Relatos

Tragedia navideña

Agatha Christie

El cuento "Tragedia Navideña" de Agatha Christie es un relato corto y emocionante que nos presenta un misterio de asesinato durante la Navidad en una casa de campo. Christie crea una trama cautivadora al presentarnos a varios personajes sospechosos, cada uno con un posible motivo para haber cometido el crimen. A través de una narrativa fluida y bien construida, Christie mantiene al lector en vilo y ofrece pistas para intentar resolver el misterio por su cuenta. En general, "Tragedia Navideña" es una excelente opción para aquellos que disfrutan de historias misteriosas y emocionantes, y un gran ejemplo de la habilidad de Agatha Christie para crear una trama intrincada e intrigante.

Confesión auténtica de un ahorcado resucitado

Juan Vicente Camacho

"Confesión auténtica de un ahorcado resucitado" es un cuento intrigante que cuenta la historia de un hombre que es ahorcado injustamente y luego resucitado para contar su historia al mundo. A través de la voz del protagonista, el lector es llevado en un viaje oscuro y emocionante a través de los horrores de la injusticia y la crueldad del sistema legal. Este cuento es una reflexión conmovedora sobre la naturaleza humana y la capacidad del espíritu humano para sobrevivir incluso en las condiciones más adversas...

Pluma, lápiz y veneno

Oscar Wilde

Sumérgete en un mundo de misterio y peligro con "Pluma, Lápiz y Veneno", un relato que te atrapará desde la primera línea. En él, conocerás la historia de un libro enigmático y los oscuros secretos que encierra en sus páginas. A medida que avances en la lectura, te sumergirás en una trama intrigante, llena de giros y sorpresas que te mantendrán en vilo hasta el final. Los personajes, las descripciones y la trama de este relato corto te transportarán a una realidad paralela que te dejará con ganas de más.

La sunamita

Inés Arredondo

Caminando por las calles solitarias con mi pequeño veliz en la mano, fui cayendo en el entresueño privado de la realidad y de tiempo que da el calor excesivo. No, no recordaba, vivía a medias, como entonces. “Mira, Licha, están floreciendo las amapas.” La voz clara, casi infantil...

Azathoth

H. P. Lovecraft

Poco hay consignado sobre el nombre y procedencia de este hombre, ya que eso correspondía exclusivamente al mundo despierto, aunque se dice que ambos eran oscuros. Baste saber que vivía en una ciudad de altos muros donde reinaba un estéril crepúsculo...

La Reina de las Nieves

Hans Christian Andersen

En la gran ciudad, donde viven tantas personas y se alzan tantas casas que no queda sitio para que todos tengan un jardincito -por lo que la mayoría han de contentarse con cultivar flores en macetas-, había dos niños pobres que tenían un jardín un poquito más grande que un tiesto...

El día que hablamos de James Thurber

Charles Bukowski

Me vi obligado a vivir con cierto gran poeta francés que estaba por entonces en Venice, California, y el tipo era ambidextro… quiero decir que se cogía a hombres y a mujeres y lo cogían hombres y mujeres. Era agradable y hablaba con gracia y con inteligencia. Tenía además una peluca pequeña que se le escurría siempre, y andaba colocándosela continuamente mientras hablaba contigo. Hablaba siete idiomas, pero si estaba yo, tenía que hablar inglés. Y hablaba todos esos idiomas como si fuesen su lengua materna...

Un hombre con manías

Robert Bloch

Bueno, en esta Convención no había enanos… sólo bebedores de tamaño natural. Cualquier zumbido de truenos de las distantes montañas hubiera sido ahogado por los gritos y las carcajadas...

Cuerpo de mujer

Ryûnosuke Akutagawa

"Observando el avance indolente de la pulga, Yang reflexionó sobre la realidad de aquellas criaturas. “Una pulga necesita una hora para llegar a un sitio que está a dos o tres pasos nuestros, aparte de que todo su espacio se reduce a una cama. Muy tediosa sería mi vida de haber nacido pulga…"

El caso de la doncella perfecta

Agatha Christie

La señorita Marple pareció algo sorprendida. La impresión que tenía de Gladdie, que alguna vez viera tomando el té en la cocina en sus «días libres», era la de una joven robusta y alegre, de temperamento despreocupado...

El cuento de la isla desconocida

José Saramago

El rey dudó durante un instante, verdaderamente no le gustaba mucho exponerse a los aires de la calle, pero después reflexionó que parecería mal, aparte de ser indigno de su majestad, hablar con un súbdito a través de una rendija, como si le tuviese miedo, sobre todo asistiendo al coloquio la mujer de la limpieza, que luego iría por ahí diciendo Dios sabe qué, De par en par, ordenó...

Invocación para desorejarse

José Lezama Lima

Para que el sombrero pudiese penetrar en mi testa, decidieron cortarme las dos orejas. Admiré sus deseos de exquisita simetría, que hizo que desde el principio su decisión fue de cortarme las dos orejas. Me sorprendió que tan lejos como era posible de un hospital, me fueran arrancadas con un bisturí que convertía al rasgar la carne en seda...

Carta a una señorita en París

Julio Cortázar

Usted sabe por qué vine a su casa, a su quieto salón solicitado de mediodía. Todo parece tan natural, como siempre que no se sabe la verdad. Usted se ha ido a París, yo me quedé con el departamento de la calle Suipacha, elaboramos un simple y satisfactorio plan de mutua convivencia hasta que septiembre la traiga de nuevo a Buenos Aires y me lance a mí a alguna otra casa donde quizá…

Con los ojos cerrados

Reinaldo Arenas

A eso de las seis de la mañana empieza mamá a pelearme para que me levante y ya a las siete estoy sentado en la cama y estrujándome los ojos. Entonces todo lo tengo que hacer corriendo: ponerme la ropa corriendo, llegar corriendo hasta la escuela y entrar corriendo en la fila pues ya han tocado el timbre y la maestra está parada en la puerta...

Tinieblas egipcias

Mijaíl Bulgákov

El asunto era el siguiente. Ese día, durante la consulta de la mañana, entró en mi consultorio una sonrosada campesina de unos treinta años. Hizo una reverencia ante el sillón ginecológico que estaba a mi espalda, sacó de su seno un frasco de boca ancha y dijo en tono halagüeño...

Asomándose desde la Abrupta Costa

Italo Calvino

Hay días en los que cada cosa que veo parece cargada de significados: mensajes que me sería difícil comunicar a otros, definir, traducir a palabras, pero que por eso mismo se me presentan como decisivos. Son anuncios o presagios que se refieren a mí y al mundo a un tiempo: y de mí no a los acontecimientos externos de la existencia sino a lo que ocurre dentro, en el fondo...

Ajedrez

Kjell Askildsen

Un día hace mucho, antes de que mis piernas empezaran a flaquear seriamente, fui a visitar a mi hermano. No lo había visto desde hacía más de tres años, pero seguía viviendo donde fui a visitarlo la última vez...

La última noche del mundo

Ray Bradbury

¿Qué harías si supieras que esta es la última noche del mundo? -¿Qué haría? ¿Lo dices en serio? -Sí, en serio. -No sé. No lo he pensado. El hombre se sirvió un poco más de café. En el fondo del vestíbulo las niñas jugaban sobre la alfombra con unos cubos de madera, bajo la luz de las lámparas verdes. En el aire de la tarde había un suave y limpio olor a café tostado...

La torre de las ratas

Victor Hugo

En este punto, la historia se hacía terrible. El pueblo hambriento no se dispersaba y seguía rodeando el palacio del arzobispo, gimiendo. Hatto, enojado, hizo rodear aquellas pobres gentes por sus arqueros que detuvieron a hombres y mujeres, ancianos y niños, y los encerraron en un troje al que prendieron fuego...

La carne

Virgilio Piñera

Sentose a la mesa y comenzó a saborear su hermoso filete. Entonces llamaron a la puerta; era el vecino que venía a desahogarse… Pero Ansaldo, con elegante ademán, le hizo ver el hermoso filete. El vecino preguntó y Ansaldo se limitó a mostrar su nalga izquierda. Todo quedaba explicado...