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Un hurkle en la basura
Claudio del Castillo
Fred lo pinchó con un palo, sin embargo, no se movió. Tenía los cafmores mustios; los kums, rígidos como sus seis patas; y la tonalidad de su piel, normalmente de un bello azul intenso, era la que tendría un cielo encapotado.
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El hombre del traje azul
Claudio del Castillo
"—¡Muerta! —gritaba él, y la apretaba contra su pecho, horrorizado de que se esfumara ante sus ojos—. ¡Saliste disparada del auto y…! ¡Por Dios, te desangraste en mis brazos!"
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Cuadrados
Claudio del Castillo
Hace una semana que no duermo. Cada noche doy vueltas y más vueltas en la cama sin que el sueño llegue a mí. Lidia, cada noche también, refunfuña a mi lado y me da de codazos. Solo entonces me estoy quieto, pero no consigo apartar la mirada del óleo que adorna la pared...