A propósito del kindle
Mi Biblioteca de Alejandría
Agnes Fong
No soy la feliz —o infeliz— poseedora de ese “aparatico” para leer. Lo mío llegó a costa de préstamo. Es decir, a la Biblioteca Pública de la ciudad de Almería llegaron, o “asignaron”, unos cuantos de estos soportes electrónicos