Poemas:
En Silencio
Aguarda.
Escucha las piedras del muro.
Permanece en silencio, ellas tratan
de decir tu nombre.
Escucha
a las paredes vivientes.
¿Quién eres?
¿Quién
eres tú? ¿El silencio
de quién eres?
Quién (permanece callado)
eres tú (así como estas piedras
permanecen calladas).
No pienses sobre aquello que eres
menos
de lo que podrías ser algún día.
Mejor aún
sé lo que tú eres (¿pero quién?)
sé aquello impensable
que desconoces.
O aguarda, mientras
sigas vivo,
y todas las cosas que viven
alrededor tuyo
hablando (yo no escucho)
hacia tu ser más propio,
hablando por lo desconocido
que está en ti y en ellas mismas.
“Trataré, como ellas
de ser mi silencio:
y es difícil. El mundo entero está
secretamente en llamas.
Las piedras queman,
aún las piedras queman.
¿Cómo puede un hombre aguardar
o escuchar a las cosas quemándose?
¿Cómo puede atreverse a sentarse con ellas
cuando todo su silencio está en llamas?”
Consejo para un joven profeta
No te acerques, hijo mío, estos lagos son de sal. Estas flores
Comen insectos. Aquí los lunáticos privados
Aúllan y rebotan en un país muy áspero.
O ante cualquier monumento enmarañado
Algún mal encarado papi del terror
Ordena un descerebrado rito.
A danzar en la infortunada montaña,
A danzar van ellos, y sacudir el pecado
De sus manos y pies,
Frenéticos hasta que la noche repentina
Cae muy lentamente, y el mágico pecado
Se arrastra, secreto, de vuelta a su sitio.
Ecos baldíos con augurios de ruina:
Siete quedaron satisfechos, recobrando posesión:
(Trae un poco de mezcalina, te las arreglarás!)
Hay algo en tus huesos,
Hay alguien sucio en tu piel problemática,
Hay una tradición en tu mal señalante y cruel dedo
A la cual debes obedecer, y garabatear en la arena caliente:
“Dejen que todos vengan y asistan
A donde las luces y los aires son montados
Para enseñar y entretener. Oh, miren a la gente rubia
Esperanzada en el imberbe tiro al blanco,
Sacudan la extravagancia de sus miembros,
Hagan las paces como Juan vestido en pieles,
Elías en el aire asustadizo
o Antonio en los sepulcros:
Jalen el gatillo imaginario, hermanos.
Dispárenle al demonio: él volverá otra vez!”
América necesita de estos fatales amigos
De Dios y la patria, para denigrarse en cenizas de mística.
Gigantescos profetas cuyas palabras no calcinan,
Debatiéndose el día entero en extenuantes idealizaciones.
Sólo estos lunáticos (oh, gran casualidad)
Sólo éstos nos son enviados. Sólo este anémico estruendo
Refunfuña en los campos de sal, en la noche sin lluvia:
Oh, vuelve a casa, hermano, vuelve a casa!
El diablo ha vuelto,
Y el mágico Infierno
está engullendo moscas.
El conflicto entre el poeta y la ambición
Fama y Dinero fuerzan la entrada
Y encuentran al poeta solo en su cuarto.
Ponen el seguro para que no escape,
Encienden la radio a alto volumen
Y patean al pobre imbécil como a un bulto.
“Mejor canta tu arrebato de canción
Antes que esa voz de avestruz se atonte,
Mejor pégale duro al gong
Antes de que el sonido del metal se opaque,
Mañana, mañana la Muerte vendrá
Y te hallará perdido y torpe
Con tus épicas sin comenzar,
Se llevara tu pluma y lápices-
No habrá estatuas en tu tumba
Y otros bardos ocuparán
Tu cuchitril de 4 x 4.”
“Perdón, señores, mi cara de centavo
Se inclinó ante su dólar de presencias,
Reverenciando al Verso Famoso,
Adulando la riqueza con engreída sonrisa
¡Asfixiando mis lágrimas desesperanzadas!
Pues alguien robó mi jaula de pájaros,
¡Y rompió la caja de música
En que guardaba mi rebaño
De ideas toro y osos mentales
Mi caja poética de zorro,
Mi estuche de venados literarios,
Mi furgoneta de águila para batear los aires!
¡Rompieron las jaulas y dejaron ir
A mi pajarera de aves métricas,
Y todo estilo en mi bestiario
Fue soltado por los novatos!
Mi estanque de palabras de los viernes
Fue vaciado por los días y los años.
Mi entera miscelánea de versos
Está arruinada por los Monsieurs taimados.”
Los días y los años corren playa abajo
Y arrojan sus ideas al aire
Curvean sus símiles al lance
y batean sus versos muy lejos.
Él se desanima junto a la orilla desierta
Con ecos de gaviotas rellenando su oído.
Las horas y los minutos, juegan atrapadas
Con cada imagen que logran robarle,
Batean sus metáforas hasta donde los pájaros,
Y lo saludan con estas abusivas palabras:
“Mejor canta tu arrebato de canción
Antes que esa voz de avestruz se atonte:
Mejor azota tu pedazo de gong
Antes de que el sonido del metal se opaque:
Mañana, mañana la Muerte vendrá
Y encontrará tus épicas sin comenzar:
No habrá estatuas en tu tumba
Y otros bardos ocuparán
Tu cuchitril de 4 x 4.”
Oh, dulce irracional devoción
Viento y una codorniz
Y el sol vespertino.
Dejando de cuestionar al sol
Es que me he convertido en luz,
Pájaro y viento.
Mis hojas cantan.
Yo soy tierra, tierra
Todas estas cosas encendidas
Crecen desde mi corazón.
Un alto, pino artificial
Está de pie como la inicial de mi primer
Nombre cuando tuve uno.
Cuando tuve un espíritu,
Cuando estuve en llamas
Cuando este valle estaba
Hecho de aire fresco
Pronunciaste mi nombre
Al nombrar Tu silencio:
¡Oh dulce, irracional devoción!
Yo soy tierra, tierra
El amor de mi corazón
Estalla en heno y flores.
Soy un lago de aire azul
En el cual mi propio lugar designado
Campo y valle
Se refleja.
Yo soy tierra, tierra
De mi corazón de pasto
La codorniz surge.
De mi maleza sin nombre
Su devoción absurda.
Poema sin título
Toda teología es una suerte de cumpleaños
Cada uno al nacer
Llega al mundo en la forma de una pregunta
Para la cual las viejas respuestas
No son suficientes.
Nacimiento es pregunta y revelación.
La base del nacimiento es el Paraíso
Sin embargo nacimos a miles de kilómetros
Lejos de nuestra casa.
Un Paraíso implora en nosotros
Y vagamos más lejos aún.
Tal es la teología
De nuestros cumpleaños.
Obscura teología en los pasos de la Estación de Cincinnati:
Soy interpelado por el frío Diciembre
De 1941. Un pequeño copo de nieve
Se derrite en mi párpado como una conjetura
Y es olvidado.
(Al otro lado del río mi significado se ha hecho carne
Es tibio, llora por recibir cuidados
Al otro lado del río
el cielo implora.
El cielo implora sin causa
Para siempre si yo no encuentro
La pregunta que me busca
Las puertas están cerradas
El monasterio es frío
Pero todo aquí es certero:
En el centro no obstante
El fuego arde.
El Fuerte Thomas Kentucky
En año de guerra
Es como Belén, obscuro
Pero no tan inocente.
Y yo también soy prisionero
De una teología voluntariosa
Mientras al norte de mí una pregunta
Implora en la nieve
Puesto que yo soy (el menos por el momento)
Un hombre sin dudas
Renunciando al lujo de las interrogaciones.
La Sabiduría crece como una flor
Gira su inocente cara
En dulce compasión
Sur y Este
Preguntándose acerca de las estaciones
Sol lluvia y monjas
No sabiendo.
Yo soy terco
Saco diez teorías de una piedra
En un muro de piedra del Edén
Una flor desconocida me ama más
Sin yo saberlo
El fuego en el centro
No obstante sigue aquí
Y arde.
Los cielos manifiestan una pájara
Con alas agraciadas
Su vuelo es como una pregunta
Buscando el sur
Por alguien.
La teología es a veces enfermedad
Un cuello roto de indagaciones
Una duda indefensa
En una cama eléctrica.
La pájara encuentra esta duda
Destrozada en la fiebre
Y sabe: “Tú eres mi gloria
Y yo tu respuesta-
Si posees una pregunta.”
Cantar es empezar un enunciado
Como “quiero ponerme bien.”
“Yo no nací en vano
Y tú tampoco:
El cielo nunca ha implorado
En vano”
Y la tierra fértil de la soledad
Es el amor. La tierra fértil de la duda
¿Es la verdad?
Entonces toda teología
Es una suerte de cumpleaños
Un camino de vuelta a la casa de donde provenimos
Edén y epifanía
En que dos preguntas extraviadas
Hacen órbita
En medio de la nada.
¿Es ésta la respuesta?
Nadie ha nacido nunca
Por cuenta propia: se requiere más de uno.
Cada cumpleaños
Tiene su propia teología.
“Cuando en el alma del discípulo sereno…”
Cuando en el alma del discípulo sereno
Sin más Padres qué imitar
La pobreza es un éxito,
Resulta poco el decir que el techo se ha desprendido:
Él ya ni siquiera tiene casa.
Estrellas, así como amigos,
Están molestos con su noble ruina.
Los santos parten en distintas direcciones.
Quédate quieto:
No hay más necesidad de comentarios.
Fue un viento afortunado
El que voló su aureola con todo y sus cuidados,
Un mar afortunado el que ahogó su reputación.
Aquí no encontrarás
Proverbio o memorándum.
No hay formas
Ni métodos qué admirar
Ahí donde la pobreza no es un logro.
Su Dios vive en su vacío como un tormento.
¿Qué opción nos queda?
Bueno, ser ordinario no es una opción:
sino la libertad acostumbrada
por hombres sin visiones.
Biografía:
Thomas Merton (Prades, 31 de enero de 1915 – Bangkok, 10 de diciembre de 1968) fue un escritor católico y místico estadounidense. Fue monje trapense de la Abadía de Getsemaní, Kentucky, fue poeta, activista social, y estudiante de religiones comparadas. En 1949 fue ordenado sacerdote y se le dio el nombre de Padre Louis.