Relatos

Granadero de la vieja guardia, por Hippolyte Bellangé

Laurette o el sello rojo

Alfred de Vigny

"El dormitorio de una reina no puede estar más limpiamente ordenado que el de un marino, dicho sea sin querer presumir. Cada cosa tiene su pequeño espacio y su pequeño clavo. No se mueve nada. El barco puede moverse todo cuanto quiera sin desordenar nada. Los muebles están hechos según la forma de la embarcación y del pequeño camarote que uno tiene. Mi cama era un cofre..."
Nuwa, por E. T. C. Werner

Restauración de la bóveda celeste

Lu Xun

"En el cielo rosa flotan banderolas de nubes verde roca; más allá parpadean las estrellas. En el horizonte, entre las nubes sangrientas, resplandece el sol, semejante a un globo de oro que gira en un flujo de lava; al frente, la luna fría y blanca parece una masa de hierro. Pero Nü-wa no mira cuál de los astros sube ni cuál desciende..."
Doble retrato de Marie y P.S. Krøyer

María Concepción

Katherine Anne Porter

"«Si no me la como ahora, mi criatura saldrá con una mancha», pensó, espiando a través de las grietas del espeso seto de cactus que se elevaban desnudos, como hojas de cuchillos desenvainadas que cercasen protectoras el pequeño claro. El lugar estaba tan silencioso que dudó de que María Rosa y Lupe estuvieran en casa..."
Berenice, por Wögel

Berenice

Edgar Allan Poe

"Mi nombre de pila es Egaeus; no mencionaré mi apellido. Sin embargo, no hay en mi país torres más venerables que mi melancólica y gris heredad. Nuestro linaje ha sido llamado raza de visionarios, y en muchos detalles sorprendentes, en el carácter de la mansión familiar en los frescos del salón principal..."
Axolotl, un cuento de Julio Cortázar. Foto: Jan Tik

Axolotl

Julio Cortázar

"En la biblioteca Saint-Geneviève consulté un diccionario y supe que los axolotl son formas larvales, provistas de branquias, de una especie de batracios del género amblistoma. Que eran mexicanos lo sabía ya por ellos mismos, por sus pequeños rostros rosados aztecas y el cartel en lo alto del acuario..."
Love. Foto por Shelby Deeter en Unsplash

Amor

Clarice Lispector

"En el fondo, Ana siempre había tenido necesidad de sentir la raíz firme de las cosas. Y eso le había dado un hogar, sorprendentemente. Por caminos torcidos había venido a caer en un destino de mujer, con la sorpresa de caber en él como si ella lo hubiera inventado. El hombre con el que se había casado era un hombre de verdad, los hijos que habían tenido eran hijos de verdad..."
Fuego ritual

La candelaria de Juan Candelario

Emilio S. Belaval

"Cuando hubo entregado su última carga, Juan Candelario se sentó una noche, frente a su bohío, a seguirle la lucecita a un cucubano para ver si se le ocurría algo. La mujer, adivinando la desazón de su hombre, se le sentó al lado, por si acaso le daba a otro cucubano por volar cerca del primero..."
Castillo de Urquhart. Foto por Megan Sanford en Unsplash

Espantos de agosto

Gabriel García Márquez

"Mi esposa y yo, que no creemos en aparecidos del medio día, nos burlamos de su credulidad. Pero nuestros dos hijos, de nueve y siete años, se pusieron dichosos con la idea de conocer un fantasma de cuerpo presente..."
Práctica de piano, por George Goodwin Kilburne

El piano viejo

Rómulo Gallegos

"Menuda, feúcha, insignificante, era una de esas personas de quienes nadie se explica por qué ni para qué viven. Ella misma estaba acostumbrada a juzgarse como usurpadora de la vida, parecía hacer todo lo posible para pasar inadvertida: huía de la luz, refugiándose en la penumbra de su alcoba, austera como una celda; hablaba muy poco, como si temiera fatigar el aire con la carga de su voz desapacible, y respiraba furtivamente el poquito de aliento que cabía en su pecho hundido, seco y duro como un yermo..."
Old steam engine on Christmas Eve in Washington

El tren

Santiago Dabove

"En compañía de unos parientes y allegados, enterramos a mi mujer en el cementerio de Flores, y una sencilla cruz de hierro nombra e indica el lugar de su detención invisible. Cuando volvimos a Flores, todavía encontramos el tren que nos acompañara en tan felices y aciagas andanzas. Me despedí en el Once de mis parientes políticos y, pensando en mis pobres chicos huérfanos y en mi esposa difunta, fui como un sonámbulo a la “Compañía de Seguros” donde trabajaba. No encontré el lugar..."
El beso, por Gustav Klimt

El foco

Virginia Woolf

"Guardó silencio. Todos miraron las estrellas que estaban surgiendo de la oscuridad, encima de los árboles. Las estrellas parecían muy permanentes, muy inmutables. El rugido de Londres se alejó. Cien años parecían nada. Tenían la impresión de que el muchacho contemplaba las estrellas con ellos. Tenían la impresión de estar con él, en la torre, mirando las estrellas, encima de los páramos..."
Un alto en el campo, por Prilidiano Pueyrredón

Don Pacho —que en paz descanse— siempre fue un tipo de bien

Óscar Collazos

"Tendido así, inmóvil —piensa Alberto—, el cuerpo cubierto por algo que semeja un hábito religioso, vestido de negro, su cuerpo parece distinto, es casi irreconocible. Mira luego a Efraín, su amigo de infancia, tal vez de la misma edad suya y calcula que tal vez esté pensando las mismas cosas o, por lo menos, algo relacionado con el pasado que ahora los une en esta ceremonia..."
El violinista, por Jan Miense Molenaar

El violinista

Herman Melville

"¡Así que mi poema es nefasto, y la fama inmortal no es para mí! Voy a ser un don nadie por siempre jamás. ¡Intolerable destino!..."
Stream Water, por Paul Schouten

El paréntesis

Rómulo Gallegos

"Cuando Carmen Rosa se halló otra vez sola, se sorprendió de lo que había hecho. Sin duda aquel estallido de cólera se venía preparando en su ánimo desde mucho tiempo. Era la reacción inopinada y violenta de una voluntad apática que había sufrido varias presiones, sin protestar, pero cargándose de rebeldía para dejarla escapar de un golpe..."
Where there's smoke there's fire, por Russell Patterson

Diamante Dick y el primer derecho de la mujer

F. S. Fitzgerald

"Al principio, la cosa era meramente absurda, pero cuando la conversación de Diana empezó a poblarse con los destellos de extrañas frases rococó que ella consideraba parte del dialecto de los bajos fondos, se tornó alarmante. Y pocos años después, ella misma se ocupó de complicarla más al convertirse en una beldad. Una pequeña beldad oscura, con ojos trágicos y rica voz profunda..."
Paddle Wheeler en Cuba

En un bohío

Juan Bosch

La mujer no podía seguir oyendo. Iba a derrumbarse, como los troncos viejos que se pudren por dentro y caen un día, de golpe. Era el delirio de la fiebre lo que hacía hablar así a su hijo, y ella no tenía con qué comprarle una medicina...
A rural physician giving an elderly woman a tablet

Un médico rural

Franz Kafka

Miro en torno; nadie lo ha oído; los padres callan, inclinados hacia adelante, esperando mi sentencia; la hermana me ha acercado una silla para que coloque mi maletín de mano. Lo abro, y busco entre mis instrumentos; el joven sigue alargándome las manos, para recordarme su súplica; tomo un par de pinzas, las examino a la luz de la bujía y las deposito nuevamente...
Foto por Joel Filipe en Unsplash

Autor, autor

Philip K. Dick

Algo maravilloso, en efecto. El instanmóvil ya había revolucionado la sociedad. Era posible trasladarse a cualquier lugar del mundo al instante, sin lapso de tiempo, sin necesidad de zambullirse en interminables carriles atestados de monojets. El problema del transporte se había convertido en una pesadilla desde mediados del siglo XX. Cada año aumentaba el número de familias que abandonaba la ciudad para irse a vivir al campo, lo cual agravaba los colapsos de tráfico que se producían en carreteras y autopistas...
Canción de la danzarina, un cuento de Colette

Canción de la danzarina

Colette

Pero desnuda en tus brazos, sujeta a tu lecho por la cinta de fuego del placer, me llamaste, sin embargo, danzarina, al ver agitarse bajo mi piel, desde mi pecho ofrecido a mis pies crispados, la inevitable voluptuosidad...
Immersion. Photo by Ameen Fahmy on Unsplash

Agua

José María Arguedas

El varayok’ había puesto ya la mesa para el repartidor del agua. Esa mesa amarilla era todo lo que existía en la plaza abandonada en medio del corredor, solita, daba la idea de que los saqueadores de San Juan la habían dejado allí por inservible y pesada...