Relatos

Las panteras y el templo

Abelardo Castillo

Y sin embargo sé que algún día tendré un descuido, tropezaré con un mueble o simplemente me temblará la mano y ella abrirá los ojos mirándome aterrada (creyendo acaso que aún sueña, que ese que está ahí junto a la cama...

Coloquio

Shirley Jackson

El doctor tenía un aire respetable y competente. La señora Arnold se sintió vagamente aliviada con su presencia y su agitación remitió un poco. Notó que el hombre advertía el temblor de su mano cuando se inclinó hacia adelante para pedirle lumbre y le dirigió una sonrisa de disculpa, pero el doctor le replicó con una mirada muy seria...

La meta de un largo viaje

Michael Ende

Con ocho años, Cyril conocía todos los grandes hoteles del continente europeo y la mayoría de los de Oriente Próximo, aunque más allá de ello no conocía prácticamente nada del mundo. El portero de dorados galones que en todos los lugares tenía las mismas imponentes patillas y la misma gorra de visera era, por así decir, el centinela de fronteras y guardián del umbral de su niñez...

Un bistec

Jack London

Con el último trozo de pan, Tom King limpió la última partícula de salsa de harina de su plato y masticó el bocado resultante de manera lenta y meditabunda. Cuando se levantó de la mesa, lo oprimía el pensamiento de estar particularmente hambriento. Sin embargo, era el único que había comido...

La larva

Rubén Darío

Como se hablase de Benvenuto Cellini y alguien sonriera de la afirmación que hace el gran artífice en su Vida, de haber visto una vez una salamandra, Isaac Codomano dijo...

El análisis

Rómulo Gallegos

Te aseguro que nada hay peor que tener dos conceptos sobre una misma cosa y créeme que envidio de todo corazón tu manera de apreciarlas desde el punto de vista único, personal y a veces candoroso en que te coloca tu ingenuidad de alma...

Desde que comenzaron a recortarle

Álvaro Cepeda Samudio

Desde que comenzaron a recortarles las patas a todo lo que hay en la casa ya no pasamos tantos trabajos como antes. No es que lo hubiéramos pedido nosotros, ni que nos hubiéramos quejado de la aparente inalcanzable altura que parecían tener todos los muebles...

Divorcio en Nápoles

William Faulkner

Estábamos sentados en una mesa dentro: Monckton y el contramaestre y Carl y George y yo además de las mujeres, tres mujeres de esa clase abyecta y vistosa, con muchos oropeles, que los marinos conocen o conocen a los marinos...

En lugar de prólogo: para ser más exactos

Michael Ende

Todos los miembros de nuestra familia, desde el más viejo hasta el más joven, tenemos la misma pequeña debilidad: la lectura. Es prácticamente imposible conseguir que uno de nosotros, por algún motivo, deje su libro a un lado para hacer alguna otra cosa urgente o inaplazable...

La isla de la Muerte

Rubén Darío

¿En qué país de Ensueño, en qué fúnebre país de Ensueño está la isla Somoria? Es en un lejano lugar donde reina el silencio. El agua no tiene una sola voz en su cristal ni el viento en sus leves soplos, ni los negros árboles mortuorios, que semejan, agrupados y silenciosos, monjes fantasmas...

La sombra

Pío Baroja

Había salido del hospital el día de Corpus Christi, y volvía, envejecida y macilenta, pero ya curada, a casa de su ama, a seguir nuevamente su vida miserable, su vida miserable de prostituta. En su rostro, todas las miserias; en su corazón, todas las ignominias...

Más allá

Horacio Quiroga

Yo estaba desesperada —dijo la voz—. Mis padres se oponían rotundamente a que tuviera amores con él, y habían llegado a ser muy crueles conmigo. Los últimos días no me dejaban ni asomarme a la puerta. Antes, lo veía siquiera un instante parado en la esquina, aguardándome desde la mañana...

Memorias de una horca

José Maria Eça de Queirós

De un modo sobrenatural llegó a mí la noticia de la existencia de este papel, donde una pobre horca podrida y negra relataba algunas cosas de su historia. Esta horca procuraba escribir sus trágicas Memorias. Debían ser profundos testimonios sobre la vida...

El retrato

Aldous Huxley

—Cuadros —dijo Mr. Biggers—, usted quiere ver unos cuadros. En este momento tenemos aquí una exposición muy interesante de cosas modernas de contraste admirable: cosas inglesas y cosas francesas…

Navidad sin ambiente

Miguel Delibes

-Ella nunca ponía el Niño de esa manera -dijo Chelo al sentarse a la mesa. -Es lo mismo; cámbialo. Ni me di cuenta.  Cati se pasó delicadamente las manos por las mejillas sofocadas. -Sentaos -dijo...

Círculo

Virgilio Díaz Grullón

Soy un hombre ordenado. Extremadamente ordenado y cuidadoso. Tan pronto abro los ojos a las cinco en punto de cada mañana, inicio un sagrado ritual de movimientos precisos —siempre los mismos— que transportan mi cuerpo...

Comida con un pastor

Italo Calvino

Fue un error de nuestro padre, como siempre. Había hecho venir a aquel muchacho de un pueblecito de montaña para que nos guardara las cabras. Y el día en que llegó quiso invitarlo a comer con nosotros...

La señorita de compañía

Agatha Christie

-Ahora usted, doctor Lloyd -dijo la señorita Helier-, ¿no conoce alguna historia espeluznante? Le sonrió con aquella sonrisa que cada noche embrujaba al público que acudía al teatro. Jane Helier era considerada la mujer más hermosa de Inglaterra y algunas de sus compañeras de profesión...

Cuando se comprende

Luigi Pirandello

Los pasajeros que llegaron a Fabriano desde Roma en el tren nocturno tuvieron que esperar al amanecer para proseguir su viaje por la región de Le Marche en un tren viejo y lento...

Cocodrilo: Un evento extraordinario

Fiódor Dostoyevski

Eran las doce y media del trece de enero del presente año de mil ochocientos sesenta y cinco cuando Elena Ivánovna, esposa de Iván Matvéich, erudito amigo mío, colega y algo pariente, aunque lejano, manifestó el deseo de ir a ver el cocodrilo exhibido en el Pasaje por un módico precio de entrada...