Cuentos de Antonio Benítez Rojo

Estatuas sepultadas

Antonio Benítez Rojo

Aquel verano —cómo olvidarlo— después de las lecciones de don Jorge y a petición de Honorata, íbamos a cazar mariposas por los jardines de nuestra mansión, en lo alto del Vedado. Aurelio y yo la complacíamos porque cojeaba del pie izquierdo y era la de menor edad...

El rabo de la gran mona

Antonio Benítez Rojo

"…looks unconfortable, habla de ti, dice que te ves molesto, ¿No hablará del turco?, pregúntale, maybe you’re talking about the turkish guy, the gentleman that just went to the toilet?, el turco que fue al toilet, eso lo entiendo, is that gentleman turkish?, ¿qué dice?, que si el turco es turco, ¿no hablará del pavo?…"

El escudo de hojas secas

Antonio Benítez Rojo

"Cuando entraron en la casa del santero, la vieja de la puerta dijo que no podrían ver a Fernandino hasta la noche porque había mucha gente por delante. Isolina, sofocada, se abrió sitio en el sofá abanicándose con un periódico que alguien había dejado en la mesa del centro: luego, abriendo la boca y quejándose de que le faltaba el aire, se tiró encima de una negra y empezó a gritar con los ojos en blanco y agarrándose el vientre"
Poker night. Foto por Michał Parzuchowski en Unsplash

Tute de reyes

Antonio Benítez Rojo

"Fue hace varios años, a mediados de diciembre, cuando conocí a Robledo. Iba a la bodega roja, a comprar unas nueces para el desayuno de Euclides, cuando noté que Villa Concha había sido ocupada: un automóvil se encontraba al otro lado de la reja en­mohecida; en el balcón, rodeado de hiedras, un hom­bre corpulento y canoso destupía su cachimba con gestos distraídos."