Dos amigos
En el mundo en que vivimos la verdadera amistad no es frecuente. Muchas personas egoístas olvidan que la felicidad está en el amor desinteresado que brindamos a los demás. Esta historia se refiere a dos amigos verdaderos. Todo lo que era de uno era también del otro; se apreciaban, se respetaban y vivían en perfecta armonía.
Una noche, uno de los amigos despertó sobresaltado. Saltó de la cama, se vistió apresuradamente y se dirigió a la casa del otro. Al llegar, golpeó ruidosamente y todos se despertaron. Los criados le abrieron la puerta, asustados, y él entró en la residencia. El dueño de la casa, que lo esperaba con una bolsa de dinero en una mano y su espada en la otra, le dijo:
-Amigo mío: sé que no eres hombre de salir corriendo en plena noche sin ningún motivo. Si viniste a mi casa es porque algo grave te sucede. Si perdiste dinero en el juego, aquí tienes, tómalo… y si tuviste un altercado y necesitas ayuda para enfrentar a los que te persiguen, juntos pelearemos. Ya sabes que puedes contar conmigo para todo.
El visitante respondió:
-Mucho agradezco tus generosos ofrecimientos, pero no estoy aquí por ninguno de esos motivos. Estaba durmiendo tranquilamente cuando soñé que estabas intranquilo y triste, que la angustia te dominaba y que me necesitabas a tu lado. La pesadilla me preocupó y por eso vine a tu casa a estas horas. No podía estar seguro de que te encontrabas bien y tuve que comprobarlo por mí mismo.
Así actúa un verdadero amigo. No espera que su compañero acuda a él sino que, cuando supone que algo le sucede, corre a ofrecerle su ayuda.
La amistad es eso: estar atento a las necesidades del otro y tratar de ayudar a solucionarlas, ser leal y generoso y compartir no solo las alegrías sino también los pesares.
FIN
Jean de La Fontaine. Nacido en Château-Thierry el 8 de julio de 1621, emergió como un destacado fabulista francés del siglo XVII, dejando una impronta indeleble en la literatura. Más allá de las fábulas que lo inmortalizaron, La Fontaine fue un polifacético escritor cuyas influencias se entrelazaron con Ariosto, Boccaccio, Rabelais y Margarita de Navarra.
La Fontaine, miembro de la Academia Francesa desde 1683, trascendió géneros literarios. Su adaptación de "Eunuco" de Terencio en 1654 fue su primera obra publicada, pero la fama literaria llegó con "Cuentos y relatos en verso" en 1664, seguido por la célebre colección de fábulas en 1668. Su vida estuvo marcada por la intriga y la controversia, como su enfrentamiento con el músico Jean-Baptiste Lully.
A pesar de la riqueza literaria, La Fontaine enfrentó dificultades económicas. En 1684, su ingreso a la Academia fue controvertido, vinculado a su defensa de Fouquet durante el proceso judicial. La década de 1680 fue testigo de su activa participación en la famosa disputa entre Antiguos y Modernos, donde defendió las tradiciones literarias.
En sus últimos años, La Fontaine, afectado por la enfermedad y la penuria, se retiró de la escritura y se retrajo de su vida epicúrea, demostrando una marcada transición hacia la espiritualidad. Falleció el 13 de abril de 1695, pero su legado vive en las fábulas que exploran la naturaleza humana con ingenio y sabiduría moral. Jean de La Fontaine, un maestro de la palabra, continúa siendo un faro literario cuya luz perdura a través de las generaciones.