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Poesía de Colombia

Poemas de Rafael Chaparro Madiedo

Rafael Chaparro Madiedo, destacado escritor colombiano nacido el 23 de diciembre de 1963 en Bogotá, dejó una huella imborrable en la literatura contemporánea antes de su prematura partida el 18 de abril de 1995. Su vida y obra se entrelazan en una narrativa única que captura la esencia de la Colombia de finales del siglo XX.

Nacido como el primogénito de una familia de origen santandereano, Chaparro Madiedo creció en el pintoresco barrio Niza de Bogotá, donde forjó amistades y vivencias que más tarde plasmaría en sus escritos. Su infancia y adolescencia transcurrieron en un Bogotá muy distinto al de hoy, antes de la construcción del Centro Comercial Bulevar Niza y la Avenida Suba.

Chaparro Madiedo inició su trayectoria académica en el Colegio Helvetia, donde comenzó a mostrar su inclinación hacia la literatura a través de su participación en obras de teatro. Sin embargo, sorprendentemente, también se destacó como jugador de baloncesto, llegando incluso a competir en inter-colegiados en San Andrés Islas. Este contraste entre su faceta intelectual y su amor por el deporte revela la complejidad de su personalidad.

Tras finalizar la secundaria, ingresó a la prestigiosa Universidad de los Andes, donde estudió Filosofía y Letras. Esta etapa sería decisiva en su camino hacia la escritura. Fundó la revista Hojalata junto a dos compañeros, una publicación que despertó sospechas de ser revolucionaria por parte del gobierno, aunque no enfrentó consecuencias legales. Durante su tiempo en la universidad, conoció a Jorge Mario Eastman, lo que lo llevó a trabajar como redactor cultural en la revista Consigna. Además, entabló amistades cruciales, como la que compartió con Paula Arenas, que lo llevó a participar en proyectos de producción cinematográfica como “Zoociedad.”

En 1987, Chaparro Madiedo se graduó de la Facultad de Filosofía y Letras con una tesis sobre Martin Heidegger titulada “Interpretaciones de los estados de ánimo como experiencias ontológicas con base en ‘Ser y Tiempo’.” Luego, viajó a Montpellier para realizar estudios y regresó a Colombia, donde se incorporó a la Prensa, colaborando con artículos durante el resto de su vida. En 1989, viajó a Cuba para asistir al curso de guiones de Gabriel García Márquez. Durante este período, estableció relaciones personales significativas, incluida su esposa Ava Echeverri (1993) y su última novia, Claudia Sánchez.

A lo largo de su carrera, Chaparro Madiedo se destacó por su estilo literario arriesgado y experimental. Su novela más reconocida, “Opio en las Nubes” (1992), desafió las convenciones literarias y atrajo tanto elogios fervientes como críticas contundentes. La obra se convirtió en un libro de culto, especialmente entre el público joven y la cultura subterránea de Colombia.

Además de “Opio en las Nubes,” Chaparro Madiedo dejó un legado literario que incluye la novela “El Pájaro Speed y su Banda de Corazones Maleantes” (2012) y el libro de cuentos “Siempre es Saludable Perder Sangre” (2015). Sus escritos desafían las normas gramaticales y se adentran en un mundo surreal y onírico, llevando a los lectores a experiencias literarias únicas.

Su obra se completa con crónicas como “Zoológicos Urbanos” (2009) y “Un Poco Triste pero Más Feliz que los Demás” (2013), que exploran las complejidades de la vida en la ciudad y la condición humana con agudeza y perspicacia.

Rafael Chaparro Madiedo, un autor audaz y visionario, sigue siendo una figura influyente en la literatura colombiana y un recordatorio de que la creatividad y la pasión literaria pueden perdurar a lo largo del tiempo, inspirando a las generaciones futuras a explorar los límites de la escritura.

Lunas

No me mires
cuando la luna se estremezca
en mil temblores fulgurosos

No me hables
cuando comparta mi pan
con los habitantes de la Tiniebla
porque entonces mi sombra te cubrirá como una niebla

Sólo espérame en el filo de la realidad
donde la púrpura profunda de Dios
se desangra sobre mi sangre.

La torre de nieve

Me preguntas qué hice anoche.
Subí a la torre de nieve
y me lancé a un lago de sangre pesada
donde beben los lobos antes
de rendirse sobre la arena

Me preguntas por la luna…
entonces di a beber el veneno dorado
a mil conciencias sosegadas
¿acaso estabas allí contando
las palpitaciones de tu laberinto atropellado?
Sus ojos brillaron como agua criminal
y sus rostros brillaron frente al desasosiego
de la carne
como tiembla el tiempo ante el silencio

Me preguntas por la noche…
y te digo que la noche solía ser
el refugio de los dioses que chupan la sangre del destino

Me preguntas qué hice anoche.
Anoche estrangulé varios dioses
de mi conciencia arrodillada!

El río de los hombres

Cruzar el cauce de la niebla
eso nada más,
Entrar bajo el árbol
y buscar la sombra de oro
de alguna fruta profunda.

Recoger el rastro herido
de algún ave sobre espejos de metal
cuando el mar acoja
en su silencio
la miel de los bosques
el cielo de las fieras
y el río de los hombres: Sangre.

Tu voz, tu mano

Cuando riegas
el agua de tu voz
sobre mi cuerpo encendido
mil puñales luminosos
acuden al llamado de tu sangre.

Es el tiempo preciso
la fatiga se hace infierno
la luna la morada
de los gritos púrpura
otra vez mis cabellos se estremecen
ante la figura del viento verde
de tu voz
otra vez mi cuerpo tiembla
bajo el río de tus ojos
otra vez tu mano
hace lo que sabe hacer: toca la vida.