Poesía de México
Poemas de Salvador Gallardo Cabrera
Salvador Gallardo Cabrera (Tanque de los huizaches, Aguascalientes, 1963). Filósofo, poeta, ensayista y editor. Autor, entre otras obras, de La mudanza de los poderes. De la sociedad disciplinaria a la sociedad de control, Sobre la tierra no hay medida -Una morfología de los espacios-, Estado de sobrevuelo, Sublunar y Las máximas políticas del mar. También ha publicado ensayos, artículos, reseñas, traducciones y poemas en revistas y suplementos literarios de México, Brasil, Francia, España, Estados Unidos, Canadá y Rumania. Actualmente, edita la plataforma multimedia ICEBERG.
Deleuze
MCMXCV La Vaca Multicolor, ciudad de arena amarilla
Observo el brillo mágico de las máquinas, su orden mudo
A mi lado se hunden treinta días invisibles
Lentamente se hunden en el agua casi congelada
Caen como agujas de abetos (pero los abetos son falsos)
Existe un zoológico en la nieve, un pájaro bajo la nieve
Treinta renglones para fijar la disolución:
Comienzan los rituales de control del hombre escrito
Piensa una mirada de gárgola sobre los tejados rotos
Respira académicamente contra un muro
—Contra el salitre que es sal que muerde—
Dispuesto a subir una escalera débilmente iluminada
Su cuerpo a punto de perder equilibrio o “propenso al
…desbordamiento”
Siempre atento a la fábula de la vida observen la navaja
…de afeitar en el lavabo
El periódico es ilegible sí pero hay luz tras las persianas
Son los cultos solares, la vibración del día técnico
Líneas de fuga para no ensordecer, lámpara lateral
…como cielo interior, viento consistente y metal enfermo
Es el hombre escrito, es el hombre escrito
Justo en el momento en que mejor sabe
Conoce el sauce en la nieve, el sauce de mañana
Los pensamientos de la vida junto a su cuerpo opaco
Amigos que su mirada o su mano podrían tocar
Solo con lo que ha destruido cada quien está solo con lo que ama
El fondo blanco de las palabras despeja lo que ve
La furia de los cuerpos entrampa lo que dice
Un punto de agua en la tierra apasionada detendría
…su caída
Desde un hombro hundido
La palabra asistir significa estar entre tu espalda
…y el polvo
Sentarse en un mueble que se pudre bajo el sol
Dar un rodeo para acercarme a ti desde tu presencia
Mirando hacia delante si no estás
Pensar en un contramovimiento o tirar de ti para acomodar
…mis ojos
Corregir todo y salir del camino
Huir antes que buscar refugio, alejarse cuando aún se pueda
—Cuando todavía haya algo por qué alejarse—
Lógica de la oxidación
Entonces otra vez, como en tantas ocasiones, como siempre
Te detienes para avanzar en un mundo acabado
Fingiendo la impaciencia con que efectúas tus ejercicios de sombra
…en un cuarto oscuro
Conservando a un lado todo lo que configuró tus límites
—Lo que te diste a llamar “mi sistema de reconocimiento”—
Por si tus límites confluyeran en el crepitar de un objeto
Por si finalmente todo tuviera un correlato
Y es así que el mundo acabó y permanece todavía:
En el lapso cada vez mayor entre una incorporación y otra
En los razonamientos rotos cuyas orillas brillan por instantes
Desde donde sigues creyendo que lo que ves derribado son ruinas
Y no la inquebrantable confusión de otra justicia
Escribir 5:45 am
Escribir es aparecer en otra parte
Ahí donde apenas existe el agua ascendiendo, como el aire,
…como el agua del aire
Desde el magnetismo terrestre, el aire líquido
Agua es llama mojada, aniquilación del aire, flama que crece
…vertical, vela, ¿la ves?, es vapor
Escribir significa abrir un cerrojo en la palabra abismo
Escritura nunca anota, abismo todo lo nota:
Llueve sobre el patio de los rombos
Un cubo naranja flota sobre ese patio hundido
El método trágico de la lluvia: pronto será frágil rastro
Arena amarilla para los olvidos y las repeticiones
Veneno para experimentar, vapor encarnado: escritura
El cubo flota no se crispa
Si no tiembla, si sólo es intermitencia en la luz
Hendidura en la cortina de oscurecimiento, polvo visual
Fluctuación en las arenas medianas
Pliegue entre mis palabras y todas las palabras
O agua circulizada, mirada armada de quien escribe
Leer 3:15 am
Un puño de esmalte, un frontón inundado
Las calles limitan los lados de la noche
Cada objeto, máquina o nuevo grial, es ligadura en la tierra
Un cuerpo trozado en la nieve, una esclusa en el domo
Estar aquí donde el amor sólo parece ser duración
La vista presente contra el yeso de ver todo, de no olvidar nada
Amontonando libros en las ventanas para no estar a solas
O sosteniendo un guijarro roto para traer silencio
Tablero del pintor muerto por propia mano
Queda una tela rasgada por ventiscas de vidrio y bloques de silencio
Un surco en el muslo, un tajo del hombro al nexo del antebrazo
Cortes convincentes de cristal malva en los dedos
Botella con pintura blanca derramándose en un estanque musgoso
La vida delante de un cuadro, las cosas esparcidas por el mundo
Líneas truncas en verde frío para probar las condiciones de frontera
Capas inclinadas y cantiles vueltos a pintar vueltos a pintar
Estancias sin vecindad zonas sin vínculo, la muerte detrás de una tela
“Mis cuadros son lugares dislocados”, escribió el pintor
“Destruyen lo que indican, tienen amistad por lo que pasó sin dejar huellas”
Un paisaje siente venir la tempestad trazos que vibran al cruzar la tela
Forman nudos en las fauces del cielo salpican el ángulo izquierdo
Tres manchas crecen contra la tempestad y declinan en los cantiles
Mancha magenta es rojo con filo lanceta que busca tus ojos
El agua azul, el agua amarilla, su cruce enciende una hoguera acuática
La tercera es un numeral, nueve aspas, para rectificar los colores
En cada trazo el pintor habita el espacio por el que pasa, no lo habita
Cómo pintar un objeto para renovarlo: punzar los cartílagos y los costados
Hacer ver de qué manera nos toca, ir tan lejos como fuera posible
En la necesidad de lo que está todavía por venir, por aparecer
Llegar a sí mismo como a lo que aún no es desde una superficie pura
Pintar, pintar, desaprender, quedar tabla (letal) en silencio que agrieta
Luz blanca anuncia obligaciones de renacimiento o de extinción
Luz recta apunta hacia la tierra profunda, cintas de musgo, jirones
Ahí no hay frontera ni paisaje graduado ni orden con expulsión visible
Una pregunta, una lesión transversal, una tela rasgada
A esa pregunta cada quien responde con su vida