Poesía de Argentina
Poemas de Silvia Schujer
Silvia Schujer (Olivos, 28 de diciembre de 1956) es una figura imprescindible en la literatura infantil argentina. Escritora, compositora y docente, ha construido un legado que conjuga la sensibilidad poética con un profundo compromiso con el arte y la cultura. Aunque es reconocida principalmente por sus obras para niños, su trayectoria se extiende a otros géneros y expresiones creativas, reflejando una versatilidad poco común.
Desde muy joven, Schujer mostró interés por las palabras y los sonidos. Durante su adolescencia, marcada por una estadía en México, descubrió la magia del realismo mágico a través de autores como Julio Cortázar, Gabriel García Márquez y Mario Vargas Llosa, una influencia que calaría hondo en su estilo. A estas lecturas se sumó la fascinación por la distopía en Un mundo feliz de Aldous Huxley, obra que dejó una huella significativa en su imaginario creativo.
En 1978, comenzó a trabajar con las principales discográficas de Buenos Aires como CBS, Music Hall y RCA, iniciando así un prolífico camino en la música infantil. Ese mismo año grabó su disco “Silvia y los chicos del mundo”, un proyecto que consolidó su vínculo con la creación sonora. Sus composiciones, llenas de encanto y frescura, se incorporaron en diversos álbumes de Cantaniño y en producciones conjuntas con su hijo, el compositor Mariano Fernández. De esta colaboración nacieron joyas como los soportes musicales de los libros Palabras para jugar con los más chicos, Canciones de cuna para dormir cachorros y Pasen y vean – canciones del circo.
Pero su talento no se detuvo en la música. Schujer exploró las palabras con igual maestría en el ámbito editorial y periodístico. Fue codirectora del suplemento infantil del diario La Voz, secretaria de redacción en el periódico Mensajero y la revista infantil Cordones sueltos, y colaboró con prestigiosas publicaciones como Crónica, Billiken, Humi y Anteojito. Su capacidad para conectar con los niños y abordar temas universales la posicionó como una de las autoras más queridas del género.
Entre 1988 y 1998, trabajó en la editorial Sudamericana, donde dejó su marca en el departamento de Literatura Infantil y Juvenil. Su papel en el Consejo de dirección de la revista La Mancha, junto a luminarias como Graciela Montes y Laura Devetach, reafirmó su compromiso con la difusión de la literatura infantil de calidad.
Schujer ha recibido numerosos premios y reconocimientos, tanto en Argentina como en el exterior, que celebran su creatividad y su capacidad para conmover e inspirar. Su obra, cargada de poesía y melodía, sigue resonando en generaciones de lectores y oyentes, uniendo mundos a través de la magia de las palabras y las canciones.
Cartas
Las cartas viajan
quién sabe
por aire, tierra o mar.
De un puerto parten
quién sabe
a qué puerto han de arribar.
Hay cartas
que viajan
quien sabe en una botella,
navegan desde
quien sabe
un náufrago perdió estrella.
También hay cartas
que acortan
quién sabe que desencuentro,
viajan invisiblemente
van desde adentro hacia adentro.
Hay ciertas cartas
quién sabe
por qué jamás se escribieron,
palabras que se
anudaron
con lo que nunca dijeron.
Mis cartas viajan
y saben
andar por ningún camino,
será porque estás
al lado,
será porque estás conmigo.
Palabra santa
Palabra santa
versos espanta.
Palabra triste
no se resiste.
Pobre ilusión
no abre canción.
Verbo si quema
trae poema.
Tinta encantada
derrama nada.
Es tinta umbría
la de poesía.
Calles Cuna
La pena es honda y redonda
como una uva
negra como dos ojos
dulce y oscura.
La pena es tímida y frágil
como de pluma
rondando sueño de trenes
y calles-cuna.
La pena es una caricia
de tu mirada
cansada de pedir algo y
recibir nada.
Horizonte
Alas de mar
pico de pluma y pluma
patas de arena
cuello de espuma.
Cresta de cielo y cielo
ojos de sol
pecho de caracoles
cola de caracol.
Cielo de sal y arena
aguas de pico y pluma
vuelo de caracoles
tiempo de espuma.
Abrapalabra
Planté una birome
creció una palabra
floreció la tarde
¡Abracadabra!
La regué con agua
de mi regadera
desbordaba tinta
como enredadera.
Fue un día de otoño
que se deshojó
un abracadabra
de este corazón.
Y empecé de nuevo
con la lapicera
a escarbar la tierra
de mi primavera.
Milonga de la palabrota
Una palabra
palabritera
despalabrábase
por la escalera.
¡Pobre palabra!
se apalabró
palabrincando
cada escalón
Cayó de cola
la palabrisa y
palabrochóse
flor de paliza.
Despalabra
pala que brota
de ser palabra
ya es palabrota.
Tangorrión
Tango que aquí cantamos
aunque no haya bandoneón
que a los purretes nos sobra
música en el corazón.
Tango que me haces mal
en el quiosco de la esquina
cuando me empacho cantando
al compás, Tangolosina.
Tango de abuelos guapos
de gomina y años mozos
tanguito que te queremos
y a veces sos Tangomoso.
Tango para aquel pibe
que jamás se haría el sordo:
tango flaco para el flaco
y para el gordo, Tangordo.
Tango que aquí se acaba
aunque no haya bandoneón
que los purretes llevamos
en la voz, un Tangorrión.
- Maria Beneyto
- Juan Rejano
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- Nezahualcóyotl
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