Poesía de Cuba
Poemas de Sonia Díaz Corrales
Sonia Díaz Corrales. Nació en Cabaiguán, Cuba, en el año 1964 y reside en Santa Cruz de Tenerife. Islas Canarias.
Ha publicado: Diario del Grumete (poesía), Taller Editorial Vigía, Matanzas, Cuba (1996), Diario del Grumete (poesía), Sed de Belleza Editores, Santa Clara, Cuba (1997), Minotauro (poesía), La Habana, Cuba (1997), El hombre del vitral (novela), Editorial Idea y Editorial Aguere, Islas Canarias, España (2010) y Noticias del olvido (poesía), Ediciones hoy no he visto el paraíso, Francia (2011)
Sus poemas aparecen en las antologías: Retrato de grupo, La Habana, (1989), Poesía infiel, Antología de jóvenes poetas cubanas, Editorial abril La Habana, (1989) Poetas del Seminario, Cuadernos informativos, Instituto Cubano del Libro, La Habana, (1992), Un grupo avanza silencioso, Universidad Autónoma de México, Ciudad de México, (1990), Poesía Cubana de los años 80, Ediciones La Palma, Madrid (1993), Antología de décimas, Centro de la Cultura Popular Canaria/Ayuntamiento de la Victoria de Acentejo/Caja Canarias, Islas Canarias (2000), Todo el amor en décimas, Editorial Benchomo, Islas Canarias (2000), Mujer adentro, Colección Mariposa, Editorial Oriente, Santiago de Cuba(2000), Puntos Cardinales. Antología de Poetas Cabaiguanenses. Parte I, Puente Colgante, Ediciones Ideas, Cabaiguán, Sancti-Spiritus, Cuba (2000), Como el fuego que está siempre, Editorial Consejo de Iglesias de Cuba, La Habana, Cuba (2009), Paisajes interiores, Centro de Estudios de la Cultura Mixteca, México (2010). Antología de la poesía cubana del exilio, Aduana Vieja, Valencia, España (2011), El puente de los elefantes, Editorial El Barco Ebrio (2013), Bojeo a la isla infinita, Editorial Betania (2013)
Obtuvo el Premio Bustarviejo de poesía, de Madrid, el Premio América Bobia, de la Ciudad de Matanzas, Cuba y el Premio Abel Santamaría, de la Universidad de Las Villas, Cuba, así como menciones y reconocimientos en otros concursos en Cuba y el extranjero. Fue finalista del Premio Viaje del Parnaso (2008).
Retahíla para una explicación de cómo desvestirse
Dices sombrío
y la mayor parte de las veces
se entiende que dices pesadilla
aletargada ventana desde donde miras
el futuro sombrío
lleno del sombrío presente.
Pruebas todos los pares de alas
como si fueran zapatos sin medida
sin tamaño visible
así que los pruebas para saber si sirven
a los brazos
a la espalda
del castrado ángel que concurre.
Todo son cábalas
mujeres que se desvisten por costumbre
por seguir el gesto con que comienzas a desnudarte
un brazo en alto y el otro en arco sobre la nuca.
Nunca pensaste volar o desnudarte
así que sigues probando alas
por no parecer que te aburres
o te avergüenzas
o te rindes
y eso es lo sombrío
lo que asusta
lo más sombrío del mundo.
La camarera si existe o infringiendo el protocolo
Cuando digo gracias
a la camarera que no debería existir según el protocolo
pero existe
sobretodo por lo que duelen las varices en su pierna derecha
además de infringir el protocolo me convenzo
de que la distraída camarera
me ha servido
luego existe
y yo he sido servida
luego existo
y tú lo has mirado todo con frustración
seguro pensando
ah, otra que ve a la camarera
y le da las gracias
e infringe el protocolo
y se te van las ganas de besarme
—a saber si has tenido ganas de besarme—
porque si así fuera seguro me habrías besado
lo cual también habría infringido el protocolo
luego entonces también existirías.
Discurso sobre la pared
En esta pared solemos escribir todo el silencio
la soledad que nos aparta.
Ahí escribí lo que pensaba
y mi madre lo borró letra a letra
para que nadie supiera que me rondaba la locura.
Esta pared de casa es todos los sitios a la vez
aquí nacemos y morimos
y amamos, a veces.
Y no se engañe nadie
amar es lo primero
aunque lo diga último.
Bueno o malo
aquí el amor siempre reivindica su lugar de preferencia.
Mi abuelo se sentaba sobre esta pared
y decía su discurso inteligible
monótono
sus disculpas a todos nosotros
por el fracaso
por no habernos dejado más patrimonio
más herencia que esta pared
y mi abuela besaba su boca viejísima
arrugada
para hacerlo callar
para que no escucháramos su desvarío
para ocultarnos su demencia.
Si la pared amenaza con caer la apuntalamos.
Si se reciente al centro
cubrimos su desnudez con cal y mezclas.
Si pierdes el rumbo
vienes a la pared
y escuchas
y lees
te explicas
y revives
y recorres palmo a palmo
en la superficie rugosa
la línea de tu vida
y luego puedes continuar como si nada.
Una vez quise derribar la pared
ver mas allá
y mi abuelo ordenó a la pared hacerse a un lado
miré
y mas allá no había nada
aun así mi abuelo insistió en que mirara otra vez
pero no pude
el miedo estaba tendiéndome la mano
y mi abuela dijo al abuelo que le sacaría los ojos
si no ordenaba a la pared recolocarse.
A mi me dijo
que el mundo no era verdad
que era una farsa en toda regla
que no hay ninguna pared para poner la espalda si te cansas
ni para saber cuál es el límite
no hay nada ahí que te recuerde quién eres
qué te falta
quién te quiere.
No hay una pared para mandar a recordar a quien te olvida
a quien se olvida
ni para mandar a olvidar
a los que se cansan de llevar a cuestas el recuerdo
no hay nada, como ves, ahí afuera
decía
tejiendo una trenza enorme, apretada
con mi pelo revuelto
para dejarme la cara visible.
En alguna ocasión la pared y yo firmamos una tregua
no sé bien si cuando murieron los abuelos
cuando nació mi hijo
o si la primera vez que el olvido distrajo al objeto de mi amor
quizás fuera aquel invierno
en que el viento arrastró un diario de mas allá hasta nosotros
no lo recuerdo
y no importa
porque en verdad estamos en un punto sin retorno.
La pared se mantuvo callada, pero firme
y yo recité mi proposición
convenimos
que ella aceptaría tener alguna puerta
y yo me encargaría
sin excepción
de que no entrara nadie.
Retrato de la florista
La locura me propuso ser la florista
esa que vende flores de silencio
flores de arenas movedizas
flores para el protocolo de los fuertes
flores para la cama de la diva
flores de malévola relación con la miseria
extrañas flores para los húmedos rincones de la casa
una flor de agua para el pubis de la niña
una flor de castrada soledad para la solapa del tirano
flores blancas y redundantes para el amigo.
En la locura
soy la que vende las más caras flores a los hombres.
Pero han cerrado las puertas
y hoy la florista es un pájaro de bronce
sobre el escritorio de la casa
un pájaro detenido en el bronce
en el amarillo cálido de la estatua.
Habrá para cada quién un verso
un estado imparcial
una amnistía
y los gladiolos de la florista
serán de un rosa comestible
verás como claudican
con la rabia de quien odia morir.
Ella encenderá lámparas
para los oscuros días que vendrán
nos dará el antídoto que me salvó de venderme
como un simple pájaro de feria.
Fui la dueña de todos los pájaros
y eran míos en la locura
sobreviví sus graznidos
sus cantos hipnóticos
sus desesperados gritos.
Una torre estas flores y los pájaros
fue todo lo que tuve
cuando ustedes me encerraron
para describir en mi rostro la locura
como se describen los paisajes.
El rey pide las manzanas de las Hespérides
Para Manuel Sosa
Estoy en medio de la calle
he sido despojada
literalmente apuñalada
de un modo intrascendente y vulgar
y mis heridas son heridas vulgares
absolutamente oscuras
y no sangran.
He sido acusada de insomne
de inferior y nacional
de algo que para siempre está fuera del juego.
He sido acusada por
no comprender
no aceptar
no asirme.
No hay orden de arresto contra mí
saben que no puedo ir ahora a ningún sitio
saben que tengo un hijo
saben que estoy sosteniendo la impotencia
como Hércules el cielo
sólo por un rato.
- Juan Gelman
- Alina Galliano
- Iliana Godoy
- Chester Kallman
- Elena Andrés
- Manuel Silva Acevedo
- Octavio Armand
- Hernando Socarrás
- María Cristina Menares
- Joaquín Gutiérrez Mangel
- Jorge Gaitán Durán
- Iván Tubau
- Jim Harrison
- Juan Carlos Suñén
- Almudena Guzmán
- Julio Arboleda
- Ángel Cruchaga Santa María
- Ariel Petrocelli
- Gustavo Armijos
- José Hierro