesen

En una calle de Elsinore, cerca del puerto, se conserva una casa gris y majestuosa construida en los primeros años del siglo XVIII. El edificio mira reticente a las construcciones modernas que se han levantado a su alrededor...

Alkmene

Isak Dinesen

La propiedad de mi padre se hallaba en una parte solitaria de Jutlandia, y yo era su único hijo. Al morir mi madre, no le importó mandarme a un internado; pero cuando cumplí los siete años me contrató un preceptor...

El mechero

Hans Christian Andersen

"—Coger dinero —dijo la bruja—. Mira, al llegar al fondo del árbol, te encontrarás en un pasillo muy grande y muy iluminado, pues en él lucen centenares de lámparas. Verás tres puertas, fáciles de abrir, porque cada una tiene la llave puesta."
Anillo. Foto por Domonique Davenport en Unsplash

El anillo

Isak Dinesen

Una mañana de verano, hace ciento cincuenta años, un joven hacendado danés y su mujer salieron a dar un paseo por sus tierras. Hacía una semana que se habían casado. No les había sido sencillo casarse, ya que la familia de la mujer pertenecía a una clase social más elevada y rica que la del marido...
Timón de barco. Foto por Maximilian Weisbecker en unsplash.

Cuento del joven marinero

Isak Dinesen

El bricbarca Charlotte había zarpado de Marsella y navegaba rumbo a Atenas, con tiempo gris y mar gruesa, después de tres días de fuerte temporal. Un pequeño marinero llamado Simón, en la cubierta mojada y balanceante, se sujetaba a un obenque y miraba hacia las nubes viajeras y la verga del mastelerillo del palo mayor...
La tierra y el libro, por William McClure Thomson

La inundación

Isak Dinesen

Durante el primer cuarto de siglo pasado estaban de moda los lugares cercanos al mar, incluso entre los habitantes del norte de Europa, donde perduraba la idea de que el mar personifica al Demonio, enemigo frío, voraz y tradicional de la humanidad...

El traje nuevo del Emperador

Hans Christian Andersen

Hace muchos años había un Emperador tan aficionado a los trajes nuevos, que gastaba todas sus rentas en vestir con la máxima elegancia. No se interesaba por sus soldados ni por el teatro, ni le gustaba salir de paseo por el campo, a menos que fuera para lucir sus trajes nuevos...