Se cumplen 45 años de la muerte de Mishima
Japón conmemoró, en el día de ayer, el 45 aniversario de la muerte del escritor Yukio Mishima, cuya agitada vida ha logrado eclipsar su obra, pese a ser una de las más influyentes del Japón de posguerra.
Este prolífico autor nipón, cuyo nombre real era Kimitake Hiraoka, nació en 1925, en Tokio, en el seno de una familia acomodada; y dejó un legado de 34 novelas, entre ellas la tetralogía “El Mar de la Fertilidad” terminada justo antes de su muerte; unas 50 obras teatrales que comprenden géneros que van desde el kabuki y el noh hasta el contemporáneo; 25 libros de historias cortas; 35 ensayos y una película.
Con una obra marcada por temas como la obsesión con la muerte, el culto al cuerpo y la crítica a la sociedad japonesa de posguerra, Mishima, fue, también, uno los primeros escritores que se alzó como estrella mediática, explotando su imagen de culturista y de practicante del kendo, por ello, algunos atribuyen su popularidad a estas excentricidades más que a la calidad de su obra.
Sin embargo, para otros, Mishima, planteó su vida como un gran drama, el cual decidió protagonizar hasta las últimas consecuencias.
Lo cierto es que durante su meteórica carrera, ganó los más prestigiosos galardones nipones y fue finalista en tres ocasiones al Premio Nobel de Literatura.
Con motivo de este aniversario de su muerte, la Universidad de Tokio, ha organizado un simposio internacional donde se dieron cita expertos en la obra de Mishima, y en el que se han exhibido sus icónicos retratos realizados por el fotógrafo Eikoh Hosoe, quien también participó en el evento.
“Mishima podía asumir el papel protagonista tanto en una foto como de una de sus novelas. Creo que la alegría que ambas cosas le causaban estaba al mismo nivel”, afirmó Hosoe, de 82 años, autor de célebres fotografías, como aquélla en la que el escritor posó cual San Sebastián, maniatado y con varias flechas clavadas en el torso.
Sin embargo, son escasos los medios japoneses o las personalidades del mundo de la política y la cultura que ante la controversia que, aún hoy, genera el autor de “Confesiones de una máscara” o “El Templo del Pabellón de Oro”, se atreven a ensalzar su legado.
Mishima, murió en el “seppuku”, ritual japonés del suicidio, el 25 de noviembre de 1970, tras tomar el cuartel general de las Fuerzas de Autodefensa de Tokio, y fracasar en su intento de inspirar un golpe de Estado para restaurar el Japón Imperial.
Isliada Editores. La Habana
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