“Aliados” y “alemanes”
Lino Novás Calvo
Chirriquitín como yo era, ya era “aliado”. Mi padre me llamó entonces el “Tomeguín”. Pero yo no creía que aquel fuera mi padre. Era un hombre que había pasado un día por la colonia, en Georgina, y se fuera...
Los dioses de Bal-Sagoth
Robert E. Howard
El relámpago deslumbró los ojos de Turlogh O’Brien y sus pies resbalaron sobre un charco de sangre mientras se dirigía tambaleante hacia la oscilante cubierta. El entrechocar del acero rivalizaba con el estruendo del trueno, y los gritos de muerte atravesaban el rugido de las olas y el viento...
La muerte de Justina
John Cheever
Bien sabe Dios que esto se vuelve cada vez más absurdo y corresponde cada vez menos a lo que recuerdo y a lo que espero, como si la fuerza de la vida fuera centrífuga y nos distanciara más y más de nuestras ambiciones y nuestros recuerdos más puros...
Bajo otros escombros
Augusto Monterroso
Vemos a ese hombre que se pasea agitado ante la puerta del hotel de paso en la calle París de Santiago de Chile, y que vigila. Sospecha. Durante los últimos días no ha hecho otra cosa que sospechar. La ha visto a los ojos y ha sospechado...
El intérprete griego
Arthur Conan Doyle
Durante mi larga y estrecha amistad con Sherlock Holmes, no le oí hablar nunca de su familia y casi nunca de su vida anterior. Esta reticencia por su parte había aumentado mi impresión de que carecía de humanidad...
El levantamiento indio
Donald Barthelme
Defendíamos la ciudad lo mejor que podíamos. Las flechas de los comanches caían en nubes sobre nosotros. Sus hachas de guerra chocaban estrepitosamente contra el pavimento amarillo y blando. Había trincheras a lo largo del bulevar Mark Clark y habían puesto alambre luminoso en los setos...
Dos amigos
Jean de La Fontaine
En el mundo en que vivimos la verdadera amistad no es frecuente. Muchas personas egoístas olvidan que la felicidad está en el amor desinteresado que brindamos a los demás. Esta historia se refiere a dos amigos verdaderos...
De mala bebida
Ricardo Güiraldes
Santos era cochero en una estancia distante dos leguas de la nuestra. Bajo y grueso, sus cincuenta y seis años de vida bondadosa y tranquila no acusaban más de cuarenta...
El Buen Dios de Chemillé, que no está a favor ni en contra
Alphonse Daudet
El párroco de Chemillé iba a llevar al Buen Dios a un enfermo. Realmente, daba pena pensar que alguien pudiera morirse en un día tan hermoso de verano, en pleno Ángelus de mediodía...
El barril mágico
Bernard Malamud
Leo Finkle, estudiante rabínico en la Universidad Yeshivah, vivía no hace mucho en la parte alta de la ciudad de Nueva York, en un cuartito modesto pero lleno de libros. Tras seis años de estudios, Finkle iba a ser ordenado en junio, y un conocido suyo le había aconsejado que si se casaba, le sería más fácil obtener una congregación...
La grajilla
Miguel Delibes
Al llamar a la grajilla, al cuco y al cárabo pájaros de cuenta no quiero decir que sean malos. No hay pájaros buenos ni malos. Las aves actúan por instinto, obedecen a las leyes naturales, aunque, a los ojos de los hombres, algunas de sus acciones puedan parecer buenas y otras reprobables...
La broma
Fredric Brown
El robusto hombre del traje verde chillón extendió su manaza sobre el mostrador del quiosco. -Jim Greeley -se presentó-. Compañía de Novedades Ace. El empleado le dio la mano y de pronto se sacudió convulsivo cuando algo zumbó dolorosamente en su palma...
La muerte de Olivier Becaille
Émile Zola
Fue un sábado, a las seis de la mañana cuando morí tras tres días de enfermedad. Mi pobre esposa miraba desde hacía un instante en el baúl, donde buscaba ropa. Cuando se incorporó y me vio rígido, con los ojos abiertos y sin aliento, acudió corriendo creyendo que se trataba de un desmayo, tocándome las manos, inclinándose sobre mi rostro...
Alain el Gentil: Soldado
Marcel Schwob
Sirvió al rey Carlos VII desde la edad de doce años, como arquero, después de que gente de guerra se lo llevara consigo del llano país de Normandía. Y se lo llevaron de esta manera...
Cláusula testamentaria
J. M. Machado de Assis
…y es mi última voluntad que el cajón en que mi cuerpo haya de ser enterrado sea fabricado en casa de Joaquim Soares, que vive en la Rua da Alfãndega. Deseo que él sea informado acerca de esta disposición, que también será pública...
La última niebla
María Luisa Bombal
No me sabía tan blanca y tan hermosa. El agua alarga mis formas, que toman proporciones irreales. Nunca me atreví antes a mirar mis senos; ahora los miro. Pequeños y redondos, parecen diminutas corolas suspendidas sobre el agua...
El tamborcillo sardo
Edmundo de Amicis
Durante la primera jornada de la batalla de Custozza, el 24 de julio de 1848, sesenta soldados de un regimiento de infantería de nuestro ejército, que habían sido enviados a una altura para ocupar cierta casa solitaria, se vieron de pronto asaltados por dos compañías de soldados austriacos...
El mundo urbano
Franz Kafka
Oscar M, un estudiante ya mayor —quien lo miraba de cerca, quedaba aterrorizado ante sus ojos—, permanecía un mediodía invernal en una plaza vacía en plena tormenta de nieve, con su abrigo de invierno, una bufanda alrededor del cuello y un gorro de piel en la cabeza...
Bethmoora
Lord Dunsany
Hay en la noche de Londres una tenue frescura, como si alguna brisa desmandada hubiérase apartado de sus camaradas en los altos de Kentish y penetrado a hurtadillas en la ciudad. El suelo está húmedo y luciente. En nuestros oídos, que han llegado a una singular acuidad a esta tardía hora, incide el golpeteo de remotas pisadas...
El marido de Tom
Sarah Orne Jewett
No voy a detenerme en las circunstancias que llevaron a que mi héroe y mi heroína se casaran. A pesar de que su noviazgo casi alcanzaba la perfección, tal y como ellos lo veían, la mayor parte de sus características lo convertían en común a ojos de otras personas...