El armario viejo
Charles Dickens
"Quien hubiese visto el contenido del baúl, más bien habría pensado que su dueño no debería hacer mejor cosa que llevárselo a un trapero, pues todo eran ropas, en su mayor parte pertenecientes, por su tela y forma, a las modas de otro siglo, excepto uno o dos vestidos de mujer; pero ¿qué podía hacer con traje de mujer el joven cuya imaginación se exaltaba de ese modo ante aquel guardarropa híbrido? No eran días de Carnaval…"
Diario de un loco
Nikolái Gógol
"¡Demonios! ¿Qué se habrá creído él? Si tiene cara de bola de billar con cuatro pelos en la cabeza que se unta de pomada y lleva rizados que es una irrisión. Y se cree que a él todo le está permitido. Ya comprendo por qué está furioso: es que me tiene envidia..."
Lo que la tortuga le dijo a Aquiles
Lewis Carroll
"Aquiles dio alcance a la Tortuga y tomó asiento en su caparazón. —Ha llegado el final de nuestra carrera —dijo la Tortuga—, y ello a pesar de que se componía de una serie infinita de distancias. Tenía entendido que algún sabihondo había probado que eso era imposible..."
China
José Donoso
"Al entrar por la calle, un tranvía vino sobre nosotros con estrépito. Busqué refugio cerca de mi madre, junto a una vitrina llena de hojas de música. En una de ellas, dentro de un óvalo, una muchachita rubia sonreía. Le pedí a mi madre que me comprara esa hoja, pero no prestó atención y seguimos camino..."
El sueño
Mary W. Shelley
"En un enorme y fortificado castillo, construido en una empinada escarpa dominando el Loira, no lejos de la ciudad de Nantes, moraba la última de su raza y heredera de su fortuna, la joven y hermosa condesa de Villeneuve. El año anterior lo había pasado en completa soledad en su apartada mansión; y el luto que llevaba por su padre y dos hermanos, víctimas de las guerras civiles, era una gentil y buena razón para no aparecer en la corte, y mezclarse en sus festejos..."
El joven que subió al cielo
José María Arguedas
"El joven volvió a la tarea. Desde el instante en que llegó a la orilla del sembrado estuvo mirando el campo, inmóvil y atento. Esa noche la luna era brillante. Hasta la alborada estuvo contemplando los contornos del papal; así, mientras veía, le temblaron los ojos, y se adormiló unos instantes..."
La bolsa maletín
Algernon Blackwood
"En ese momento escuchó a alguien subiendo suavemente la escalera. Se detuvo un momento en el descanso, tratando de escuchar. Pensó que eran los pasos de la señora Monks; seguramente estaba subiendo con el último correo. Pero los pasos cesaron súbitamente; consideró que estaban cuando menos dos pisos abajo, y Johnson llegó a la conclusión de que eran demasiado pesados para ser los de su casera bebedora..."
Laurette o el sello rojo
Alfred de Vigny
"El dormitorio de una reina no puede estar más limpiamente ordenado que el de un marino, dicho sea sin querer presumir. Cada cosa tiene su pequeño espacio y su pequeño clavo. No se mueve nada. El barco puede moverse todo cuanto quiera sin desordenar nada. Los muebles están hechos según la forma de la embarcación y del pequeño camarote que uno tiene. Mi cama era un cofre..."
Restauración de la bóveda celeste
Lu Xun
"En el cielo rosa flotan banderolas de nubes verde roca; más allá parpadean las estrellas. En el horizonte, entre las nubes sangrientas, resplandece el sol, semejante a un globo de oro que gira en un flujo de lava; al frente, la luna fría y blanca parece una masa de hierro. Pero Nü-wa no mira cuál de los astros sube ni cuál desciende..."
María Concepción
Katherine Anne Porter
"«Si no me la como ahora, mi criatura saldrá con una mancha», pensó, espiando a través de las grietas del espeso seto de cactus que se elevaban desnudos, como hojas de cuchillos desenvainadas que cercasen protectoras el pequeño claro. El lugar estaba tan silencioso que dudó de que María Rosa y Lupe estuvieran en casa..."
Berenice
Edgar Allan Poe
"Mi nombre de pila es Egaeus; no mencionaré mi apellido. Sin embargo, no hay en mi país torres más venerables que mi melancólica y gris heredad. Nuestro linaje ha sido llamado raza de visionarios, y en muchos detalles sorprendentes, en el carácter de la mansión familiar en los frescos del salón principal..."
Axolotl
Julio Cortázar
"En la biblioteca Saint-Geneviève consulté un diccionario y supe que los axolotl son formas larvales, provistas de branquias, de una especie de batracios del género amblistoma. Que eran mexicanos lo sabía ya por ellos mismos, por sus pequeños rostros rosados aztecas y el cartel en lo alto del acuario..."
Amor
Clarice Lispector
"En el fondo, Ana siempre había tenido necesidad de sentir la raíz firme de las cosas. Y eso le había dado un hogar, sorprendentemente. Por caminos torcidos había venido a caer en un destino de mujer, con la sorpresa de caber en él como si ella lo hubiera inventado. El hombre con el que se había casado era un hombre de verdad, los hijos que habían tenido eran hijos de verdad..."
La candelaria de Juan Candelario
Emilio S. Belaval
"Cuando hubo entregado su última carga, Juan Candelario se sentó una noche, frente a su bohío, a seguirle la lucecita a un cucubano para ver si se le ocurría algo. La mujer, adivinando la desazón de su hombre, se le sentó al lado, por si acaso le daba a otro cucubano por volar cerca del primero..."
Espantos de agosto
Gabriel García Márquez
"Mi esposa y yo, que no creemos en aparecidos del medio día, nos burlamos de su credulidad. Pero nuestros dos hijos, de nueve y siete años, se pusieron dichosos con la idea de conocer un fantasma de cuerpo presente..."
El piano viejo
Rómulo Gallegos
"Menuda, feúcha, insignificante, era una de esas personas de quienes nadie se explica por qué ni para qué viven. Ella misma estaba acostumbrada a juzgarse como usurpadora de la vida, parecía hacer todo lo posible para pasar inadvertida: huía de la luz, refugiándose en la penumbra de su alcoba, austera como una celda; hablaba muy poco, como si temiera fatigar el aire con la carga de su voz desapacible, y respiraba furtivamente el poquito de aliento que cabía en su pecho hundido, seco y duro como un yermo..."
El tren
Santiago Dabove
"En compañía de unos parientes y allegados, enterramos a mi mujer en el cementerio de Flores, y una sencilla cruz de hierro nombra e indica el lugar de su detención invisible. Cuando volvimos a Flores, todavía encontramos el tren que nos acompañara en tan felices y aciagas andanzas. Me despedí en el Once de mis parientes políticos y, pensando en mis pobres chicos huérfanos y en mi esposa difunta, fui como un sonámbulo a la “Compañía de Seguros” donde trabajaba. No encontré el lugar..."
El foco
Virginia Woolf
"Guardó silencio. Todos miraron las estrellas que estaban surgiendo de la oscuridad, encima de los árboles. Las estrellas parecían muy permanentes, muy inmutables. El rugido de Londres se alejó. Cien años parecían nada. Tenían la impresión de que el muchacho contemplaba las estrellas con ellos. Tenían la impresión de estar con él, en la torre, mirando las estrellas, encima de los páramos..."
Don Pacho —que en paz descanse— siempre fue un tipo de bien
Óscar Collazos
"Tendido así, inmóvil —piensa Alberto—, el cuerpo cubierto por algo que semeja un hábito religioso, vestido de negro, su cuerpo parece distinto, es casi irreconocible. Mira luego a Efraín, su amigo de infancia, tal vez de la misma edad suya y calcula que tal vez esté pensando las mismas cosas o, por lo menos, algo relacionado con el pasado que ahora los une en esta ceremonia..."
El violinista
Herman Melville
"¡Así que mi poema es nefasto, y la fama inmortal no es para mí! Voy a ser un don nadie por siempre jamás. ¡Intolerable destino!..."