Relatos

Un mal hombre a la hora de su muerte

Chertogon

Nikolái Leskov

Se trata de algo que sólo puede presenciarse en Moscú, y eso, teniendo mucha suerte y buenas aldabas...
El sueño. Foto por Jr Korpa en Unsplash

Un sueño

Iván Turguénev

Yo vivía entonces con mi madre en una pequeña ciudad del litoral. Había cumplido diecisiete años y mi madre no llegaba a los treinta y cinco: se había casado muy joven. Cuando falleció mi padre yo tenía solamente seis, pero le recordaba muy bien...
La sombra. Ilustración de Vilhelm Pedersen

La sombra

Hans Christian Andersen

En los países cálidos, ¡allí sí que calienta el sol! La gente llega a parecer de caoba; tanto, que en los países tórridos se convierten en negros. Y precisamente a los países cálidos fue adonde marchó un sabio de los países fríos, creyendo que en ellos podía vagabundear, como hacía en su tierra, aunque pronto se acostumbró a lo contrario...
El sueño del fugitivo

El fantasma y el ensalmador

Joseph Sheridan Le Fanu

Al revisar los papeles de mi respetado y apreciado amigo Francis Purcell, que hasta el día de su muerte y por espacio de casi cincuenta años desempeñó las arduas tareas propias de un párroco en el sur de Irlanda, encontré el documento que presento a continuación...
Venus de Milo. Foto por pasja1000 en Pixabay

La Vénus d’Ille

Prosper Mérimée

Bajaba la última ladera del Canigó y, aunque el sol ya se hubiera puesto, distinguía en la llanura las casas de la pequeña ciudad de Ille, hacia la que me dirigía...
La muerte de Marat

La muerta enamorada

Théophile Gautier

Me preguntáis hermano si he amado; sí. Es una historia singular y terrible, y, a pesar de mis sesenta y seis años, apenas me atrevo a remover las cenizas de este recuerdo...
La mano encantada - Gérard de Nerval - Fantástico

La mano encantada

Gérard de Nerval

Nada es tan hermoso como las casas del siglo XVII que la Place Royale ofrece en tan majestuoso conjunto. Cuando sus fachadas de ladrillos intercalados y enmarcados por molduras y cantos de piedras, y cuando sus altas ventanas se encienden con los espléndidos rayos del sol del atardecer, uno siente, al contemplarlas, la misma veneración que ante un tribunal de magistrados vestidos con ropas rojas forradas de armiño y...
Ojo. Foto por v2osk en Unsplash

El ojo sin párpado

Philarète Chasles

«¡HALLOWE’EN!, ¡Hallowe’en!, gritaban todos». ¡Esta es la noche santa, la gran noche de los skelpies y de las hadas! Carrick, y tú, Colean, ¿venís? Están ya todos los de Carrick-Border, y van a venir nuestra Meg y nuestra Jeannie...
Steenie Steenson Demanding Receipt for Rent from Sir Robert Redgauntlet

La historia de Willie el vagabundo

Walter Scott

Puede que hayáis oído hablar de Sir Robert Redgauntlet, del señorío de Redgauntlet, que vivió en estas tierras hace ya mucho tiempo. Siempre se le recordará en la región; nuestros padres solían contener el aliento cuando oían su nombre...
Poder. Foto por Lopez Robin en Unsplash

El poder

Fredric Brown

El poder le llegó repentinamente a Larry Snell, surgido de la nada e inesperadamente. Cómo y por qué lo obtuvo, nunca lo supo. Vino a él; eso es todo...

Historia del endemoniado Pacheco

Jan Potocki

Finalmente, desperté de verdad. El sol quemaba mis párpados, que apenas si podía abrir. Entreví el cielo y me di cuenta de que me hallaba al aire libre. Pero el sueño pesaba aún sobre mis ojos, y aunque ya no dormía, todavía no estaba despierto del todo...
Futurium. Foto por Maximalfocus en Unsplash

¡Piensa!

Isaac Asimov

La doctora en medicina Genevieve Renshaw tenía las manos profundamente metidas en los bolsillos de su bata de laboratorio y, mientras hablaba con gran calma, sus puños se destacaban claramente de aquéllos.
Isla Reunión. Foto por Sergey Zhesterev en Unsplash

Sacatove

Leconte de Lisle

No corresponde sino a las obras realmente hermosas dar lugar a imitaciones afortunadas o desafortunadas. Son otros tantos homenajes indirectos ofrecidos al genio, y que no le han faltado al más donoso, al más emotivo de los poemas, Pablo y Virginia, que Bernardin de Saint-Pierre catalogaba modestamente como una pastoral...
Bailarines rusos.

Ben Tovit

Leónidas Andréiev

El día terrible en que se realizó la mayor injusticia del mundo, en que se crucificó en el Gólgota, entre dos bandidos, a Cristo, ese mismo día, el comerciante de Jerusalén Ben-Tovit tenía, desde por la mañana, un dolor horrible de muelas...
Child holding pocket money change. Foto por Annie Spratt en Unsplash

La jarra de plata

Truman Capote

Saliendo del colegio me iba a trabajar a la farmacia Valhalla. El dueño era mi tío, el señor Ed Marshall. Lo llamaba «Señor Marshall» porque todo el mundo, incluida su esposa, lo llamaba así. Con todo, era un hombre simpático...
Lago Atitlán, Guatemala. Foto por Mark Harpur en Unsplash

Ahora que me acuerdo

Miguel Ángel Asturias

Los Güegüechos de gracia José y Agustina, conocidos en el pueblo con los diminutivos de Don Chepe y la Niña Tina hacen la cuenta de mis años con granos de maíz, sumando de uno en uno de izquierda a derecha, como los antepasados los puntos que señalan los siglos en las piedras...
Paciente histérica

El manuscrito de un loco

Charles Dickens

¡Sí…! ¡Un loco! ¡Cómo sobrecogía mi corazón esa palabra hace años! ¡Cómo habría despertado el terror que solía sobrevenirme a veces, enviando la sangre silbante y hormigueante por mis venas, hasta que el rocío frío del miedo aparecía en gruesas gotas sobre mi piel y las rodillas se entrechocaban por el espanto!...
Ruleta. Foto por Adi Coco en Unsplash

El costo de la vida

Carlos Fuentes

Salvador Rentería se levantó muy temprano. Cruzó corriendo la azotea. No calentó el boiler. Se quitó los calzoncillos y el chubasco frío le sentó bien. Se fregó con la toalla y regresó al cuarto. Ana le preguntó desde la cama si no iba a desayunar. Salvador dijo que se tomaría un café por ahí...
Varsovia. Foto por Valik Chernetskyi en Unsplash

La calle de los cocodrilos

Bruno Schulz

Mi padre conservaba en el cajón inferior de su amplio escritorio un hermoso plano antiguo de nuestra ciudad. Era en realidad todo un volumen en folio, de pergaminos que, unidos por medio de cintas, formaban un inmenso mapa mural que representaba un panorama a vuelo de pájaro...
Chica escribiendo. Foto por Marcos Paulo Prado en Unsplash

La edad madura

Henry James

Aquel día de abril era templado y luminoso, y el pobre Dencombe, feliz en la presunción de que sus energías se recuperaban, estaba parado en el jardín del hotel, comparando los atractivos de diversos paseos tranquilos, con una parsimonia en la cual, empero, todavía se echaba de ver cierta laxitud...