Disparos
Lázaro Alfonso Díaz Cala
“No miente. Casi nunca ha mentido; quizás sólo de niño, cuando le encargaban una compra y no devolvía parte del cambio para comprar confituras. En verdad sintió miedo; miedo a los regaños de la madre, a mirar de frente a los padres de Abel y Alicia. ¡Alicia! ¿Qué pensará?”
Café Cubita
Blanca Blanche
“Se mató o la mataron. No sé bien. La cuestión es que está muerta. ¿Lo sabes, te lo dijeron, te enteraste ya? Se iban a ir juntos, sí… él recogió todo y me lo gritó en mi mismísima cara cuando lo vi de nuevo en la puerta.”
Todas las emes del mundo
Rebeca Murga
“¿Es tonta la maestra? A él no le gusta bañarse, y la odia como nunca cuando frota la piel hasta dejarla ardiendo y llena de espuma. Pero eso no volverá a pasar, ya no, el niño es feliz ahora.”
Una novela para Dostoievski
María del Carmen Muzio
“Uno de los últimos testigos refirió que estaba durmiendo cuando otro de los cuñados, también herido, lo despertó para decirle que el Nene estaba matando a toda la familia. Pero cuando salió, ya se había ido en el mayor de los silencios.”
Sombras de las cosas que vendrán
Reynaldo Cañizares
En ningún número de la revista Mujeres he descubierto que se haya tratado con rigurosidad científica un tema tan complicado como la visión y el poder de escucha que pudiera tener un feto; muchísimo menos cuando todo el tiempo, tras los hechos, está la verdad que se recuerda…
La mansión desaparecida
Félix Sánchez
Era la única testigo, y yo el periodista de guardia que había acudido a llenar con argumentos creíbles aquella noticia que ya tenía el título adelantado por mi jefe de redacción
La acera infinita
Anisley Negrín
“Arroje el cigarro. No importa cuánto le haya costado, ni si está por la mitad. Arrójelo. En el momento justo en que va a lanzarlo a la calle aparecerá un barrendero conduciendo un tanque de basura sobre ruedas.”
(Fragmento)
El dolor de quererte
Liany Vento García
—¿Sabe usted si alguien tenía razones para matarla? Santos hizo la pregunta mirando directamente a los ojos del muchacho. Sabía de la importancia que las expresiones tenían en estos casos de homicidio. Generalmente las personas dicen más con los ojos que con las palabras.
Perro mundo
Marcial Gala
Es de noche aún, dije. Hace frío, dijo Katy, mejor nos ponemos en movimiento porque me parece como si las piernas se me fueran a congelar. Aguanta, tú sabes que ese CVP es un hijo de puta y aún me duele el culo de la patada que me dio la última vez…
Morir al sur
Gabriel Velázquez Toledo
Un capítulo de la obra ganadora del Premio Nacional de Novela Negra “Una vuelta de tuerca” 2020, publicada en 2022 por la editorial mexicana NITRO-PRESS…
El olor de los autos en las tardes que duelen
Carlos Manuel Álvarez
Una sombra se acerca por detrás y le deja caer, escurridizamente, la mano sobre el hombro. No le parece una buena señal. No le gusta que lo sorprendan. Lo pone de mal humor. Aunque solo lo exprese de manera imperceptible o ni siquiera lo exprese, pues Nelson Bomarzo es, lo que se dice, un hombre parco, de poquísimas palabras…
Sinfonía para un crimen
Yamilet García Zamora
Oyes el sonido del cañonazo —todavía se puede escuchar en Centro Habana, caray— y entonces, solo entonces, apuras el paso. No hay crimen perfecto, y las palabras de tu amiga, la escritora policíaca, resuenan en tus oídos. Sí, sí lo hay, solo hay que pensar un poco las cosas, saber hacerlas.
Testigo
Ian Rodríguez Pérez
“Esto huele a perro muerto en la carretera” ha llegado a ser la expresión que con más frecuencia tienes a punta de colmillo para referirte a una situación embarazosa, pero no es la única.
Memorial de Penélope
Ernesto Pérez Castillo
Ya me aburrí de alejar de esta casa a los que me pretenden y ahora juego a que me violan y los decapito al amanecer. Pero son insaciables. Cada noche vuelven y beben y se hartan mientras yo les miro desde mi sillón de viuda probable y espero la medianoche en que sortean cuál me poseerá esa madrugada.
El último jonrón
Leopoldo Luis
Martincito estaba en el comedor mirando el juego de pelota entre Villa Clara e Industriales cuando sintió un ruido extraño en la terraza. Recién terminaba de almorzar, pasadas las dos de la tarde, como acostumbra a hacer cada domingo después de beber unos tragos con el primero que aparezca y le acompañe.
El fin de la verdad
Alejandro Cernuda
Era de noche cuando comenzaron los golpes en la puerta y Emma se pegó el tiro. La bala atravesó el cráneo y los pedazos de cerebro mancharon la cama antes que la muchacha cayera sin vida sobre la almohada…
Confesiones
Obdulio Fenelo
La segunda vez que lanzó la mirada a la calle, la dejó rondar las fachadas disparejas, elevarse sobre el montón de construcciones y caer de golpe contra el campanario de la iglesia. A esa hora del día el crepúsculo acentuaba el color amarillento de El Sagrado Corazón y lo tornaba irreal. Siempre rezaba antes de hacer un trabajo, así resolvía lo del arrepentimiento…
El viejo que se comía la suerte
Mario Brito
Soligial llora por no ser como debía ser. Llora por no haber sido nunca como siempre quiso. Por su mala estrella. Llora con rabia. Por haber sentido rabia. Por haber sido siempre un animal. Porque de un animal femenino de trabajar y fornicar, había degenerado en un animal doméstico, aguantón y resignado…
La deuda
Rafael A. Inza
Dijo toma, y me puso cien dólares en la mano. Si lo haces bien hay doscientos más. Es mucho dinero, el que nadie me pagó nunca, solo que al médico no le importa. Está millonario, por eso todo el mundo quiere cumplir misiones…
Miriam
David Martínez Balsa
Relato perteneciente al libro Deambulantes (Nacidos de una grieta), publicado por Editorial Primigenios en 2022…