Poetas

Poesía de Estados Unidos

Poemas de W.S. Merwin

William Stanley Merwin (Nueva York, 30 de septiembre de 1927 – Haiku, Hawái; 15 de marzo de 2019) fue uno de los poetas estadounidenses más influyentes del siglo xx.

Marzo

Es marzo y de los libros cae polvo negro
Pronto me habré ido
El espíritu alto que se hospedaba aquí
Ya se ha marchado
En las avenidas el hilo incoloro yace bajo
Precios antiguos

Cuando miras atrás siempre está el pasado
Aun cuando se ha desvanecido
Pero al mirar adelante
Con tus nudillos sucios y el ave
Sin alas en tu hombro
Qué puedes escribir

La amargura aún asciende en las viejas minas
El puño está saliendo del huevo
Brotan termómetros de la boca de los cadáveres

A cierta altura
Las colas de las cometas por un momento
Se cubren de pasos

Aquello que debo hacer aún no comienza

Abril

Cuando nos hayamos ido la piedra dejará de cantar

Abril abril
Atraviesa la arena de los nombres

Días por venir
Sin estrellas ocultas

Tú que puedes esperar estando allí

Tú que no pierdes nada
No sabes nada

Entre los ojos

Los guías ciegos han venido por nosotros
Los invocamos con la idea de salvarnos

Estos son los términos
Nada es perdonado nada es recordado

Y ordenar nos dicen nunca fue algo nuestro

Los animales

Todos estos años detrás de ventanas
Con cruces ciegos llevando la delantera

Y yo tras las huellas en tierra baldía
De animales que nunca vi

Yo sin voz

Recordando nombres que inventar para ellos
Volverá alguno habrá alguno

Que diga sí

Que diga mira con cuidado sí
Nos encontraremos de nuevo

Juventud

Durante toda mi juventud te estaba buscando
sin saber qué buscaba

o cómo llamarte creo que ni siquiera
sabía que buscaba cómo habría

podido conocerte cuando te vi como te vi
una y otra vez cuando apareciste

como te me apareciste desnuda ofreciéndote
toda entera en ese momento y me dejaste

respirarte tocarte saborearte sin saber
más que yo y sólo cuando

empecé a pensar en perderte
te reconocí cuando tú ya eras

parte recuerdo parte distancia siendo
mía en las formas en que aprendí a extrañarte

de lo que no podemos retener están hechas las estrellas

Los huesos de Palinuro le rezan a la estrella polar

Consuélanos. El viento elige entre nosotros.
Nuestra blancura es una estela nocturna desprolija.
Candor solitario, sé constante en nosotros
los desolados que brillamos sin señalar el rumbo.

Última mirada

Hasta las palabras se van a un lugar más urbano
con la esperanza de encontrar amigos
esperándolas

algunos de esos amigos van a pensar que los árboles son agradables
casi como nosotros
después de todo

y algunos de esos amigos jamás se van a enterar de que existe un árbol
van a vivir en un mundo sin una sola hoja
donde la lluvia es una desgracia.

Hasta ahora todos los idiomas cayeron
de hoja en hoja
y se fueron como los rostros

se fueron como los pórticos de piedra de las casitas
y el olor del bosque
en el agua del verano

Lugar

El último día del mundo
yo quisiera plantar un árbol
para qué
no por la fruta
un árbol frutal
no es lo que plantaría
quiero un árbol que esté
en la tierra por primera vez
cuando caiga
el sol
y que el agua
le toque las raíces
bajo la tierra llena de muertos
y que las nubes pasen
una por una
encima de sus hojas

Luz resonante

Cuando estaba aprendiendo a leer, me imaginaba
que los puentes tenían algo que ver con los pájaros
y con lo que parecían ser jaulas, pero yo sabía
que no eran, debió haber sido otoño
cuando la luz polvorienta destellaba desde los cables del tranvía
y esos lugares anaranjados se incendiaban en las imágenes
De hecho ahora es otoño días claros
no lejos del mar con un vientito que husmea
el pasto seco que ayer era verde
el maíz vacío parado temblando y un plumón
de flores fantasma velando los campos anónimos
y en todas partes hay colores de los que no puedo
apartar la vista, rojos incluso los arroyos anchos
el rojo es la estación de los pájaros que migran
que vuelan de noche sintiendo cómo gira la tierra
abajo y yo me desperté en la ciudad al oír
las notas del canto del chorlito una y otra vez
antes de dormirme y acá lejos, río abajo
resonando en grupo cerca de la costa
los puentes más largos abrieron sus alas delicadas.

Recordando

Hay hilachas de sonidos viejos que se oyen una y otra vez
frases de Shakespeare o de Mozart las varas
finas de la aurora dirigiendo
hacia la oscuridad el paso de unos pocos
pájaros migrantes en lo alto de la noche lejos de los rebaños antiguos
lejos del reposo de las palabras lejos de los instrumentos

En cualquier momento

Cuánto hace que está el día
cuando por fin lo miro
con el tiempo que me tomó
estar así quieto en él
ahora en la luz transparente
con el vuelo en las voces
el principio en las hojas
todo lo que recuerdo
pero antes de eso antes de mí
está el presente a la velocidad de la luz
en la distancia que soy
el que se queda tratando de alcanzarlo
viendo cada vez más rápido
de donde no salió nunca
antes de que no haya nada
la oscuridad pensando la luz

Plazo

En el último minuto espera una palabra
que antes nunca se escuchó así y no
se repetirá ni la recordarán jamás
una que siempre fue una palabra doméstica
y se usó para hablar de las repeticiones
simples de la vida de todos los días
ni recién elegida ni demasiado pensada
ni tema de comentario posterior
quién hubiera creído que era esa
diciéndose desde el principio
en todos sus usos y circunstancias
hasta pronunciar por fin ese significado suyo por el cual
durante tanto tiempo fue la única palabra
aunque ahora parezca que podría haber sido cualquier otra