Cacería cíclica
Elaine Vilar Madruga
Muh deambulaba por los recodos de lo que fue, en tiempos ya pasados, su hogar. Ahora, era la presa. El cazador lo seguía demasiado cerca, lo husmeaba, destruía sus madrigueras y escondites...
No es tiempo de campeones
Marlon Duménigo
Texto que obtuvo Mención en la categoría de Cuento Fantástico del Concurso Oscar Hurtado 2021...
Miriam
David Martínez Balsa
Relato perteneciente al libro Deambulantes (Nacidos de una grieta), publicado por Editorial Primigenios en 2022...
La noche
Hanoy González Mesa
Ya terminaron de jugar a los escondidos y comienzan a hablar de lo que siempre hablan los niños cuando se encuentran exhaustos físicamente y las condiciones ambientales lo propician: historias de miedo...
Donde empieza el agua
Onelio Jorge Cardoso
El hombre iba descalzo sobre su canoa. Una vuelta de soga le anudaba la cintura y abajo, terminaba el pantalón como cortado a cuchillo. De la soga de arriba ascendía el torso desnudo y corpulento, inclinándose a uno y otro lado según de la parte que buscara apoyo en el fondo con la palanca que apretaba en sus manos terrosas...
KATABASIS
David Martínez Balsa
Relato que da título al volumen de cuentos homónimo, publicado por Editorial Primigenios en 2021...
Otro viaje hacia Utopía
Leymen Pérez
“En este campo de muerte tenemos que luchar cada segundo de oxígeno. Puedo imaginar un país ahogándose…” Cinco poemas pertenecientes a un volumen inédito…
Esclavos no solo de Dios
Lis Monsibáez
A Juan el Bautista lo decapitaron. Dice la Biblia que en una fiesta de cumpleaños del rey Herodes, la hija de la esposa bailó para él. Todos en la fiesta quedaron maravillados, por lo que Herodes le dice que pida lo que quiera…
Tú no sabes, Fermín, qué duro es esto
Elizabeth Lunar
Y puede que sean los malos ojos o la mala lengua de Candelaria, pero lo peor es este lugar. Está maldito y no podemos hacer nada para arreglarlo. Si en algún lugar el diablo dio las tres voces y nadie lo oyó es en Pico Blanco…
Canta hasta que mueras
Jorge G. Silverio Tejera
Claro, esa era la solución, mataría a la vieja. Espantado de su pensamiento lanzó el libro al suelo. ¿Cómo podía haber considerado tal cosa?...
El vikingo, la rubia y el ladrón
Jorge G. Silverio Tejera
Ese había sido mi desayuno al llegar a la Unidad: un extranjero quería denunciar un robo en su casa. El Oficial de Guardia se lo había sacado de encima mandándolo conmigo…
El último recurso
Alex Padrón
Este relato fue la semilla que dio origen a la novela negra Tres Lunas publicada en España por editorial Guantanamera...
El insaciable hombre araña
Pedro Juan Gutiérrez
Los cuentos reunidos en este libro, hilvanados de tal modo que pueden leerse como una novela, poseen un fuerte sabor autobiográfico, como es habitual en las historias que nos cuenta Pedro Juan Gutiérrez. En El insaciable hombre araña, Gutiérrez (que en palabras de Enrique Tomás, "se ha convertido en el cronista de la realidad más cruda del país caribeño") mezcla desenfrenadamente amor, sexo, odio, sueños, pasiones, realidad, frustraciones... Aquí están en carne viva los sentimientos y las contradicciones de un hombre de cincuenta años que se enfrenta al hecho cotidiano de vivir, siempre al borde del abismo.Por debajo de cada cuento presentimos un mundo subterráneo, que el autor apenas nos insinúa, para inquietarnos más aún. Escrita con mano maestra, el lector nunca puede adivinar las costuras entre ficción y realidad.
Del otro lado del telescopio
Lázaro Alfonso Díaz Cala
A partir de este capítulo introductorio 13 escritores cubanos se combinaron para la escritura de una apasionante novela colectiva que publicó Editorial Primigenios en 2020 bajo el título Mirar, sufrir, gozar…La Habana.
La mujer que amo
Lisbeth Lima Hechavarría
Del libro Rostros, publicado por Editorial Primigenios, una de sus historias que cuenta “el amor de la vida real con personas que añoran, luchan, sufren, gozan, sueñan: viven”.
Caballo
Onelio Jorge Cardoso
Desde potrico ya le dijo siempre: ¡caballo!, y así fue echando cuerpo con la palabra como un susto y una orden. De modo que cuando el alazán pudo llevar encima el hombre, se estremecía al oír su palabra: —¡Caballo! —y el animal vibraba del casco a la oreja; ¡brrr! hacía y el suelo trepidaba bajo sus patas...
Oficio de tinieblas
Alejo Carpentier
El año cobraba un mal aspecto. Muy pocos se daban cuenta de ello, pero la ciudad no era la misma. No estaba demostrado que los objetos pintaran en los pisos un cabal equivalente en sombras. Más aún: las sombras tenían una evidente propensión a quererse desprender de las cosas, como si las cosas tuvieran mala sombra...
Caballito blanco
Onelio Jorge Cardoso
Era, primero un carrusel, o un niño primero y un carrusel después. Nunca se sabrá. La cosa es que el niño estaba enfermo de un mal de pie o de pierna que lo tenía impedido de caminar. Así pues, se pasaba el tiempo mirando por la ventana abierta dar vueltas al carrusel y oyendo su música alegre del otro lado de la calle...
Cangrejos, golondrinas
José Lezama Lima
Eugenio Sofonisco, herrero, dedicaba la mañana del domingo a las cobranzas del hierro trabajado. Salía de la incesancia áurea de su fragua y entraba con distraída oblicuidad en la casa de los mayores del pueblo. No se podía saber si era griego o hijo de griegos...
El caballo de coral
Onelio Jorge Cardoso
Éramos cuatro a bordo y vivíamos de pescar langostas. El Eumelia tenía un solo palo y cuando de noche un hombre llevaba entre las manos o las piernas el mango del timón, tres dormíamos hacinados en el oscuro castillo de proa y sintiendo cómo con los vaivenes del casco nos llegaba el agua sucia de la cala a lamernos los tobillos...