Relatos

El cuento del pariente pobre

Charles Dickens

"No soy lo que aparento. Soy muy diferente. Pero quizá sea mejor que, antes de continuar, eche una ojeada a lo que se supone que soy."

La habitación a oscuras

Tennessee Williams

"—Empezó a hacer cosas raras más o menos hacia Año Nuevo. Esa noche él no vino. Fue la primera noche que él no venía después de mucho tiempo, y era Año Nuevo. Lo llamó a casa y su madre le dijo que él se había ido y que no llamara más. Dijo que se iba a casar con una chica judía."

Los carboneros

Onelio Jorge Cardoso

"Estábamos a principios de julio. Para los tres meses siguientes sabíamos que llegaba la plaga. Eso no es cosa de juego. Está el tábano, pequeño como mosca, que pica solo en las orejas. Sube de la manigua a la altura del cuello, más aún, buscando las orejas, y pica hasta hincharlas y enrojecerlas."

Las hermanas

Nathaniel Hawthorne

"Mientras esperaba la campanada que a medianoche la convertiría en miembro de la innumerable hermandad de los años pasados, se le acercó una joven doncella que venía andando ligera como de puntillas por la calle que lleva al depósito de ferrocarril. Evidentemente era forastera, y puede que hubiese llegado a la ciudad en el tren nocturno."

A través del túnel

Doris Lessing

"Corrió en línea recta hacia el agua y empezó a nadar. Era un buen nadador. Pasó rápido por encima de la arena reluciente, por encima de una zona donde las rocas yacían bajo la superficie como monstruos desvaídos y entonces se encontró en el verdadero mar, un mar cálido donde las frías corrientes irregulares sacudían sus piernas desde las profundidades."

En verdad os digo

Juan José Arreola

"La única dificultad seria en que tropieza el profesor Niklaus es la carencia de una planta atómica propia. Tales instalaciones, extensas como ciudades, son increíblemente caras. Pero un comité especial se ocupa ya en solventar el problema económico mediante una colecta universal."

Carpa Bonkoiémof

Máximo Gorki

"Makhine, un buen mozo sólido, con la frente arrugada por el esfuerzo, se mordía el labio inferior, y sin separar los ojos obscuros del tablero de damas, dibujado sobre una tabla de la cama, colocaba las piezas con movimientos bruscos. Chichoff era muy prudente, reflexionaba mucho cada jugada, frotaba su cabeza calva, movía sus cejas rojas; después de haber jugado, sorbía con la nariz, se enderezaba y acariciaba con dignidad su barba roja y revuelta. Era rubio y corpulento."

Los cuatro sospechosos

Agatha Christie

"Ninguno de ellos tiene una coartada ni es capaz de atestiguar la declaración de los demás. Pero una cosa es cierta: nadie del exterior pudo hacerlo ya que la presencia de un extraño hubiera sido advertida con seguridad en el pueblecito de King’s Gnaton."

El vaquero de la Walkers Brothers

Alice Munro

"Los vagabundos rondan por los muelles y a veces, en noches así, deambulan hasta la playa angosta y, agarrándose de los matorrales secos, suben el sendero cambiante y precario que han hecho los chicos y le dicen algo a mi padre que ni siquiera llego a captar, de tanto miedo que me dan los vagabundos. Mi padre dice que también anda un poco apurado."

Anécdota

Thomas Mann

"Por una vez, espeta desde su pecho, respirando con dificultad, ¡por una vez tenía que decirlo! ¡Por una sola vez descargarse de la verdad que durante tanto tiempo ha tenido que soportar en solitario! ¡Por una sola vez, abrirnos los ojos a todos nosotros, deslumbrados y fascinados como estábamos, sobre ese ídolo cuya posesión tanta envidia nos causaba!"

Ferdinando Eboli

Mary W. Shelley

"Apoyando su mejilla contra la mano, pensó en los peligros que encontraría su amado, en su propia soledad durante la espera en las cartas y en su retorno. Un crujido llamó su atención: ¿era la brisa entre las encinas?"

El boxeador

Pedro Juan Gutiérrez

"Ella no sabe nadar. Viene a la playa con un libro y medio litro de ron. Yo adoro el agua. Me gusta alejarme de la orilla, nadar una hora, tonificarme, soltar toxinas."

En el bosque de Villefère

Robert E. Howard

"Mis propios pensamientos serán mi perdición, si no tengo cuidado. ¿Qué hay en este bosque, excepto quizás las criaturas que merodean por él, ciervos y semejantes? ¡Bah, las estúpidas leyendas de esos aldeanos!"

Tubal-Caín forja una estrella

Gabriel García Márquez

"Porque el miedo se había detenido como una orilla de metal en sus vértebras, podía saber ahora que iba a sucumbir. Un calofrío que nació en sus uñas comenzó a subir livianamente, como un vaho de éter por sus pantorrillas, por sus muslos —¡sus muslos!—, dejando en su rumbo vertical una temblorosa región que más tarde sus pies, sus piernas, no eran ya, los iba convirtiendo en cemento."

Condenado a muerte

W. Somerset Maugham

"La caza a bala no le gustaba; durante sus primeros años en Malasia había matado grandes piezas, pero ya no sentía ningún placer por ello. ¿Para qué destruir a los animales de la jungla? Pero le gustaba el ojeo."

La navidad cuando dejamos de ser niños

Charles Dickens

"Esa Navidad en que acabábamos de conseguir la fama; en que nos daban un paseo triunfal por haber hecho algo grande y bueno; en que nuestro apellido se veía honrado y ennoblecido, y en casa nos recibían llorando de alegría; ¿es posible que esa Navidad aún no haya llegado?"

El limón

Dylan Thomas

"La casa era un misterio. Todo en ella sucedía en un haz de luz. Las manos del niño tentando a ciegas las paredes de los corredores eran un movimiento de luces, aunque ya la última llama de una vela se hubiera desvanecido al final de las escaleras y las líneas de luz que surgían por las rendijas de puertas cerradas se hubieran apagado repentinamente."

Ondina

Friedrich de la Motte Fouqué

"Es posible que hayan transcurrido ya muchos siglos desde que un anciano y bondadoso pescador se sentaba en una hermosa tarde ante la puerta de su casa y remendaba sus redes. Vivía en una comarca muy agradable."

El halcón decapitado

Truman Capote

"Se llevó un Old Gold a los labios, buscó una cerilla y suspiró al no encontrarla. La muchacha salió del umbral. Le tendió un encendedor pequeño y barato. Mientras la llama palpitaba, sus ojos, pálidos, apagados, de un verde gatuno, se clavaron en él con alarmante intensidad"

El pobrecillo

María de Francia

"A la dama de la que os quiero hablar, que era tan requerida de amor por su belleza, por su valía la cortejaban noche y día. En Bretaña había cuatro nobles, aunque no sé cómo se llamaban; no eran demasiado mayores, y eran de gran belleza, caballeros nobles y valientes, generosos, corteses y liberales."