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Poesía de Perú

Poemas de Ricardo Silva-Santisteban

Ricardo Silva-Santisteban Ubillús, nacido en Lima el 10 de noviembre de 1941, es un poeta, editor, crítico literario, traductor y docente universitario peruano. Conocido por su vasto conocimiento de César Vallejo, ha editado la obra completa de este emblemático poeta. Además, su labor como traductor ha traído al español las voces de diversos autores ingleses y franceses, enriqueciendo la literatura peruana y global.

Hijo de Alfredo Silva-Santisteban Sánchez-Silva y Janina Ubillús Prado, Ricardo cursó sus estudios escolares en el Colegio Claretiano y en el Colegio Tomás Alva Edison. Continuó su formación en la Pontificia Universidad Católica del Perú y posteriormente en la Universidad Mayor de San Marcos, donde se doctoró en Literatura. En San Marcos, se distinguió al ganar el Premio de Poesía de los Juegos Florales en 1965.

Durante la década de 1980, Silva-Santisteban dictó cursos de creación poética en varias universidades e institutos peruanos. Desde 1990, es profesor en la Pontificia Universidad Católica del Perú, dirigiendo la colección de traducciones «El manantial oculto». Su compromiso con la lengua y la literatura lo llevó a ser miembro de la Academia Peruana de la Lengua desde 2001, y a presidirla entre 2014 y 2017.

Como poeta, Silva-Santisteban es autor de diversos poemarios, todos reunidos bajo el título genérico de Terra incógnita. Este título, que también corresponde a su primer poemario, simboliza la constante exploración y renovación de su obra. Su poesía refleja una profunda introspección y un dominio exquisito del lenguaje.

En su faceta de crítico literario, ha escrito numerosos ensayos sobre poetas peruanos como César Vallejo, Abraham Valdelomar, José María Eguren y otros. También ha analizado la obra de autores internacionales como Guy de Maupassant, James Joyce y Ezra Pound, demostrando una visión crítica y amplia de la literatura mundial.

Su labor como traductor es infatigable, destacando su traducción completa al español de la obra del poeta francés Stéphane Mallarmé y una antología de poetas del romanticismo inglés. Como editor y antologador, ha realizado ediciones completas de la obra de autores peruanos como César Moro, Abraham Valdelomar y Martín Adán, además de una antología del teatro peruano en cinco tomos.

Gran parte de su trabajo editorial y de traducción ha sido realizado a través de la colección «El Manantial Oculto», auspiciada por la Pontificia Universidad Católica del Perú. Su Antología general de la traducción en el Perú en nueve tomos, publicada con el auspicio de la Universidad Ricardo Palma en 2016, es una obra monumental que refleja su dedicación y amor por la traducción y la literatura.

Silva-Santisteban ha publicado numerosos poemarios, entre los que destacan Terra incognita (1975), Sílabas de palabra humana (1978), Las acumulaciones del deseo (1980) y La eternidad que nunca acaba (1985). Su obra poética, recopilada y ampliada en varias ediciones de Terra incógnita, continúa siendo una referencia fundamental en la poesía peruana contemporánea.

Ricardo Silva-Santisteban es una figura esencial en la literatura peruana, cuya obra como poeta, traductor y editor ha dejado una huella profunda y duradera. Su capacidad para conjugar la erudición con la sensibilidad poética lo convierte en un verdadero maestro de las letras.

EL RECUERDO CONTIENE ESPERANZA…

El recuerdo contiene esperanza
Y la esperanza el deseo de discurrir entre arboledas
Bajo las ramas y la luz submarina del otoño
Inútilmente había perseguido los soles ardorosos
La alegría del vacío de mi vida
Contemplé entonces los islotes distantes
La marejada de la pasión y del hastío
Pero surgía ya la aurora y partí para ascender la colina
Allí penetré con el corazón entrecortado
En el cerrado recinto de una huaca
Aprendí entonces a contemplar los objetos y el vuelo de las aves
Todo poseía un corazón palpitante y se vestía de estrellas
No importaba si apuntaba el verano o se arrastraba el invierno
Ya fuera que nos cobijara el sol ardiente o la gélida lluvia
Se trataba de vivir
De lanzar mi canto a las esferas
Desde la innata potencia del esfuerzo
Al brotar de la cuerda más íntima del fuego
Gocé estos prados lejos de la tiranía de las ciudades
Porque en la soledad florece nuestra fuerza
Cuando avanza sobre el gran río de la vida

ME ACERQUÉ A LA LINDE DEL BOSQUE…

Me acerqué a la linde del bosque con la medula derramada del otoño
Con las hojas caídas y toda la pulpa exhausta de la vida
Allí se oculta el lamento de las aves, el chillido del búho
Si de alguna manera desciende escarlata su sonido
Es difícil encontrar un amor entre tantas avecillas
Y cuando brota la flor la acomete el desespero
Porque el amor mantiene erguidos nuestros cuerpos
Aunque un arrastre brutal termine con la especie
Su pasión arrebatada se enciende con el tacto
De la purísima materia de su ser encadenado
Y así envuelve el espíritu con ropajes de plumas

COMO UN RÍO HE CRUZADO…

Como un río he cruzado lomas y senderos y llanuras
Porque la vida circula sin poder detenerse
Damos vueltas y revueltas para llegar finalmente hasta la mar
Sus aguas restañan el calor del cuerpo y de la mente
Así llegó el día silencioso y fulgurante
Cuyo resplandor embargaba dulzuras y congojas
Hasta que el deleite se apagó en un cálido abrazo
Oh cómo albergara entonces su música en el alma
Alentado por el goce delicioso del sonido
Cómo pudiera mantener el peso del planeta
Con las notas de la armonía universal
Impulsando la palabra hacia el poema
Convirtiendo el lenguaje en el orgullo y la pasión
En la morada del hombre que se expresa sin cadenas
Oh torrentes de fervor
Oh maldiciones de los astros
Que tomáis vida antes de la palabra
Encontrada en la dorada dicha del verbo
Y su encarnación en el poema
Porque así quiebra su horizonte
Al igual que en el fondo de los mares

Pero al final llegaba a mí mismo y a su estela de suplicio
La astilla del fuego y la astilla del agua
Florecían en el dorso de mi mano
Se introducían en el manto de la sangre