Relatos

Árbol. Foto por Andy Watkins en Unsplash

Árboles petrificados

Amparo Dávila

Es de noche, estoy acostada y sola. Todo pesa sobre mí como un aire muerto; las cuatro paredes me caen encima como el silencio y la soledad que me aprisionan. Llueve. Escucho la lluvia cayendo lenta y los automóviles que pasan veloces. El silbato de un vigilante suena como un grito agónico. Pasa el último camión de medianoche. Medianoche, también entonces era la medianoche…
La feria de Sorochinetz - Nikolái Gógol

La feria de Sorochinetz

Nikolái Gógol

¡Qué embriagador y espléndido es un día de verano en Ucrania!… ¡Qué languidez y qué bochorno el de sus horas cuando el mediodía fulge entre el silencio y el sopor, y el azul e inconmensurable océano, inclinado sobre la tierra como un dosel voluptuoso, parece dormir sumergido en ensueños mientras ciñe y estrecha a la hermosa con inmaterial abrazo!...
El Cairo, Egipto. Foto por Simon Berger en Unsplash

Accidente

Naguib Mahfuz

Hablaba por el teléfono de una tienda con voz bastante alta para hacerse oír a pesar del jaleo de la ruidosa calle de Al-Geis, inclinándose hacia el fondo de la tienda para alejarse lo más posible del bullicio. Acabó con un “espérame, voy en seguida”, colgó, cogió del mostrador una cajetilla de Hollywood y pagó al dependiente los cigarrillos y la llamada...
Espíritu. Por George Roux

El pequeño monstruo blanco

Catherine Crowe

En el barrio de Marylebone había en otro tiempo una casa habitada por un fantasma muy especial. El espectro solo aparecía intermitentemente y en épocas muy distanciadas. En realidad, solamente estaba ocupada la planta baja de la casa, pues los departamentos estaban realquilados como oficinas, cuyo personal se retiraba a las siete u ocho de la tarde...
The Summit of Kanchinjinga in the Himalaya of Sikkim

Ethan Brand

Nathaniel Hawthorne

Bartram el calero, un hombre rudo, corpulento y tiznado de carbón, vigilaba el horno a la caída de la noche y su pequeño hijo jugaba a hacer casas con trozos sueltos de mármol, cuando escucharon falda abajo una risa estentórea, no jubilosa sino lenta e inclusive solemne, como si el viento sacudiera las ramas del bosque...
Danza del alma. Foto por Ahmad Odeh en Unsplash

La bailarina

Patricia Highsmith

Bailaban maravillosamente juntos, evolucionando de un lado a otro de la pista a los eróticos ritmos del tango, a veces del vals. A la edad de veinte y veintiún años, respectivamente, Claudette y Rodolphe se hicieron amantes. Quisieron casarse, pero su empresario consideró que resultaban más excitantes para los clientes si no estaban casados. Así que permanecieron solteros...
Hombre sentado en una tumba. Foto por Frederik Trovatten.com en unsplash

Anacleto Morones

Juan Rulfo

¡Viejas, hijas del demonio! Las vi venir a todas juntas, en procesión. Vestidas de negro, sudando como mulas bajo el mero rayo del sol. Las vi desde lejos como si fuera una recua levantando polvo. Su cara ya ceniza de polvo. Negras todas ellas...
Chica con bici. Foto por ZSun Fu en Unsplash

El regreso

Emilio Díaz Valcárcel

Se detuvo frente al balconcito sin saber qué hacer. Miró por un instante el viejo sillón de mimbre, la escalera de tablas carcomidas, las puertas cerradas y pegadas a la faz de la casa como dos ojos enormes. Se quedó inmóvil, la mirada perpleja, en el mismo momento en que una patrulla de recuerdos lo asaltaba...
Mind your points, por John Gilbert

Cambiadores

Baldomero Lillo

-Dígame usted, ¿qué cosa es un cambiador? -Un cambiador, un guardagujas como más propiamente se le llama, es un personaje importantísimo en toda línea ferroviaria...
Timón de barco. Foto por Maximilian Weisbecker en unsplash.

Cuento del joven marinero

Isak Dinesen

El bricbarca Charlotte había zarpado de Marsella y navegaba rumbo a Atenas, con tiempo gris y mar gruesa, después de tres días de fuerte temporal. Un pequeño marinero llamado Simón, en la cubierta mojada y balanceante, se sujetaba a un obenque y miraba hacia las nubes viajeras y la verga del mastelerillo del palo mayor...
El país de los ciegos. Dibujo por Claude Allin Shepperson

El país de los ciegos

H. G. Wells

A más de trescientas millas del Chimborazo y a cien de las nieves del Cotopaxi, en el territorio más inhóspito de los Andes ecuatoriales, se encuentra un misterioso valle de montaña, el País de los Ciegos, aislado del resto de los hombres...
Monjes budistas. Foto por Sergio Capuzzimati en Unsplash

Los constructores de puentes

Rudyard Kipling

Lo mínimo que esperaba Findlayson, del Departamento de Obras Públicas, era una C. I. E.; él soñaba con una C. S. I. En realidad, sus amigos le decían que se merecía más. Durante tres años había aguantado calor y frío, decepciones, incomodidades, peligros y enfermedades, con una responsabilidad casi excesiva para un solo par de hombros...
Historias de fantasmas. Por William Howells

Los amigos de los amigos

Henry James

Encuentro, como profetizaste, mucho de interesante, pero poco de utilidad para la cuestión delicada —la posibilidad de publicación—. Los diarios de esta mujer son menos sistemáticos de lo que yo esperaba; no tenía más que la bendita costumbre de anotar y narrar...
El diablo en la botella. Por William-Hatherell

El diablo de la botella

Robert Louis Stevenson

Había un hombre en la isla de Hawaii al que llamaré Keawe; porque la verdad es que aún vive y que su nombre debe permanecer secreto; pero su lugar de nacimiento no estaba lejos de Honaunau, donde los huesos de Keawe el Grande yacen escondidos en una cueva...
Máscara. Foto por John Noonan en Unsplash

Los agujeros de la máscara

Jean Lorrain

—Quiere usted verlo —me había dicho mi amigo De Jacquels—, sea, consiga un dominó y un antifaz, un dominó elegante, de satén negro, cálcese unos escarpines, y, por esta vez, medias de seda negra también, y espéreme en su casa el martes hacia las diez y media; iré a buscarle...
Baldo de Serafini

Amour dure

Vernon Lee

Urbania, 20 de agosto de 1885. Había ansiado, durante años y años, estar en Italia, encontrarme cara a cara con el pasado; ¿y eso era Italia? Podría haber llorado, sí, llorado, por la desilusión que sentí cuando por primera vez deambulé por Roma, con una invitación en mi bolsillo para cenar en la embajada alemana...
Passion led us here. Foto por Ian Schneider en Unsplash

Auténtico amor

Isaac Asimov

Mi nombre es Joe. Así es como me llama mi colega, Milton Davidson. Él es un programador, y yo soy un programa de computadora. Formo parte del complejo Multivac, y estoy conectado con otros componentes esparcidos por todo el mundo...
Cielo estrellado. Foto por Greg Rakozy en Unsplash

La noche

Guy de Maupassant

Amo la noche con pasión. La amo, como uno ama a su país o a su amante, con un amor instintivo, profundo, invencible. La amo con todos mis sentidos, con mis ojos que la ven, con mi olfato que la respira, con mis oídos, que escuchan su silencio, con toda mi carne que las tinieblas acarician...
¡Como para confundirse! - Philippe A. Villiers de L’Îsle-Adam

¡Como para confundirse!

Philippe A. Villiers de L’Îsle-Adam

Una mañana gris de noviembre bajaba por los muelles con paso rápido. Una fría llovizna mojaba la atmósfera. Transeúntes negros, sombríos bajo paraguas deformes, se entrecruzaban. El Sena amarillento arrastraba sus barcos mercantes que semejaban abejorros desmesurados...
Carnaval. Pintura de Víctor Manuel

Historia de lunas

Alejo Carpentier

A las 12 y 28, puntualmente, el tren de largos vagones amarillos se detenía en la estación del pueblo. Al momento, los dos viejos Ford empezaban a hacer sonar su bocina ásperamente. El ventilador de Café de los Reyes Magos se ponía en marcha. Y los mendigos, los vendedores de frituras o de plegarias invadían el andén…